Primeros años

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Eras las 7 am del 3 de mayo de 1998 en la casa de los Lupin, Andromeda esperaba sentada junto a la cuna de Teddy. No esperaba buenas noticias y tampoco malas, solo esperaba. Veía a su nieto con una mirada de ternura, deseando que las cosas fueran diferentes. Alguien tocaba la puerta... su corazón se detuvo por un momento, si fuera Remus o Tonks, simplemente entrarían, pero esa persona decidió tocar.

Bajo a ala puerta, rogándole a Merlín que le diera la fuerza para lidiar con eso. Lentamente abrió la puerta y sus ojos se llenaron de lagrimas...

-Harry, ¿qué haces aquí? ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJA? ¿Y Remus?

-Yo-yo, traigo malas noticias. 

Harry sostuvo a Andromeda entre sus brazos, la dirigió al sillón y lenta y cautelosamente le relato lo que ocurrió la noche anterior, como Remus había sido atacado por la espalda y como Tonks su hija había sido la salvación para una niña que se encontraba a punto de morir. Harry le prometió que a Teddy no le faltaría nada, que él como su padrino se haría cargo de las cosas que hicieran falta. 

Cuando Andromeda pudo recuperar el aliento y las fuerzas, fueron donde Teddy, Harry cuidadosamente lo cargo. Le pidió a Andromeda que por favor fuera a descansar, que el se quedaría con Teddy unas horas.

-Hola Teddy, soy Harry, tu padrino. Tu mamá era una gran amiga mía, me regalaba cosas increíbles y tu papá... bueno, él también fue como un padre para mí. Nos peleamos una vez, pero él siempre estuvo para mí como yo lo estaré para ti. Nada te faltará.

Harry sabía la responsabilidad que tenía y que sus palabras eran sinceras. Él no tenía pensado regresar a Hogwards, por lo que eso le permitiría estar más cerca del que ahora se convertía en su nueva familia. 

Luego de unas horas Andromeda apareció, lucia triste, pero mucho más descansada. Hablo con Harry de como estarían las cosas.

-No es necesario que hablemos de eso en este momento.

-Claro que sí, además no habrá momento perfecto, de verdad, acepta la invitación. No será permanente y nos haremos compañía.

Andromeda le había propuesto a Harry que se mudará con ella durante algún tiempo, ya que Harry no regresaría a casa de sus tíos, la casa de los Black no se encontraba en las mejores condiciones y la madriguera estaría llena.

-Está bien, entonces me quedaré con ustedes. 

Harry sabía que eso le permitiría estar cerca de Teddy y cuidarlo como se los juro a sus padres.

En los horas siguientes, se llevaron acabo los funerales. Lloraron a los que se fueron y honraron sus memorias. Harry conservaba las varitas de Tonks y Remus, de manera que serían un recuerdo para Teddy.

En los días siguientes, la casa de los Lupin se lleno de vida por un momento, ayudando a Harry a pasarse llegaron todos los de la orden, Teddy se quedaría con el cuarto de sus padre y Harry tomaría el de él. Todos trataban de seguir adelante, Teddy se la pasaba de brazos en brazos, siempre riendo y con un todo azul en los cabellos que solo cambiaba cuando tenía sueño o algo le molestaba.

En los meses siguientes todos se sorprendieron, Teddy crecía muy rápido, al parecer aunque no heredo la licantropia, habían rasgos que no podrían evitar como lo rápido que gateaba, que la luna lo pusiera de malas o que caminara antes del tiempo previsto.








El cumpleaños número  10 llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Todos se encontraban en la mesa de la casa de los Weasley, cantando feliz cumpleaños en frente de un pastel gigantesco de chocolate.

Harry se acerco a Teddy para darle su regaló.

-Tío, ¿por qué tenemos que salir?

-Porque a tu abuela no le parecerá que usemos tu regalo adentro de la casa. 

-¿Es peligroso?

-No, bueno, hay que saber usarlo y para eso estoy yo aquí.

En el pasto se encontraban dos escobas, una con un gran moño de regalo y la otra usada y desgastada por el uso.

-Pronto entrarás al colegio y tendrás que aprender a usarla para ser el mejor.

Teddy desbordaba alegría, intento una sola vez y lo consiguió. Sería un gran jugador. 

Al entrar a la casa alguien llamo a Teddy.

-Teddy, Victorie quiere darte tu regalo- dijo Bill el padre de la niña que se acercaba de la mano de su madre, Fleur.

-Todos te queremos mucho -decía la niña mientras depositaba un beso en la mejilla de cumpleañero-, es un reloj, espero que te guste.

Inconscientemente el cabello de Teddy cambio de color a un lila, todos sonrieron por la reacción y porque Teddy era el vivo retrato de su madre y su padre. 

Luna de Colores: ERLWhere stories live. Discover now