Capitulo Trece

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-Magnus. -Clary le hablo, frunció el ceño cuando Magnus no contesto. -¡Magnus! -Magnus dejo caer la taza de sus manos, mirándola. -Dios. -Clary dio un respingo del susto al escuchar el impacto del vidrio quebrándose.

-¡Mierda, lo siento! -Se apresuró a recoger los vidrios.

-¡No! Te vas a cortar. -Clary camino por la escoba y el recogedor.

Fue tarde, sin embargo, Magnus siseo de dolor cuando sintió el vidrio cortar la palma de su mano.

-La advertencia llego tarde. -Se levantó, Clary se apresuró a recoger los vidrios. -Iré por el botiquín. -Dijo al terminar.

Magnus se dejó caer en la silla, suspirando. Se había quedado tan intrigado por la forma en que eso hombres lo habían mirado, la forma en la que el mayor había hablado de su madre, y la sensación de protección y familiriadidad que había sentido con ellos a pesar de no conocerlos.

Le dio escalofríos

Clary llego rápido, se sentó frente a él, y agarro su mano. El corte no era grande, ni profundo, pero aun así le dolía. -Te pondré alcohol. -Clary aviso, Magnus asintió.

Mordió sus labios cuando el alcohol ardió por toda su herida, luego Clary le puso una venda alrededor de su mano.

-Alec va a enloquecer cuando te vea así. -Dijo al terminar, Magnus le sonrió.

-Gracias. -La actitud de Clary era parecida a la de su mamá y siempre lo había cuidado como si lo fuera, ella sonrió.

-Ni lo digas. -Despeino su cabello. -¿Qué es lo que te tenía tan distraído?

-Nada, tengo unos exámenes próximos, estaba pensando en lo mucho que tengo que estudiar.

Ella sonrió de nuevo. -Eres muy inteligente, no tienes que preocuparte

Magnus se rió. - ¿Las galletas ya están?

-Sí, prueba, estas no están muy calientes.

Magnus agarro una, cuidadosamente, y luego le dio una mordida. -Woo, sabe muy bien. -Miro a Clary. -A decir verdad, estoy sorprendido, pensé que sabrían mal y tendría que fingir que las amaba.

Ella golpeo su brazo. -Grosero. Lleva estas hacia donde Alec y sus amigos.

Magnus mordió sus labios. -¿Yo? Pero tal vez ellos no quieren que vaya.

Clary rodó los ojos. -Solo las vas a dejar y vienes, no tienes que quedarte. -Puso un plato con galletas en su mano ilesa. -Ve.

Magnus dio media vuelta y camino rápido por el pasillo, ellos estaban en la sala y Magnus solo se asomó y aclaro su garganta. -Disculpen. -Los tres hombres lo miraron. Los tres tenían una mirada rara sobre él, Magnus trago saliva. -Yo... Clary me mando a que trajera esto. -Entro a la sala, dejando el plato en la pequeña mesa.

Alec se levantó, y agarro su mano herida con cuidado. -¿Qué paso?

-Me corte con un vaso que tire, no es nada. -Le sonrió, pero Alec estaba serio y examino su mano, como si pensaba que mentía. -Alec, estoy bien. -Miro a los otros dos hombres que le miraban. -Lo lamento, pero mi prima al parecer está muy emocionada por estas galletas y me pidió que las trajera, no quería molestar. -Alec soltó su mano lentamente, Magnus sonrió hacia los hombres.

-Tienes su sonrisa. -El hombre mayor dijo, Magnus le miro confundido. -La sonrisa y los ojos de tu madre. -Magnus sonrió de nuevo.

-Bueno, volveré a la cocina.

Con una última sonrisa, dio media vuelta y salió de ahí.

Alec miro a los hombres frente a él. -Tiene que saberlo.

-Lo sabrá. -El hombre mayor dijo. -Lo prometo.

(...)

Magnus despertó, agitado. Las sabanas se pegaban a su cuerpo sudado, pero aun así tenia frió.

Se levantó, y camino hasta el baño para echar agua su cara. Se recargo en el lavamanos, respirando entre cortado.

A pesar del tiempo que había pasado, seguía teniendo pesadilla de esa noche, aun le daban escalofríos y sentía que quería vomitar.

Salió del baño, y después también del cuarto.

Mordió sus labios cuando se paró frente a la puerta del cuarto de Alec.

Incluso cuando ya tenían algún tiempo de ser novios formales, Alec nunca le había invitado a dormir con él, probablemente no quería incomodarlo, eso quería pensar.

Dio dos leves golpe en la puerta, balanceándose sobre sus pies, nervioso.

La puerta se abrió, y Alec salió, estaba sin camisa y con unos pantalones para dormir, Magnus trago saliva.

-Lo siento, tuve una pesadilla y... no quiero dormir solo. -Alec lo agarró suavemente del brazo, haciéndolo entrar. -No quiero incomodarte.

-Nada de eso. -Alec sonrió. -Puedes dormir en la cama, dormiré en el sillón, para que estés más a gusto.

Magnus se encamino a la cama, metiéndose rápido bajo las sabanas- -Duerme conmigo.

Alec alzo ambas cejas. -¿Estás seguro? -Magnus asintió.

Alec entro en la cama también, tapándose, Magnus giro y lo abrazo. -Abrázame.

La risa de Alec vibro en su pecho y lo abrazo. -¿Qué soñaste? -Pregunto mientras hacía pequeño círculos en su espalda.

-Fue más bien un recuerdo, -se apretó más contra él, -no quiero hablar de eso.

Alec sintió que su sangre hervía, porque sabía perfectamente que era lo que Magnus había recordado, así que acomodándose mejor, paso su otro brazo también, acercando el cuerpo de Magnus más a él.

-¿Tu mano duele? -Alec pregunto.

-No, está bien. Lo siento, quebré un vaso, estaba un poco distraído.

-¿Por qué? -Magnus se alejó un poco de él, para mirarlo.

-¿Quiénes eran los hombre que vinieron esta tarde? Conocían a Raúl y a mi mamá.

-Son socios desde hace un tiempo, les tengo mucho cariño.

Magnus se acomodó de nuevo, poniendo su cabeza en el pecho de Alec. -Parecen buenas personas.

-¿Lo crees? -Alec medio rió.

-Si. Incluso aunque no los conozco, no me sentí intimidado o algo así, fue muy raro.

-¿El qué?

-La forma en que me sentí, como protegido, no sé. Dios, creo que estoy divagando, es que tengo mucho sueño, ya no me preguntes más cosas. -Alec se rió.

Agarro la barbilla de Magnus, levantando su cara hacia, y luego lo beso. Al separarse, sonrió. -Buenas noches.

Magnus agradeció la oscuridad, porque sentía que estaba demasiado sonrojado. Puso su cabeza de vuelta en el pecho de Alec. -Buenas noches. -Magnus sonrió, cerró los ojos y se quedó dormido rápido

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