Una vez terminada la cena y el postre, volvieron a la sala de estar donde todo estaba mucho más calmado. Hablaron durante un rato, teniendo sobre todo de tema general la fiesta de hace un par de días. Charlaron sobre los invitados y algunas pequeñas cosas interesantes que habían sucedido. Cuando fue la medianoche, brindaron por una feliz navidad.

Jaemin se sorprendió al ver a algunas de las chicas del servicio y a la señora Lee entrar en la sala con unas cajas de regalo. El Omega miró a su madre, quien le sonrió levemente antes de sujetar una de las cajas para entregarla a cada persona en la habitación. Jihyun no le había dicho nada de regalos, así que estaba sin palabras, más aún considerando el poco tiempo que habría tenido para comprarlos.

La mayoría de las cosas eran obsequios impersonales. Algunos accesorios caros, perfumes y cosas por el estilo. Considerando que la mujer no conocía realmente a Jeno y su grupo, era razonable que hubiera optado por cosas un poco genéricas. En cuanto llegó a él, le dio un paquete que, al abrirlo, notó un hermoso cuadro bastante delicado. La foto era de su padre, cargándole en el hospital el día en que había nacido. En la misma cajita, había un pequeño brazalete que se notaba un poco desgastado.

— Era de tu padre. Creí que querrías tenerlo.

Al borde del llanto, abrazó a su madre agradeciéndole por aquello.

Disfrutaron de la charla un poco más antes de que ella dijera que era tarde. Había hecho que prepararán los cuartos para que pasaran la noche ahí. Quería que pudieran sentirse cómodos y que si bebían, no tuvieran problemas o corrieran algún peligro al volver tarde por la noche en auto. Taeyong y Ten dormirían en una de las habitaciones de invitados, Yuta en otra.

Hubo una ligera incomodidad en el aire cuando llegó el momento de Jeno y él. Su madre no era despistada ni ingenua. No era como si pensara que su hijo era casto a aquellas alturas pero era diferente no saberlo a aceptar que durmieran juntos en su casa. Suspiró y negó con su cabeza, tratando de despejar su mente.

— Jaemin, tu cuarto está listo también. Espero que pasen una buena noche.

Ella les sonrió antes de despedirse. Yuta estuvo a punto de decir algún mal chiste sobre la situación pero Ten le calló poniendo una de sus manos sobre su boca diciendo que no era momento. Cada quien fue hasta sus cuartos.

— No cambió mucho desde la última vez que entre aquí.

Jeno habló moviéndose por la habitación dejando su mochila con el cambio de ropa en el suelo. Tomó una de las fotos en las repisas, era de su graduación. El alfa observó la foto sonriendo, acariciando el rostro de Jaemin con su pulgar. Volvió a dejarla en su lugar y el Omega fue a cambiarse en el baño para lavarse también los dientes.

Cuando volvió a la habitación, Jeno tenía una caja envuelta en papel de regalo entre sus manos. Jaemin le miró un poco confundido mientras se acercaba.

— Habíamos dicho que no nos daríamos regalos.

— Lo sé, pero de todos modos quise darte uno. Con todo esto de la Universidad pensé en ti y se que, si bien lo estás estudiando porque quieres, se que tu carrera no te apasiona verdaderamente. Así que salí a buscar algo para que pudieras explotar y practicar lo que tanto te gusta.

El Omega se sentó a su lado en la cama, tomando la caja entre sus manos. En cuanto empezó deshacerse del papel, notó de que se trataba. Era una cámara de fotos profesional. Le había hablado muchas veces al alfa sobre su amor por la fotografía pero no pensó en que realmente le estaba prestando mucha atención a ello. Le abrazó con fuerza y besó suavemente sus labios agradeciéndole repetidas veces.

— Podrías tomar a Ten como modelo. Ni le menciones la cámara a Yuta o hará que tomes fotos de él desnudo.

Su broma hizo que brotará una pequeña carcajada de sus labios. Ambos se recostaron en la cama, mirándose con unas pequeñas sonrisas en sus labios por aquel lindo momento.

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