Tsukino Ruri no puede aceptar los finales dados por la escritora Koyoharu Gotouge, expresando siempre su descontento. Un día normal de feria, un idiota grosero, todo parece estar bien más terminan envueltos en un gran accidente
El despertar en un m...
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Mientras los Pilares y Ubuyashiki observaban la expresión de asombro de Ruri, Tanjiro y Nezuko fueron llevados a la finca mariposa para que trataran sus heridas y pudieran reunirse con sus amigos Zenitsu e Inosuke, quienes ya estaban recibiendo tratamiento. Al llegar al lugar los ojos burdeos se perdieron observando los detalles y espacio que tenía la finca
Ambos Kakushi decidieron internarse en el lugar topándose así con una joven que también portaba una versión del uniforme de cazadores además de estar rodeada de mariposas. Los recuerdos se hicieron presentes y Tanjiro recordó que ya le había visto durante la selección final más el Kakushi le comentó que ella fue quien le noqueó la noche anterior
El joven de cabellos burdeos notó que el hombre le guardaba respeto a la chica refiriéndose a ella como "Tsuguko", en si una posible candidata a Pilar además de ser entrenada bajo la tutela de uno. Su nombre es Tsuyuri Kanao, Tanjiro pensó brevemente que era un lindo nombre mientras la mujer Kakushi se acercaba a solicitar permiso para entrar a la finca, más la chica solo mantuvo su sonrisa sin decir ni una palabra
— ¡¿Quiénes son ustedes?! —habló de repente una voz femenina a sus espaldas— ¿son parte de los kakushi? —al voltear notaron sus profundos ojos azules, llevaba dos coletas sujetas por unos kanzashi en forma de mariposa— Veo que traen a un herido, síganme
— ¡S...Sí! —respondió la mujer siguiéndole hacia la entrada del lugar
— Que rapidez... —soltó el kakushi por lo bajo repitiendo la acción de su compañera.
Tanjiro volteó su rostro hacia atrás para ver el lugar en donde se había quedado de pie la joven, quien a su vez también le observaba con aquella suave sonrisa hasta perderla de vista. Los tres ingresaron en las instalaciones recorriendo largos pasillos llenos de habitaciones hasta que finalmente entraron en una sala llena de camas en donde descansaban varios cazadores heridos
— ¿¡Cinco!? —soltó una voz familiar— ¿cinco veces al día? ¿hasta cuándo tengo que tomar esta medicina? —se quejó Zenitsu llorando, poniendo incómoda a una jovencita que estaba a su lado— ¡así no podré comer! ¡es muy amargo! ¡sabe horrible! Y... ¿segura que la medicina hará que se recuperen mis extremidades? ¿¡de verdad!?
— ¡Baja la voz, por favor! —pidió la pequeña sin lograr gran cambio.
— Sigue armando escándalo —soltó la joven que los guiaba, viendo con desaprobación al mencionado que seguía gritando, Tanjiro por su parte se emocionó al reconocerle— ¡Silencio, por favor! ya te lo expliqué muchas veces, ¡si no te controlas te ataré a la cama! —sentenció seriamente— por dios... —suspiró cansada
— ¡Zenitsu! —habló Tanjiro feliz sin embargo su amigo terminó asustándose— ¿estás bien? ¿te lastimaste? Viniste a la montaña ¿verdad?
