XII. Llamada telefónica

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"Aló. Erwin Martin", respondo el celular. Noto que el punto rojo está ahora en mi pecho. Parece que Laura no termina de confiar en mí aun. "¿Qué es lo que quieres?"

"Pregunta incorrecta", responde ella. "La pregunta que quieres hacer es '¿qué es lo que queremos?'. Y tú sabes la respuesta"

"Está bien", asiento. "Entonces déjame preguntarte esto. ¿Cuál es el siguiente paso en tu plan?"

"Necesito saber a quién le vas a rendir lealtad", la voz de Laura sigue tan poco emotiva como de costumbre. "Cuando la situación se ponga crítica, ¿vas a ser leal a nosotros o a ellos?"

"¿Quiénes son 'nosotros'? ¿Quiénes son 'ellos'?", pregunto.

"Nosotros somos la raza humana. Ellos son la nación de vampiros. ¿Suficientemente claro para ti?"

Yo dudo un momento y luego miro hacia arriba. Trato de identificar desde dónde me está apuntando. Ésta es la construcción más alta de la calle Abastos, lo que quiere decir que ella me está observando desde una antena o alguna opción que está por encima de un edificio cercano.

"No me busques", me dice de pronto. "Acepta el hecho de que no vas a poder saber desde dónde te hablo. ¿Puedes hacer eso?"

"Disculpa, pero se me hace difícil confiar en alguien que no puedo ver", le digo.

"Vas a tener que aprender si quieres continuar con esto"

"¿Qué es 'esto'?", pregunto.

"'Esto' no es la primera vez que los seres humanos peleamos por nuestra independencia de los monstruos. Hace varios siglos nos levantamos y dejamos en claro que no íbamos a permitir que los vampiros sean los que manden. Por eso se retiraron a vivir en las sombras. Por eso fingen que no existen. Porque saben que si su exitencia es conocida, la reacción en la sociedad humana sería demasiado fuerte. No sobrevivirían"

Yo asiento. Eso es cierto. Todos en la calle Abastos lo sabemos. La sobrevivencia de los De la Cruz, así como la del Grupo, depende del anonimato. Que nadie fuera de nuestros límites sepa que existen los vampiros. Hemos visto en varias oportunidades lo que sucede cuando la información se filtra.

Nunca es bueno.

"Entonces, ¿ése es el plan? ¿Hacerlo público? ¿Que sea el público el que se encargue de la matanza?", pregunto decepcionado. Pensé que se trataría de algo más elaborado.

"No seas imbécil", me llega la voz de Laura. "Si el público en general se entera hoy en día, con el acceso a internet y a las redes sociales, no lo podríamos controlar. Sería una matanza aquí y en todos lados y crearíamos pánico y paranoia. Yo no quiero ser la responsable de eso. Además, si una turba de gente temerosa ingresa a la calle Abastos esta noche, ¿cómo podría tomar el control del Grupo De la Cruz mañana?"

Bajo el teléfono y suspiro. Esto es nuevo. Laura no solo quiere eliminar a los De la Cruz. También quiere tomar el control de su operación. Por eso es que me necesitan a bordo. Ella no podría dirigir la corporación sola. Me necesita para poder llevar todo durante una transición.

Lo cual me lleva a una nueva interrogante. Laura es una asesina profesional. No debe estar en sus planes personales terminar siendo una ejecutiva al mando de una empresa multinacional. De hecho, dudo mucho que ella tenga los conocimientos necesarios como planearlo todo. Laura Franken sabe montar y desmontar armas de larga distancia y jalar del gatillo. No sabe nada de estados de pérdidas y ganancias.

"¿De eso se trata todo?", pregunto finalmente. "¿De tomar el control del Grupo De la Cruz? ¿Esto es un mero atraco? ¿Es por el dinero?"

"No, imbécil", la voz de Laura sigue inexpresiva. "Es mucho más que eso. ¿Crees que podemos desparecer un imperio económico como el Grupo De la Cruz de un momento a otro y la gente no va a hacer preguntas? Dame un poco más de crédito. Necesitamos tomar el control de la corporación para irla desmantelando de a pocos"

Los vampiros de la calle AbastosWhere stories live. Discover now