Hogwarts 1°

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Teddy había cumplido 11 años y se encontraba en su casa leyendo sobre la historia del que sería su próximo colegio. Era la combinación perfecta de sus padres, era intrépido, valiente y un poco fuera de lo ordinario como su madre, pero esa físicamente idéntico a su padre, sin olvidar que también tenía su templanza y nobleza.

Durante las cenas ya se podían escuchar las apuestas, muchos decían que sería un león, como su padre, porque tenía el coraje y la valentía. Algunos se atrevieron a mencionar que sería un águila, por lo inteligente que era, pero su abuela y Harry coincidían que sería un tejón.

Cierta mañana una carta llegó.

-Teddy, te ha llegado una carta -dijo Andrómeda durante el desayuno.
-Que raro, no espero correspondencia de nadie... Espera, es, ¿ES MI CARTA?
-Ábrela hijo, solo con cuidado.
-Querido señor Lupin -dijo Teddy brincando de emoción-, en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, ¡ABUELA VOY A EXPLOTAR!

Al llegar la noche, como todos los días, fue a visitar a su tío Harry.
-Ya me enteré que te llegó la carta, felicidades Teddy.
-Gracias tía Ginny, ¿tú crees que sea lo suficientemente bueno para Gryffindor?
-¿Esa es la casa que quieres?
-Es a donde fue mi padre y creo que a él le gustaría que estuviera ahí.
-¿Y qué pasa con tu mamá? Ella era de Hufflepuff.
-Creo que a mi tío le gustaría que también entrará a Gryffindor.
Harry escuchaba todo desde la puerta más cercana.
-Teddy, yo estoy feliz con el hecho de que estés en Hogwarts, en cualquiera de las casas serás bienvenido. Si te soy honesto, yo creo que serás un tejón, tienes el noble corazón de tu padre y valentía de tu madre, eso te hará quedar muy bien.
-¿En verdad lo creen, tíos?
-Lo apostamos - dijeron al tiempo los dos adultos.



El día de atravesar el anden 9 3/4 había llegado, Teddy prefirió cruzar solo, sabía que sus padres lo estarían ayudando. Comprar sus libros y su varita fue lo más divertido que había hecho en toda su vida. Él estaba familiarizado con los dulces y caramelos que Ron le regalaba, pero prometió personalmente no comer ni una sola rana de chocolate hasta que la señora del carrito se la ofreciera.
Se despidió de su abuela y de sus tíos. Andromeda estaba llorando, le hubiera encantado que las cosas fueran diferentes, pero estaba orgullosa del niño que subía las escaleras del tren.

Al entrar al tren no conocía a nadie, sus primos eran muy pequeños y solo esperaba toparse con alguien bueno. Sumido en sus pensamientos, entró al primer compartimiento que vio.

-Hola, ¿me puedo sentar?
-Claro, no conozco a nadie. Me caería bien un amigo.
-Hola, me llamo Edward pero puedes decirme Teddy.
-Hola Teddy, soy David Kipling.

Teddy no estaba acostumbrado a tener que decir su nombre completo, por lo general todos veían la similitud con Remus más el cabello azul y sabían de inmediato quienes eran sus padres. Antes de que Teddy pudiera decir su apellido, la señora del carrito los interrumpió.
-Me podría dar dos ranas de chocolate.
-Claro querido.

La señora se fue y Teddy le dio una a su amigo y otra él.
-¿Qué es esto? -preguntó David.
-Son ranas de chocolate, son riquísimas. ¿Nunca habías oído de ellas?
-No te lo había dicho, pero mis padres son muggles, así que todo esto es nuevo para mí - decía David mientras abría la caja y una rana saltaba de ella.
-Oh, yo estoy muy familiarizado con el mundo muggle.
Teddy que ese día llevaba el cabello café y sus reflejos no fallaban la tomo y se la dio.
-¿Y este señor es el fabricante o el dueño? - David le enseñaba la foto del personaje a Teddy.
Teddy sonrió orgulloso y su cabello se torno azul.
-No, David. Las ranas tienen tarjetas de personajes famosos. Él es Remus Lupin, mi papá.
-TU CABELLO... Cambió.
-Soy metamorfomago, como mí mamá. Ella también sale en las tarjetas- decía abriendo su rana y salía su padrino - sabía que no saldría mamá, bueno, él es mi tío - decía mientras le mostraba la tarjeta a su nuevo amigo.

En todo el camino hasta llegar a Howgwarts se la pasaron charlando de cómo era su vida y ellos. David sabía muy poco sobre el mundo mágico por lo que Teddy le platico todo lo que sabía.
-¿Y en qué casa te gustaría estar, Teddy?
-Bueno, ya no tengo ninguna preferencia, creo que dejaré que el sombrero haga el trabajo.
-Hay que prometer que sin importar a qué casa vayamos, seremos amigos.
-Trato.

Los chicos entraron al enorme salón. Todo era nuevo para los dos, la hora de la selección llegó. Teddy se sentó en el banco mientras la directora le sonreía.
-Eres valiente, como un león, pero ese no es tu lugar... Tú serás de - el sombrero que se encontraba susurrando, elevó su tono de voz - HUFFLEPUFF.
La mesa de los rejones estalló en gritos. La mayoría sabía quién era sólo por el apellido y además conocían a su padrino. Teddy cambió su cabello a un amarillo como el de la casa.  Atrás de él vino su amigo, también sería un tejón.

Los primeros meses habían pasado, y Teddy se sentía muy cómodo en el colegio. La primera vez que Teddy pasó una luna llena en Hogwards fue muy difícil, se ponía de mal humor y no se sentía a gusto en ningún lugar. Así que había decidió escabullirse solo hasta el bosque prohibido. Algo que la directora McGonagall sabía pero aún así pasaba por alto.
Ese bosque era territorio de criaturas inimaginables, pero a Teddy esa noche no le importaba. Durante el tercer mes, Teddy salió, caminó y caminó hasta que sus piernas se cansaron, se sentó sobre una piedra y vio un reflejo que se encontraba en el suelo...
La tomó cuidadosamente y la observo, en ella se podía ver un garabato que él conocía muy bien. Teddy sabía que era la piedra de la resurrección, la tomó entre sus manos y comenzó a llorar; Teddy sabía que no podría ser verdad, que seguramente después de la guerra su padrino regresó al lugar y se llevó la verdadera, él deseaba que fue la verdadera, daría media vida con tal de ver a sus padres otra vez, él seguía sumido en sus pensamientos mientras un par de voces que jamás había escuchado le susurraron su nombre.

-Ma-mamá, ¿papá?

Teddy  había hablado anteriormente con los retratos de sus padres que se encontraban en una pared especial en Hogwards, pero esto era diferente, ellos estaban ahí en cuerpo completo.

-¿Son ustedes?

Luna de Colores: ERLWhere stories live. Discover now