Capítulo -9-

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Pasaron varias semanas sin que pasará nada notable.

Tony no había visto ninguna señal de las sombras desde aquella noche en el Club de Oz. Trató de sacar de su mente aquella batalla, reanudando su vida mercenaria, tomando trabajos extraños.

Pero algo había cambiado, algo sutil, profundo en el fondo del mundo ordinario.

Incluso eso era evidente en la bodega de Bobby.

─ ¡Hey, imbéciles! He venido a bendecirlos con trabajo. Muéstrenme un poco de respeto.

Era una noche típica en el bar.

Enzo fue el primer intermediario en aparecer, sorprendiendo a una multitud regular que estaba más acostumbrada a verlo pasearse mucho después de la media noche.

─ Lo primero es lo primero. ¡Tengo un trabajo para Gilver!

El mercenario vendado había recogido varios trabajos nominados en los días posteriores al incidente del Club de Oz. Los informes de su coraje y habilidad se habían filtrado a través del bajo mundo a aquellos con las billeteras más gordas, y los hombres de su calibre siempre estaban en demanda de trabajo. Más importante, Gilver nunca decía no.

Enzo le hizo señas a Gilver.

─ Quieren que formes un equipo esta noche. ¿Eso es un problema?

─ Para nada – Gilver tomó los documentos.

Enzo prefería dar tareas a Gilver. Era silencioso y profesional, mientras que trabajar con Tony significaba bromas innecesarias y provocaciones constantes. Por el contrario, a todos parecía gustarles Gilver.

─ Tu compañero también es por pedido – Murmuró Enzo señalando a Tony

─ Bien – Dijo Tony – Me lo llevo. No me ha faltado el dinero en efectivo desde que me enganché con el chico vendado.

Las solicitudes de la pareja habían sido sin parar. Tony tenía más enemigos que amigos, pero negocios eran negocios. El y Gilver tenían talentos excepcionales, y como equipo eran casi imparables. Enzo les daba trabajos cada vez más peligrosos, pero siempre triunfaban, obteniendo recompensas cada vez más grandes.

Para los demás clientes en la bodega de Bobby encontraron este giro de eventos bastante desafortunado.

─ ¿Esos dos de nuevo? ¡Tiranos algunos trozos de vez en cuando!

─ ¡El negocio es terrible!

─ ¡Apúrate y danos algo de Trabajo! Esos dos no son los únicos mercenarios ¿Sabes?

Las quejas siempre estaban dirigidas para Tony. Los otros mercenarios amaban a Gilver, porque invitaba al bar con rondas libres después de cada trabajo. Siempre insistió en que no tenía nada más en que gastar el dinero extra. Él podría estar dejando a otros hombres sin trabajo, pero cada nube tenía un lado plateado, y estas nubes estaban cubiertas de alcohol.

Enzo finalmente repartió su lista de trabajos, remplazado por otros intermediarios recién llegados a la bodega. Tony volvió a su asiento normal, intercambiando entre un vaso de ginebra y un helado de fresa.

Solo él había notado un cambio sutil.

La voz burlándose de él por derramar helado por todas partes había desaparecido.

La voz que había ordenado la horrible cerveza al final del menú había desaparecido.

El hombre con la Python pasada de moda atada a su cadera, el hombre un poco viejo para seguir siendo un mercenario, había dejado de aparecer en la bodega unos días atrás.

Devil May Cry Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora