El secuestro

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Holaa! Sé que soy pesada, pero ese es mi oficio. Hemos hecho un grupo en la Aplicación WhatsApp donde podemos hablar las directioners y conocernos pero somos poquitas. Si alguna os animáis, podéis dejarme vuestro número por privado, el cual solo lo tendré yo. Podéis confiar en mí.

-¿Me vas a matar?- Tragué saliva y miré a sus ojos azules, ahora más azules que de costumbre.

-Te dije que no quería hacerlo. No lo voy a hacer.

-Entonces, ¿Puedo irme?

-No...-Sacó una media sonrisa.- Tendrás que quedarte aquí.

-Prometo no decir nada. Por favor. -Susurré.- Déjame ir.

-Me gustaría hacerlo, pero de esa forma podría ser que os mataran a los cuatro... Ya tu padre se ha salvado de algunas cuantas.

-¿Y qué vas a hacer?

-Podrás quedarte aquí hasta que a mi jefe se le olvide que trabajas contra nosotros.

Suspiré ahogada.-Mi padre me buscará...

-Y si te encuentra serán dos muertos...-Volvió a decir.

-Puedo... Puedo decirle que he tenido que volver a Milán porque me llamaron de la aduana por nuevos casos en el aeropuerto...

-Buena chica.-Sonrió.- Eres muy lista, quizás te animes a formar parte de nosotros algún día.

No estaba de humor como para responder a esa proposición. Metí la mano en mi bolsillo y saqué las llaves del Nissan de mi padre.

-Tres calles al norte, un Nissan Qashqai negro. Es el coche de mi padre, si lo encuentra aquí se extrañará.

La puerta volvió a abrirse y cuatro chicos entraron en el salón. Los conocía a todos. Los había investigado en la noche de ayer hasta las 3 AM.

-¿Gianni? ¿Qué haces aquí?-Dijo Zayn preocupado.

-A partir de hoy, la señorita Gianni Giovanelli trabajará para nosotros.-Me guiñó el ojo.- Necesitamos que un coche vaya con nosotros hasta su casa, dejaremos el coche de su padre y volveremos.

Todos miraron incrédulos, soy agente no una delincuente pero prefiero eso a ver cómo mi familia muere.
En cosa de veinte minutos fuimos en dirección a mi casa, Louis me custodiaba mientras el coche de Liam Payne nos seguía. Lo dejé aparcado justo en el garaje, guardé la llave en una de las mesas y marché.
En casa de Louis, una hora después.

-Te dejaré que llames a tu padre.-Dijo quitándome el móvil.-Hablaré con mi jefe y diré que necesito ropa para ti.

-¿Para quien trabajas?-Dije con lágrimas en los ojos.

Suspiró y puso delante de mí un sándwich y un zumo.- Para un hombre muy importante.

-¿No me dirás el nombre?-Dije bajito. No quería ni siquiera molestarlo.

-No te conviene saberlo... No me gustaría que entraras en este mundo y después... No pudieras salir. Come.

-No tengo hambre.

-Más que sea la mitad.

-No quiero comer...

Suspiró. Mordió un trozo de su sándwich y se levantó de la mesa.- Tendrás que acostumbrarte a esto. Sé que no es fácil que te aparten de tu familia pero más difícil es que lloren tu muerte.

Se marchó de la cocina pero aún seguía escuchando cómo hablaba. Volví a suponer muchas cosas sobre su pasado. Muchísimas. ¿Cabía la posibilidad de que él lo estuviera pasando mal aún teniéndolo todo? Agité la cabeza, era imposible y di un pequeño mordisco a mi sándwich.

-Me gusta que me hagan caso.- Sonrió. -Nos acabaremos llevando bien, ya verás.

Lo miré y devolví la vista al sándwich. No estaba segura de que estuviera haciendo lo correcto.

-Te... Tengo sueño.-Atreví a decir, aunque era mentira. Solo quería desconectar de todo esto y quizás idear un plan de huida.

-No me debes pedir permiso, Gianni, esta es tu casa.

-Pero no sé a dónde debo ir...

-Es verdad.-Soltó una leve carcajada.- Sube las escaleras, la puerta de la derecha es mi habitación, puedes dormir ahí.

-¿Y tú? -Si además de compartir casa, compartimos cama sería lo más incómodo del mundo. No encontraría nunca la manera de irme de aquí.

-Tranquila, he preparado el sillón.

More than just a thief.Where stories live. Discover now