Entre Lobregos Pasillos

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*Sasuke*

Estaba rodeado por el lúgubre entorno tratando de esconder mi malherida figura, intentaba mantener el aura sigilosa ahogando mis alaridos y desplazandome en silencio, pero las sombras abrazadoras del lugar apenas ayudaban a mantenerme oculto.

Escuchaba a Kisame, el compañero de Itachi, escudriñar entre todos los posibles escondites de la laberíntica estancia; se burlaba de mi condición claramente en desventaja y amenazaba con acabar conmigo lentamente si no me revelaba de inmediato.

Me trague un jadeo y me levante rápidamente de donde me mantenía oculto, dispare hacia la polea de arriba haciendo caer una enorme caja que dividió el camino entre Kisame y yo, lo oí maldecir pero no me quede a escuchar más, no era él quien me interesaba sino Itachi, y ya iba por mi hermano.

Salí de aquella estancia cerrando una puerta tras de mí, me recargue y cerré mis ojos unos segundos, necesitaba un descanso. Lleve mis dedos a mis cosillas donde pude sentir la húmeda herida producto de la extraña espada del "hombre tiburón", me había desgarrado profundamente y ahora me costaba respirar, pero debía seguir.

Otro alarido amenazó con salir cundo me erguí y de nuevo lo silencié, no podía darme el lujo de ser ruidoso, no en un lugar desconocido y con dos miembros de Akatsuki rodeando, el temible Kisame y el infame Itachi.

Observe al pasillo metálico abrirse ante mi y comencé a indagar con cautelosa atención, pasaron unos minutos de abrir y cerrar puertas cuando por fin llegué a una gran entrada color carmesí, y antes de abrir le preste más atención al hecho de que en todo el lugar no habían guardias o empleados, lo que quiere decir que la pareja de Akatsuki son o muy fuertes o estúpidamente descuidados, el hecho me hizo reflexionar unos segundos ¿realmente valía la pena morir para recibir respuestas... ?

Al demonio, claro que sí.

Abrí la puerta pesadamente develando una larga pero estrecha habitación que terminaba en la relajada figura de

—Itachi...

*Sakura*

¿Sabes? Es bastante fácil olvidar que Sasuke es un criminal cuando se la pasa siendo condenadamente encantador la mayor parte del día, pero como dice el refrán: "dime con quien andas y te diré quien eres".

Mi adorable terrorista favorito había tenido que salir desde la madrugada y citando al estúpido y sensual moreno:

"¿Dejarte sola? Jajaja ¿crees que estoy loco? No tienes la madurez ni la responsabilidad suficiente para mantenerte en el rol del secuestro, además, me preocupo por ti, quiero asegurarme de que haya alguien que te cuide y te alimente bien"

Finalizó con unas palmaditas sobre mi cabeza, eso me indignó, me hizo sentir como una especie de mascota, pero aunque esa conducta fuera molesta, no resultaba ni la mitad de irritante que la de mis actuales cuidadores.

No tengo una mejor palabra así que sólo diré que eran unos imbéciles, cuando llegaron trataron de hacerme servirles como una simple esclava sólo por el hecho de ser mujer, cuando me negué uno de ellos amenazó con lastimarme, pero lo que parecía el líder del pequeño grupo de tres le detuvo, explicándole al subordinado que Sasuke no quería que me hicieran nada ya que me necesitaba "sana y salva", ajá... Muy sana he de estar ahora mismo.

Cómo sea, ya que no tenían nada mejor que hacer procedieron a embriagarse con el licor de Sasuke, lo cual desencadenó su actitud animal y comenzaron con los juegos violentos entre sí, de vez en cuando veía al líder tratar de entrar en vano al cuarto de Sasuke, pero para su desgracia esa era la habitación más segura del lugar; también encontraba a los otros dos intentando robar diversos objetos en el lugar pero se detenían al notar que yo los observaba, creo que mas bien soy yo quien cuida el lugar.

En manos de un terrorista (historia Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora