➺ 12.

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Después de conversar un rato con Mina sobre las líneas de producción, el peliverde por fin logró entender el porqué faltaban escasas piezas: por un error en la fábrica se había diseñado mal un centenar de prendas, estaban mal cosidas e inclusive algunas estaban chuecas. Previniendo que el accionista iba a preguntar por dichas discrepancias, Ashido llevó algunas de las prendas que sacaron del almacén por esas razones y se las llevó al peliverde para que no pensara mal de ella. Estaba diciendo la verdad e inclusive le ofreció que en cualquier momento podía darse una vuelta por el almacén para que viera con sus propios ojos las prendas.

También informó que ya había hecho un reclamo a la fábrica pero no se había dado la oportunidad de informale a Midoriya de dichos movimientos, pues, últimamente el peliverde no salía de su oficina y ya que ella estaba hasta el sótano, era un poco tedioso llegar a la oficina del peliverde.

— Gracias por decirme esto, Ashido. Estaba preocupado sobre tu trabajo pero esto lo resuelve todo.

— Yo me disculpo nuevamente, fue mi error por no agregar al informe la situación que había ocurrido.

Todoroki había oído toda la situación, al parecer el peliverde se había olvidado de su presencia. Había sido de cierto modo interesante escuchar una conversación de negocios, Midoriya se había desenvuelto sumamente bien para no alterar a la chica, tampoco la juzgó inicialmente, sólo pidió que le explicara las discrepancias en el informe de producción.

— No te preocupes, pero procura que no vuelva a pasar. Una vez que te conteste la fábrica, le das la respuesta a Iida por favor.

La joven sonrió de lado. — Claro que sí. Bueno, me retiro, nos vemos en el almuerzo Midoriya.

Una vez que la joven se fue de la oficina de Midoriya, éste volteó a ver a Todoroki. Después de unos segundos, hizo un ademán para que se retirara de la habitación, provocando que otra vez se quedara solo en la oficina. Para su sorpresa, recibió una llamada inesperada para él, pero ya sabía lo que aquello significaba: debía cubrir el monto mensual de siempre a cambio de silencio. Sin pensarlo en demasía, realizó la transacción a aquella persona que le había marcado, recibiendo un seco "Gracias, no te molestaré hasta el siguiente mes".

Hoy era un día muy agitado para Izuku, pues por primera vez desde su reunión con los Bakugo, el peliverde miraría al hijo de dichos señores, Katsuki Bakugo, por asuntos de la aplicación, ya que quería cambiar la interfaz y agregar una opción para hacer envíos internacionales.

Por su lado, Shoto se posicionó donde siempre, inmediato a la puerta de la oficina de Midoriya. Del lado contario, se encontraba el escritorio de su secretario, Iida Tenya. Adelante de ellos estaban las escaleras para la planta anterior, pues el elevador por alguna razón no llegaba a los últimos tres pisos del edificio. Todoroki supuso que dichos pisos probablemente se hicieron después de la construcción de las otras plantas, por el hecho de la probable ampliación que se hizo gracias al capital invertido de los señores Uraraka. Eso le hizo pensar, ¿Izuku se había quedado con las acciones de Uraraka y por eso la empresa era suya o desde un principio el capital neto le pertenecía?

Iida finalizó una llamada que recibió de la recepción. — ¿Ya arreglaron las cosas Izuku y tú?

— Se podría decir que sí. — Todoroki se encogió de hombros, no muy seguro de sus palabras.

— Me alegra oír eso. Últimamente ustedes andaban insoportablemente separados.

Shoto le miró desconcertado. — ¿Insoportablemente separados? Pero hice mi trabajo normalmente.

— Sí, pero me refiero a otro asunto. En resumen, se notaba que querían hablar el uno con el otro sobre algo pero no lo hacían.

Todoroki suspiró. Iida tenía razón en ese aspecto pues el peliverde había intentado platicar con él sin éxito alguno desde hace algunos días. Decidió que a lo mejor debía disculparse por su actitud, de cierto modo altanera, que había tomado al estar en la oficina. En dicho instante, ambos fueron interrumpidos por el eco de los pasos que nacía de las escaleras, provocando que vieran hacía ellas, anticipando lo que venía. Cuando una figura conocida para Todoroki se hizo presente, fingió que no lo conocía para que Iida no se hiciera ideas a la cabeza o sospechara de algo raro.

Sin embargo, parecía que Bakugo tenía otras intenciones. El rubio cenizo no estaba muy contento de estar en la empresa del pecoso y tampoco estaba en toda la disposición de platicar con él; tenía malas experiencias con la gente que investigaba pues siempre eran detestables a su parecer.
Pero, a pesar de sus objeciones mentales, le extendió la mano a Iida, haciendo un apretón de manos como saludo; inmediatamente después se dirigió hacía Todoroki, al cual también le extendió la mano burlonamente, como si estuviera probando su paciencia. Por mera presión social, pues Iida les observaba, consumó el apretón de manos incómodamente.

— Me anunciaron hace algunos momentos en la recepción, ¿será que Deku puede verme o tengo qué seguir esperando? — Su tono era claramente molesto.

Iida suspiró. El mal genio del rubio era algo que no se necesitaba en la empresa. — Bakugo, puedes pasar.

— Gracias. Muy amables. — Comentó irónico mientras abría la puerta.

Izuku se encontraba, como siempre, revisando algunos folders. Escuchando que alguien se adentraba a su oficina, alzó la vista, encontrándose con la mirada filosa de aquel rubio ceniza.

Bakugo se sentó sin vergüenza alguna en el sillón de la estancia, el peliverde decidió ignorar dicha acción pues de todos modos, le iba a pedir por cortesía que se sentara. Midoriya tomó una carpeta de color obscuro, en donde tenía anotados manualmente los cambios que deseaba hacer a la aplicación digital. Una vez hablando de negocios, Katsuki se incorporó e inclusive le puso bastante atención sin interrumpirlo alguna vez: los cambios que quería hacer Izuku eran mínimos, y el hecho que querer ampliar su mecánica de envíos a parte de Sudamérica era arriesgado pero definitivamente tenía altas posibilidades de funcionar, ya que la ropa que producía M & T no era cara, por lo tanto era accesible a esos mercados.

— Y eso es todo lo que quiero modificar, Katsuki. — El peliverde se puso de pie, Bakugo imitó su acción.

— En verdad creo que te estás arriesgando, Deku. Va a estar muy jodido si no llega a funcionar.

Izuki sonrió. — Sería malo, pero no tengo tanto que perder y todo que ganar. Muchas gracias por tu ayuda.

— Bien. — El rubio articuló. — De todos modos a nosotros no nos va afectar.

— Lo sé. A todo esto, ¿por qué el apodo?

Bakugo le miró con burla. — No sé, Deku. Me ahorro saliva diciendo "Deku" en lugar de "Izuku" o "Midoriya".

Midoriya rió audiblemente. — ¿Ahorro de saliva? Sí eso dices, está bien. No te vayas a quedar sin saliva por decir dos sílabas más.

El rubio cenizo sonrió al ver que el peliverde le había seguido su broma, parecía que después de todo, no se llevaría tan mal con la persona que debía investigar. Quizá ahora entendía un poco el porqué Todoroki no sospechaba del pecoso y también porqué Izuku era tan querido por su madre.

Un capítulo para explicar qué chihuahuas hace Izuku en su empresa y un poco de Katsudeku (bromance) para alegrar nuestros corazones.
Siguiente capítulo hay un poco más de acción.

Gracias por las leídas y los votos.

❧ 𝓣𝔀𝓲𝓼𝓽𝓮𝓭 | 𝓣𝓸𝓭𝓸𝓭𝓮𝓴𝓾 𝓐𝓤Where stories live. Discover now