Capítulo 6

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6 de enero

Alba se presentó temprano aquella mañana, tal y como le pidió Natalia el día anterior.

Ese día se presentaba movidito ya que era el día de Reyes. Tenían un monton de reservas de familias que venían a hacer la comilona.

Natalia le abrió la puerta muy sonriente, últimamente parecía acompañarle siempre una sonrisa.

— Buenos días, Albita. ¿Qué te han traído los Reyes?

— Los Reyes estaban dormidos cuando he salido de casa. – Ambas rieron.

— Hombre, esque ya están mayores esos señores. – Le siguió la broma.

— ¿Podría tomarme un café, por favor? Estoy helada y dormida. – Pidió, normalmente todos tomaban café pero a ella le sabía mal.

— Ah, ¿que ahora pides permiso? Las nueces no opinan lo mismo. – Aprovechó para chincharla.

— Estoy en época de crecimiento, que soy un bebé. – Se encogió de hombros con gracia. —Necesito comer.

— No puedo contigo... – Murmuró. — ¿Café con leche?

— ¡Espera! – Se aproximó a Natalia que se disponía a hacerle el café. — Me dijiste que cuando preparara los cafés a la perfección, me dirías cuál era tu favorito. – La mujer la miró. — Bébete el café conmigo, yo los hago.

Natalia negó con la cabeza con incredulidad. La había enredado y lo peor es que iba a ceder.

— Un café irlandés para mí.

A Alba le extrañó que a plena mañana se pidiera aquel café que contenía alcohol, pero no dijo nada temiendo perder la oportunidad de tomarse un café con ella a solas.

Le hizo primero el suyo, ya que era más complicado y luego terminó haciéndose su café con leche.

Con cautela y una tímida sonrisa llevó los cafés hasta la mesa donde Natalia había decidido sentarse a esperarla, sentandose con ella también.

Cuando Natalia estiró el brazo para alcanzar su caliente bebida, la más joven no pudo evitar detallar su mano.

Parecía tan delicada.

La forma de sus dedos estilizados, las venas que se pronunciaban entre sus huesos...

Tuvo que obligarse a apartar la vista cuando Natalia se acercó el café a sus labios para probarlo, y cuando conectaron miradas Alba enrojeció al notar la sonrisa impresa en sus ojos.

Pillada.

— Mmmh... – Natalia probó aquel café y pareció satisfecha. — Muy bien Alba, te ha salido genial.

La chica sonrió a lo grande.

— ¿De verdad? – Preguntó con demasiado brillo en sus ojos.

— De la buena. – Sonrió con travesura. — Ahora que ya sé que puedo fiarme de ti, te confesaré que mi café favorito es el sólo.

La indignación que apareció en el rostro de Alba hizo que la más mayor tuviera que aguantarse una carcajada.

— Pe-pero... ¡¿por qué?!

— Era demasiado fácil... – Se encogió de hombros sin perder la sonrisa.

— Que cabrona...

Las cejas de Natalia se alzaron con sorpresa.

— ¿Perdona? – Cuestionó.

Los ojos de Alba rehuyeron su mirada que no paraba de buscarla.

— Nada... – Susurró con la taza de café al borde de sus labios.

Are u gonna tell her? - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora