More than just a thief.

Tinte

Otra vez en el ático A.
-Los chicos van a ir a buscarte ropa.
-No hace falta, con unos pijamas vale, total, no saldré de aquí.
Louis puso un café sobre la mesa y con un suave toque lo colocó justo delante de mí. -Sí saldrás, acompañada, y estarás al tanto de todos nuestros trabajos.
-Delitos.-Especulé dando un el primer sorbo a mi café.
-Como quieras llamarlo. Si quieres te puedo invitar a cenar esta noche.
Volví a repetir la misma estampa que con Higgins. La falsa sonrisa, el falso acercamiento y la misma respuesta. El mismo perro pero con distinta correa.
-No.-Dije cortante. Tan cortante como un cuchillo jamonero.
-¿Eres así con todos los hombres?
-No, pero tampoco quiero salir a cenar con un delincuente que me tiene secuestrada.
-Vamos a vivir juntos durante una temporada. Nos debemos conocer muy bien. Yo te dejo que te lo pienses... Ah, y deberás cambiarte el color del pelo para que seas menos reconocible, le he pedido a Zayn que te traiga un tinte.
Acaricié con la yema de mis dedos mi larga melena. -Me niego rotundamente...
-Tarde...
Empezó una discusión estúpida, más de quince minutos discutiendo sobre mi color de pelo. Siempre me ha gustado tener el pelo tan oscuro, todo el mundo se lo tiñe a claro menos yo y me hace sentir diferente. Siempre me preguntan si realmente soy de Inglaterra y me doy con un canto en el pecho cuando digo que no, que era Italiana. Se quedan con cara de satisfacción y les encantaba escucharme hablar en italiano. ¿Qué hago si pierdo aquello que me hace tan característica?
-¿Qué más te da? Eres preciosa, rubia, pelirroja o morena todos se fijarán en ti, por favor.
-Me...-Estaba buscando una escusas que valiera pero sus palabras me hicieron callar, más bien nos agrada.- Gracias.
-¿Eso es un sí?
-No, me lo pienso.
Zayn trajo mucha ropa, toda de marca. Pero lo primero que me tendió en la mano fue el tinte.
-No estoy segura...-Dije manteniendo el bote en la mano. Era una buena marca.
-Sólo se te quedará castaño claro, no rubio.-Dijo Zayn con firme seguridad.-Se lo pregunté a la dependienta.
Suspiré. No había otro remedio, con pasos cortos entré en el baño y me di el tinte. Era media hora, así que me quedaría allí durante ese tiempo.