IV. Orgullo y dicha.

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Esa tarde Yongsun, Jimin y yo nos sentamos juntos a ver el desfile de bienvenida para los ex alumnos. Es el primer festejo en el que estoy en las gradas. Esto se debió a una desafortunada coincidencia de horarios. Nuestra escuela tiene demasiadas actividades y equipos como para tener representación en todas las sesiones de porristas, así que cada vez que tenemos desfile, solo destacan unos diez o doce grupos. Me pidieron que llevará a mi grupo de actores esta vez, pero sentí que este tipo de reconocimiento podría arruinar nuestro arte : colocar la personalidad por encima de la actuación, por expresarlo de alguna manera. Así que, en consecuencia, estoy sentado en las gradas intentando medir el barómetro de Yongsun y Jimin. En este momento la presión es alta, él no deja de verla a ella, pero ella no parece muy interesada en mirarlo a él.

Luego él voltea a verme a mí.

—¿Ya encontraste a tu novio? —pregunta.

Muy asustado, volteo para ver si Yoongi no anda por ahí. Para mi fortuna, no está.

Mi yo dramático no puede evitar el preguntarme si él realmente existe o no.

La secretaria del director se acerca al micrófono para dar inicio al desfile. Todos saben que es ella quien evidentemente ejerce el poder en la escuela, tiene sentido que dirija las cosas en la celebración.

Se abren las puertas del gimnasio y entran las porristas montadas en sus Harleys. La multitud enloquece.

Somos —creo— la única preparatoria en Corea con un equipo de porristas motociclistas, aunque podría estar equivocado. Hace unos años se decidió que un grupo de motocicletas rugiendo sería más estimulante que cualquier rutina con pompones. Ahora, en un alarde de complicada coreografía, las Harleys dan una vuelta por el gimnasio, comenzando con una formación de pirámide, como si fueran aves migratorias, para luego separase y girar e irse por la esquinas. A manera de gran final, las porristas hacen rugir sus motores al mismo tiempo y luego salen volando por la rampa pintada con el nombre de la escuela. Su recompensa es un aplauso ensordecedor.

El desfile ya está cumpliendo con su función. Me siento muy orgulloso de ser alumno de mi prepa.

El equipo de tenis es el siguiente: mi hermanito y su amigo Sunghoon son los campeones de dobles, así que tienen una recepción bastante buena. Yo intento gritar con bastante fuerza para que Jake pueda distinguir mi presencia entre la multitud. El está en su segundo año, un año bastante bueno después de convertirse en una estrella apenas en su primer año, cuando yo nací mis padres se separaron, un año después mi madre estaba dando a luz luego de una aventura en Australia.

Después de que vitorean al equipo de tenis, la banda de covers de nuestra escuela sale a tocar. Luego de algunas presentaciones más, la secretaria del director sale, pide silencio a todos y presenta al rey y la reina de la fiesta de bienvenida de este año. Wonho sale enfundada en un vestido rosado de gala cubierto en parte por su chamarra de mariscal de campo. El rey, Byun Baekhyun, cuelga de su brazo, ya que mide como treinta centímetros menos que ella (si contamos los tacones, claro).

Wonho sostiene un micrófono portátil que tomamos prestado de la camioneta de Chanyeol para que pudiera presentar a su equipo y desfilar al mismo tiempo. Cuando la banda de la escuela empieza una versión skacore de "We Are the Champions" (tampoco es que no tengamos una tradición), los miembros del equipo de fútbol se forman para su presentación.

Me inclino hacia Yongsun. Tiene la vista fija en Shownu.

Francamente no sé por qué. Shownu es el segundo mariscal de campo. El que se enamoró de Wonho y se molestó cuando lo rechazó. Quedó muy amargado por eso, más que Jimin cuando estaba en sus peores humores. Jimin, por lo menos puede molestarse sin perder el sentido del humor por completo. No estoy seguro de que Shownu sea así. Desearía que Jungkook estuviera en nuestra escuela para que pueda arquear la ceja y el me pueda dar su opinión sobre la situación.

Kim meets Min ✧ YoonJinKde žijí příběhy. Začni objevovat