Carta a mi esperanza

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¿Sabes? Comencé esta carta por un sueño que he tenido hace poco y que no he tenido la oportunidad de contarte.

Me encontraba en el Mar Oscuro, ¿lo recuerdas?: ese horrible lugar que no pertenece ni al Digimundo ni al mundo humano, del que tú, Patamon y Gatomon me rescataron hace cuatro años. Los Divermon habían vuelto a buscarme para convertirme en su esposa, como prometieron aquella vez.

Estaba en un sitio completamente oscuro. Entre mis dedos comenzaba a formarse una membrana y podía respirar sin problemas aunque me rodeaba una inmensa masa de agua. La tristeza y la soledad me invadían: había perdido todas las esperanzas de regresar con mi familia y amigos.

Entonces, justo antes de dar el «sí» obligada y de convertirme en una especie de digimon sirena, un resplandor apareció desde la superficie, y llegaste a rescatarme, Takeru. No era mi hermano, ni Gatomon quienes habían ido a buscarme. Eras tú. Nadabas hacia nosotros, intentando alcanzarme. Y grité tu nombre, como si eso te diera las fuerzas que te faltaban para poder llegar. Yo también comencé a brillar, encandilando a los Divermon que intentaban sujetarme y arrastrarme más al fondo, pero me había vuelto fuerte de pronto y pude luchar contra ellos. Cuando llegué hasta ti, me tomaste de las manos y juntos pudimos nadar hacia la superficie y así huir de aquel lugar.

Cuando me desperté, primero pensé que seguía en las profundidades del mar por lo oscuro que estaba, pero pronto sentí un agradable calor en mis manos, como si aun me las estuvieras sujetando, y supe que te tenía conmigo aunque no estuvieras allí. ¿Tiene sentido?

Seguramente te preguntes por qué te cuento todo esto, y te decepciones de que por regalo de Año Nuevo te encuentres con una simple carta con un sueño tonto y unas palabras cursis. Pero, lo cierto era que no encontraba la forma de decirte esto:

Estoy enamorada de ti, T-K. 

1 de Enero | 2ª edición (#DW2020)Where stories live. Discover now