〖Misión ser pareja ✧ Amajiki Tamaki〗

↬Prólogo

Hoy era el día, después de casi tres años por fin había tomado la valentía de confesarse a su amado elfo, se miró en el espejo del baño por última vez para después salir con la cabeza en alto caminando por los pasillos de tercer año, los de tercero que la veían pasar notaban su aura y le gritaban deseándole suerte y diciendo que ningún soldado como ella moriría en vano.

Internamente la chica soltaba lágrimas de agradecimiento, al parecer todos lo de tercer año notaban su enamoramiento por aquel bello chico, menos él y sus dos amigos los distraídos.

— Es hora.

Ella soltó un suspiro mientras abría la puerta de la clase "A" con fuerza llamando la atención de los alumnos dentro de ese lugar, todos al verla decidida comenzaron a chillar, por fin había llegado el momento que esperaron desde primer año. Detrás de la chica se veían las otras clases observando el momento con sus celulares en mano, esto era legendario para todos los de su generación.

Se acercó a los tres grandes que la miraban confusos, entonces se paró frente al asiento del Amajiki logrando tensarlo, Mirio miraba expectante lo que sucedía mientras que Nejire estaba agarrada por una compañera que le tapaba la boca para que no arruinara ese momento tan esperado.

— A-Amajiki-san. — Lo llamó con un leve titubeo y el pelinegro solo alcanzó a elevar levemente la mirada dándole a entender que podía seguir hablando. — Yo... — Al notar como sus piernas temblaban se pegó levemente en las mejillas asustando al pelinegro al notar como estas quedaban rojizas sin contar el gran rubor que poseía desde antes. — ¡Me gustas mucho, por favor se mi novio! ¡Lamento no traer un anillo, pero te lo daré cuando nos graduemos! — Gritó sonrojada y con un rostro firme haciendo temblar al pelinegro.

— ¿Tamaki eres el pasivo de la relación? — Susurró Mirio confundido por las palabras de la chica.

Poco después de ese susurro un silencio se instauró por el aula que estaba repleta de estudiantes, todos los de tercero de todas las letras estaban ahí, dudaban que la chica fuera correspondida así que como buenos compañeros de guerra que la vieron caer tantas veces intentando confesarse la consolarían.

— Porque nunca se deja a un soldado. — Susurraron en voz baja mientras una lagrima corría por sus ojos.

— S-Sí. 

Al oír esa leve voz todos guardaron silencio, la chica estaba paralizada, podía ver en su mente números y letras girar intentando encontrarle lógica a esa respuesta de su amado ¿Era real? No, imposible ¡Debía ser un sueño! Ella no esperaba esa respuesta, ni siquiera esperaba que él supiera su nombre a pesar de ir en la clase de al lado por tres años seguidos.

La fémina se pellizco la mejilla y sintió dolor, eso le hizo abrir sus ojos de golpe.

— ¿Es real...?

— ¡Lo logró, señor! — Al oír el grito de sus compañeros mostró un rostro confuso.

— ¿Lo logré?

— ¡Lo logró! — Repitieron felicitándola como si hubiera salvado a la nación de un ataque terrorista.

Mientras todos la felicitaban Tamaki estaba por morir de un ataque al corazón en su lugar, Mirio lo felicitaba mientras que Nejire ahora lo llenaba de preguntas diciéndole si era la mujer de la relación, la chica miró a su ahora novio con un sonrojo y una gran sonrisa, pero al ver como estaba su expresión se puso seria y entendió todo.

Aún no había ganado la guerra, recién había pasado la primera misión y ahora venía la más difícil.

¡Lograr ser una pareja de verdad!