Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Cualquier tipo de felicidad había quedado congelada al momento en que los fuegos artificiales murieron en el cielo dando cierre al festival de esa noche, sin embargo los latidos de su corazón repicaban en sus oídos sin descanso que Kyojuro temió que no fuera capaz de escuchar ningún otro sonido aparte de ese, pero pese a todo aquellas palabras que expresaban una disculpa habían calado en sus oídos igualmente
El pilar de la Flama no se consideraba una persona que pudiera obtenerlo todo, ya que esa noche el sabía que podía ser aceptado como también rechazado. Ya el "lo siento" que habían abandonado aquellos labios que amaba se percibía como un lejano eco que regresaba cada cierto tiempo para recordárselo
Guardaba un poco de esperanza, sin embargo Ruri le había rechazado, ya que no compartía los mismos sentimientos que él. Entonces... ¿por qué sus hermosos ojos verdes derramaban lágrimas de dolor? ¿Por qué esa expresión de tristeza que inundaba su rostro le hacia dudar de sus palabras? Era consciente que no podía forzarla, pero al menos deseaba una explicación o no podría estar tranquilo
Quiso soltar un suspiro, pero no quería que Ruri se sintiera culpable de la tristeza que inundaba su ardiente corazón. Él era Rengoku Kyojuro y se consideraba una persona fuerte, por lo que lo menos que podía hacer era brindarle una sonrisa a aquella mujer que le había dado varios momentos felices en su vida, así que tomando todo su coraje posó sus manos en sus pequeños hombros en un sincero intento de calmarla
— ¡Descuida, Ruri! —habló Kyojuro con su tono de voz habitual y aunque era consciente que le estaba costando, ya que por dentro miles de agujas le estaban perforando no iba a ceder— no era mi intención incomodarte con mis sentimientos... ¡yo solo...! Deseo que no llores, por favor —le pidió al ver como la joven negaba repetidamente
— No, no es eso, Kyojuro —se apresuró Ruri a explicarse— siendo sincera, estoy muy feliz... —susurró en un torpe intento de contener sus lágrimas— pero yo, no puedo hacerlo... ¡no puedo ser tan egoísta!
— ¡Ruri! —le llamó tomando su rostro entre sus manos para que lo observara— ¿por qué eres egoísta? Siento que hay algo que no me estás diciendo, por favor dímelo, quiero escuchar tus razones y sentimientos —le rogó con determinación, por lo que al ver como la joven bajó la mirada asintiendo le invitó a sentarse bajo el árbol de almendros. Dándole su tiempo y dedicándole una sonrisa sincera— ¡Adelante, estoy para escucharte!
— Kyojuro, sabes que yo no pertenezco a este lugar ¿verdad? —inquirió Ruri mientras el mencionado asentía enseguida— los pilares son conscientes de que conozco todos los hechos que están por venir en un futuro próxima y mi meta... el camino que elegí antes de conocerles es evitar todos esos sucesos tristes y horribles que van a ir suscitándose conforme el tiempo avance —añadió cabizbaja— por alguna razón poseo la habilidad de curar que a su vez me hace utilizar mi energía vital si deseo salvar vidas, es cansando y aún así jamás me arrepentiría de haberla usado —negó con una sonrisa triste— pero como lo dijo Ubuyashiki-san antes, esto hace que mi vida se encuentre a la espera de hacia donde se inclinará la balanza
