Capítulo 9

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Antes de leer, asegurate de que has leído el capítulo 8. No sé por qué a Wattpad le dio por no notificar y no sé quién lo ha leído y quién no (una mierda, vaya)

Dicho esto, a leer!!

1 de febrero

Alba correteaba calle abajo con una felicidad extrema después de haber pasado ocho duros días sin ver a su jefa.

Pero por fin había llegado el día.

Llegó a la puerta e importándole poco lo ansiosa que pudiera parecer, golpeó con ganas y una sonrisa esperando ver el bonito rostro de Natalia al otro lado.

Y no se hizo de rogar.

Con una sonrisa cegadora, abrió la puerta deprisa.

La más mayor no lo reconocería jamás, pero sin quererlo compartía el mismo sentimiento de Alba. Tal había sido ese sentimiento, que el día anterior mientras los proveedores le trajeron todo el producto para retomar el servicio con normalidad, se planteó la excusa de llamar a Alba para que la ayudase.

Cosa que terminó descartando ya que era una completa y absoluta locura.

Por lo menos el tiempo había pasado rápido y ya la tenía delante.

— ¡Hola Natalia! – Se contuvo con uñas y dientes de darle un abrazo.

— Hola Albita. – Saludó con la misma ilusión y una sonrisa tierna.

— ¿Qué tal? ¿Qué has hecho estas vacaciones? ¿Cómo has estado? – Disparó su metralleta de preguntas mientras se adentraba al restaurante.

Realmente había echado de menos el restaurante...

Pero más a su jefa.

Mucho más.

— Uf, cosas nada interesantes. – Rió. — Pero de estar he estado bien... ¿y tú?

— ¿Qué es lo nada interesante? – Siguió a su rollo.

— Contabilidad, estudio de nuevas mejoras, arreglar cuatro cosas que estaban jodidas en el local... ¿sigo? – Sonrió de lado.

— No hace falta, ya me puedo imaginar el resto. – Rió bajito.

— Bueno, no me has respondido. ¿Tú qué tal? ¿Qué has hecho? – Se apoyó en la barra mirándola.

— Pintar, pasear, comer, dormir... – Se mordió el labio y la miró. No había podido decírselo el día que la dejó en casa después de Tarragona, ya que estaban Julia y Miki en el coche. Tenia la espinita clavada. — Echarte de me...

El sonido de una puerta abriéndose interrumpió las palabras de Alba.

Y quién se escondía detrás de aquella interrupción le hizo todavía menos gracia.

— Amor, me voy. – Avisó a su esposa. — Hombre Alba, cuanto tiempo. – Saludó con una gran sonrisa, aproximándose a darle dos besos.

— Hola... sí. – Fue tajante, cosa que ella no lo era nunca con nadie y no pasó desapercibido para Natalia.

Como tampoco pasó desapercibido lo que le estaba diciendo antes de ser interrumpida.

— ¿Qué has hecho estás vacaciones? ¿Has estado con tu madre? – Se interesó Carla.

— Nada, no he hecho nada... sí, he estado con mi madre. – Sus contestaciones mecánicas estaban empezando a sacar de quicio a la más alta de las tres.

— ¿Vas a ver a Fran? – Preguntó Natalia de repente, dejando, disimuladamente a Alba apartada de la conversación.

— Sí, tiene que ver si renueva contrato. – Habló con frustración.

Are u gonna tell her? - AlbaliaWhere stories live. Discover now