Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Tres meses, ese es exactamente el tiempo que ha pasado después de tan larga batalla, los momentos de paz se hacían presentes, no fue fácil, pero todos salieron adelante. En la finca mariposa reinaba el silencio, los heridos poco a poco habían ido abandonando las instalaciones, quedando únicamente Tanjiro, Zenitsu e Inosuke, estos dos últimos dormían profundamente, mientras Tanjiro y Nezuko observaban felices la caída de los pétalos de cerezo que entraban por la ventana.
— ¿No puedes moverla? —cuestionó Nezuko al ver el estado de su mano izquierda.
— Si, se volvió tan arrugada como la piel de un abuelo, aunque puedo realizar únicamente movimientos de arriba hacia abajo —explicó Tanjiro sin dejar de intentar mover su brazo.
— Ya veo... pero, ¿Ruri-san te revisó? —inquirió con cierta esperanza de que la pilar de Loto pudiera curar a su hermano.
— Por supuesto que lo hizo, pero ella no pudo curarlo —negó algo apenado al recordar la triste expresión en el rostro de la joven— también la visión de mi ojo derecho es bastante borrosa, sin embargo Ruri-san tiene la teoría de que estas partes de mi cuerpo al haberse regenerado por la sangre Muzan, una vez perdieron su poder también me afectó a mi, así que ahora son inservibles
— Entiendo... pero, nii-chan todo estará bien, por eso... ¡no te preocupes! —le animó Nezuko con una gran sonrisa en su rostro.
Tanjiro sentía cierto pesar por haber herido a sus compañeros al convertirse en un demonio, y agradecía enormemente a Shinobu quien hizo la medicina de Glicinas y a su vez a Kanao por dársela, incluso Ruri les había salvado a ambos cuando estaban al borde de perderse, más Nezuko le pidió que no se siguiera culpando o heriría los sentimientos de todos. La pequeña conversación con Yushiro quien luego desapareció sin dejar ninguna forma de comunicación y finalmente su atención principal pasó a Tomioka y los demás, pero Nezuko rápidamente le tranquilizó diciéndole que estaban bien.
— Gracias por venir —habló el actual Oyakata-sama, Kiriya. A su lado sus dos hermanas menores le acompañaban, mientras unos centímetros más atrás Ubuyashiki Kagaya junto a su esposa e hijas mayores le observaban— está es la última reunión Gyomei, Uzui, Sanemi, Kyojuro, Giyuu, Mitsuri, Iguro, Shinobu, Muichiro y Ruri —añadió observando a cada uno de los presentes— Muchos jóvenes cazadores murieron en esta batalla, pero unidos derrotaron a los demonios. La organización se disuelve desde ahora y para siempre...
— ¡Entendido! —respondieron todos al unisono.
— Han estado dando su cuerpo y fuerza durante mucho tiempo... —habló esta vez Kuina
— Para salvar a la gente... —completó Kanata
— Todo el clan Ubuyashiki está en deuda con ustedes —declaró Kiriya haciendo una completa reverencia junto a sus hermanas
— ¡Levanten la cabeza! —pidió Giyuu
— ¡No requerimos de sus agradecimientos! —le interrumpió Sanemi rápidamente— ¡puede ser que nosotros seamos una organización fantasma, pero no estaríamos aquí sin la familia Ubuyashiki!
