XXXV. En la recta final

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"¿Qué has hecho?", pregunta Griffin, pero por supuesto, no pretende que responda. Es más bien una especie de pregunta retórica. "¿Sabes cuántos vampiros había ahí?"

"De hecho, no", respondo tranquilamente. "¿Te importaría darme el dato?"

Esto él lo toma como una burla. Pretende saltar encima de mí, pero no puede. Drakken y los suyos, que ya estaban listos, disparan ráfagas de balas contra él y contra sus dos acompañantes. Los tres caen al suelo heridos, pero no vencidos.

Recién cuando están ahí tratando de recuperarse de todas las balas que han recibido, es que aparece Coco con una cara fiera y con sus manos transformadas en garras asesinas. No tardan en encargarse del problema.

Griffin ya no será una preocupación.

Observo el polvo que queda en el suelo. Eso es lo que queda de mi contrincante.

De uno de ellos, en todo caso.

"¿Señor?", me llama la atención Morgan. "¿A dónde ahora?"

"A la casa de Largo Alba", le respondo. Ha llegado el momento del encuentro final.  Coco se para junto a mí sonriente.  Parece que había estado queriendo hacer eso por un buen tiempo.

Me sacudo un poco la tierra de mi traje. Me veo terrible, pero eso por el momento no importa.

"Señor", interviene Ponce a mi costado. "El equipo de demolición reporta que dentro de la casa de William De la Cruz se encontraba efectivamente los dos objetivos"

Se refiere a Beatriz y a Aldric. Con eso podemos celebrar. Hemos cumplido el objetivo.

"Además, también había otros cinco vampiros", continúa Ponce. "Uno de ellos era Orlando"

Oh, esto se pone cada vez mejor. Orlando De la Cruz era uno de los miembros del directorio con derecho a voto. En una reunión normal hay cinco votos en juego. Orlando ahora está muerto, William se ha ido a descansar y no quiere participar. Esto nos deja con tres votos activos, de los cuales tengo control sobre dos, el de Largo Alba y el de Joseph Anders. El único incierto sería el de Dana De la Cruz. Sin embargo, ya no importa. Ya tenemos la mayoría necesaria para nombrar de presidente del Grupo a quien querramos.

"¿A quién es que queremos de presidente?", me volteo hacia Coco. "En el plan original era William el que regresaba a ese puesto. Ahora William ya no estará disponible por unos cuantos siglos. Esto nos deja con el problema de decidir a quién colocamos en su lugar. ¿Va a ser eso un problema?"

"Debemos hablar con Largo y con Joseph cuanto antes", me responde ella. "Tenemos que conversarlo antes del directorio"

Ahora el juego se va a ganar en velocidad. Debo cerrar el trato antes de que nuestros enemigos se den cuenta de lo que ha pasado.

Sin embargo, eso me lleva a reflexionar un momento. ¿Me quedan enemigos? Me parece que acabo de eliminarlos a todos.

No, no a todos. Quedan aun un par dando vueltas.

"Atentos todos", le digo a Drakken. "Laura aun está ahí afuera. Y no sabemos cuál es su plan. El Piojo también está suelto"

"El equipo de demolición ha capturado a un tal Spaz Adler", me informa Ponce desde un lado. "Lo han llevado al cuartel para interrogarlo"

Saco el celular que le robé y lo marco con movimientos mecánicos.

"¿Aló?", me responde Isabela. "¿Señor? ¿Cómo va todo?"

"Bien, bien", miro hacia ambos lados antes de pasar la calle. "Pásame con Dante, por favor"

"Eso no va a ser posible, señor", me informa mi secretaria. "La señorita Laura está aquí. Ella y unos señores que no conozco. Uno de ellos tiene una pistola puesta en mi cabeza en este momento"

Yo suspiro. Temía que esto podía suceder, pero esperaba que no pasara.

"¿Están muertos?", pregunto.

"No, señor. Nadie lo está. Laura y los cuatro señores que la acompañan...", comienza a explicar, pero no termina. Astuta Isabela. Sabe que es un dato útil el número de hostiles que hay en este momento en mi oficina. Me lo acaba de dar.

Lamentablemente el señor que tiene una pistola puesta en su cabeza en este momento también es astuto y se ha dado cuenta de exactamente lo que acaba de hacer.

Hasta tengo la suerte de escuchar su voz.

"Hola, señor Martin", dice. Es voz de hombre adulto. De hecho, la conozco.

Es la voz de Gustavo Jimenez, el antiguo guardaespaldas de mi padre.

"Lamento mucho que hayamos tenido que llegar a esto", me dice. "Realmente debió quedarse en el sótano, como habíamos planeado. Solo ha complicado todo"

"No le haga daño a nadie. Iré para allá", le digo.

Y cuelgo. No espero su respuesta.

"Cambio de planes, muchachos", digo a los que me acompañan. "Debemos regresar a mi oficina. Laura Franken está ahí y ha tomado rehenes. Debemos encargarnos de eso antes"

"Discrepo", escucho una voz detrás de mí. Me volteo y veo a Roonie Mendelson. No está solo. Hay dos vampiros más con él. A uno de ellos lo conozco. Es Rachel Anders.

"¿Qué se supone que está pasando aquí?", pregunto inocentemente.

"Luego podemos entrar a los detalles", responde Rachel. "Por el momento lo que necesitas saber es que los Anders tenemos un trato paralelo con Oliva Motors. Rebeca Oliva y yo hemos tenido largas conversaciones sobre lo que le conviene a la calle Abastos. Laura Franken y sus hombres son un impedimento para esos planes"

Coco me mira y se ríe.  Para ella todo esto es un gran juego.

Los vampiros de la calle AbastosWhere stories live. Discover now