Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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El suave sonido que se sentía por los movimientos de las hojas al chocar con el viento le calmaban logrando sumirse en sus más profundos pensamientos. Una mano en su hombro le indicó que debían ponerse en marcha, Sanemi con una expresión aliviada palmeó la mano para encontrar a un Genya sonriente mientras llevaba unas cuantas flores.
— Hum... —a pesar del paso de los años, para Sanemi socializar no era su fuerte y conociendo su temperamento temía decir algo que hiriera a su hermano— hiciste bien en traer flores
— Ni-chan eres algo distraído en esto así que por precaución las traje
— ¿Aún me vas a decir "Ni-chan"? —cuestionó Sanemi apenado, más en el fondo estaba feliz al recordar sus días de niñez junto a sus hermanos
— A pesar de que ya han pasado casi once años desde que la organización de cazadores se disolvió, siento que no debo perder el tiempo... —Genya estaba avergonzado, pues ya con veintiséis años su comportamiento quizás era considerado infantil
"Un hermano es un hermano, si perdiste tiempo entonces recupéralo"
— Ya que eres muy amable no puedo evitar llamarte "Nii-chan" —añadió al recordar las serias palabras de su esposa esa mañana al partir
— Tsk, vamos —le cortó Sanemi apenado mientras tomaba las flores
Ambos hermanos en silencio abandonaron el bosque de bambú que les rodeaba o al menos el que pertenece a la ex-organización de cazadores. En el camino saludaron algunos rostros conocidos de personas que habían decidido seguir sirviendo a Ubuyashiki hasta finalmente llegar al cementerio donde descansaban todos los cazadores que perecieron a lo largo del tiempo por su mayor enemigo, Muzan.
A pesar de que ya aquellas terribles muertes habían cesado y ya no había necesidad de ocupar el lugar e incluso enterrarlo como si fuera una simple pesadilla, el sitio se mantenía limpio y lleno de flores e incienso en cada una de las tumbas. Sanemi siguió su camino hasta llegar a la tumba que estaba buscando.
Genya en alguna ocasión que habló con su hermano comprendió que aquella persona era importante para él, por eso con una suave sonrisa se retiró para brindarle su debida privacidad. El ex-pilar de viento al verse ya solo encendió un incienso y dejó dos flores
"Si estuvieras aquí, te burlarías porque te doy flores ¿no?"
— Masachika, ha pasado un tiempo... —susurró con cierta melancolía reflejada en su mirada— pienso que lo estoy haciendo bien, así que prometo venir más seguido, amigo
No era alguien que expresara todo lo que sentía, pero estaba seguro que su gran compañero le entendería. Se adentró aún más hasta llegar a otra pequeña tumba, a los lados algunas pequeñas y sencillas flores estaban creciendo, al verlas más de cerca notó que eran dos dientes de león, en parte le causó gracia y nostalgia al recordar quien reposaba en aquel lugar.
