Capítulo 1: El Niño Genio

Start from the beginning
                                    

     Ambos rieron ante ese recuerdo agridulce de aquellos días no tan lejanos de su tierna adolescencia. Desde que entraron a la primaria, habían luchado contra los bravucones, por lo que se habían ganado el acertado apodo de Dúo Dinamita. Valgan verdades, era en realidad el menor de los dos el que enfrentaba a los demás estudiantes sin importar su edad o lo intimidantes que se vieran.

     Kang Yuchan aparentaba ser un jovencito común y corriente, dulce como un helado por fuera, pero si te metías en su camino —y en el de sus padres y el de su mejor amigo, Kim Byeongkwan—, debías prepararte para conocer al monstruo que escondía dentro. Era precisamente dicho contraste de su personalidad el que horrorizaba a todos los que habían osado desafiarlo alguna vez en su vida desde la infancia y, al mismo tiempo, la misma razón por la que cautivaba a sus admiradoras y a cada persona que tenía la dicha de conocerlo. Y no, no era necesario usar la fuerza física en ningún momento cuando se contaba con un poder de convencimiento tan persuasivamente aterrador como el que poseía el chiquillo.

     —Por lo que veo, no nos llevará tu papá.

     —No, tenía una junta desde muy temprano, así que me contrató un taxi, ya que nuestro chofer está de vacaciones por unos días —explicó al mismo tiempo en que comprobaba en su iPhone qué tan cerca se encontraba el vehículo—. Dice que pronto tendremos que aprender a usar el autobús porque es necesario en caso de emergencias. Ni idea de cómo se hace eso, por eso me consiguió la última versión del Maps que tiene un radar satelital de última generación. Así será imposible perdernos.

     —Siento que tu papá nos está insinuando que debemos madurar.

     —Yo también siento lo mismo —comentó con una mueca de fastidio—. Mi mamá casi lo mata diciendo que podrían secuestrarnos, pero como ella también va a tener muchas reuniones estos días, tampoco podría llevarnos. Le dije que puedo defenderme solo y defenderte a ti, pero insiste en que un genio como yo no debe caminar desprotegido.

     En el aspecto de los estudios, no había que explayarse demasiado; más bien, todo se resumía en que Yuchan era un cerebro andante. Siempre había sido el mejor de su clase en todos los cursos, incluyendo música y deporte. Era el niño genio bien portado que todo padre estaría feliz y orgulloso de tener. Por si fuera poco y como un plus a todo lo anterior, el chiquillo era lindo. No era muy alto, mas sí esbelto, y sus ojos almendrados color café se iluminaban cuando los rayos del sol lo acompañaban por los pasadizos. Las chicas se volvían locas por él a cada paso que daba, y los chicos lo respetaban y admiraban. Existían muchos envidiosos, pero el aura temible del chico bastaba para que el resto mantuviera su distancia en todo momento.

     No obstante, por supuesto que también existía otro gran motivo solapado para todo este temor hacia el chico.

     La familia Kang era adinerada. Muy adinerada. Su padre era un apuesto y exitoso empresario hotelero que se había forjado un nombre a nivel mundial en dicho rubro, empezando a crear su compañía al poco tiempo de egresar de la universidad. De su madre, se podía resumir todo en una frase: reputada fiscal de IQ 115, y de rostro y figura envidiables. Asimismo, era la única persona en el mundo que podía poner a su hijo a raya sin que este se atreviera siquiera a rechistar. De ella, justamente, había heredado ese carácter tan contrastante que había vuelto loco a su padre, quien había terminado por pedirle matrimonio una docena de veces antes de obtener el ansiado sí. Su padre era la tranquilidad en la tormenta, el intermediario necesario en su familia de tres.

     —No entiendo por qué tendríamos que tomar autobús, tenemos el dinero suficiente como para pagar simplezas como son los taxis.

     —Bueno, mis padres siempre están hablándome sobre el valor del dinero; que no cae del cielo, que no crece en los árboles... Pero en tu caso, no lo entiendo. Podrías comprar la mitad de la ciudad si quisieras.

La Némesis del ArcoírisWhere stories live. Discover now