Capítulo -1-

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─ ¡Se acabó, Tony!

Denvers cambio su postura, tratando de aparentar una figura imponente, demostrando que estaba "a cargo". Miró a Tony Redgrave, que estaba al otro lado del callejón.

Su presa era extravagante, cubriendo su gabardina roja con suficientes ornamentos plateados para decorar más de un árbol de navidad. Los amuletos y talismanes tintinearon cuando Tony se volvió para encararlo.

─ ¿Otra vez? Estoy cansado de esta mierda, pasa de página perro loco.

Denvers se erizo. Esta fue, de hecho la vez noventa y nueve que había ido tras Tony. Cualquier gánster ordinario se habría rendido al quinto intento o al décimo. Pero Denvers no era nada si no tenaz, por eso se había ganado su nombre en las calles.

El mostró sus dientes.

─ Tengo cuarenta hombres y cada uno de ellos armado con equipamiento militar. Hoy vas a morir.

Denvers involuntariamente miró hacia las sombras gruesas que se alineaban en los tejados del callejón. Cuarenta matones armados. Sería como disparar a un pez en un barril.

─ Los tienes de bronce, nada mal - Tony sonrió.

─ Siempre te las arreglas para zafarte. Pero apuesto a que nunca has tenido que tragar tanto plomo. ¿Listo para morir?

El callejón estaba quieto, Denvers cambio su postura de nuevo, incomodo con la tensión. Podía sentir el sudor que goteaba en su frente, y esperaba que los matones en los tejados no se dieran cuenta.

─ Perdón, ¿Me hablabas a mí? - Tony pretendió bostezar - No he dormido mucho. ¿Podemos hacer esto rápido?

─ ¡Bastardo! - Gritó Denvers, mientras miraba con furia a Tony - "¿Qué le pasa a este tipo? Él tiene nervios de acero o una condición mental" - Pensó, en cualquier caso ya había tenido suficiente - ¡Tu Punk Arrogante!

─ Relájate, perro loco. Podrías reventar algo.

─ ¡Solo muérete! - Denvers jalo de su gatillo, y los cuarenta matones siguieron su ejemplo. Cientos de balas salieron disparadas hacia Tony, levantando una nube de polvo que pronto cubrió el callejón.

Las armas se detuvieron unos segundos después. Denvers silbó mientras todos sus hombres bajaban sus armas.

─ Tal vez esa ducha te despertó - Denvers se carcajeó.

Tony emergió del polvo, sacudiéndose su gabardina.

─ ¿No acabo de decir que hagamos esto rápido?

Denvers encontró el ruido de las joyas más molesto que las bromas ingeniosas. Aspiró una bocanada de Aire, preparándose para gritar.

De repente, escuchó el ruido de las armas vacías cayendo al suelo. Uno por uno sus hombres retrocedieron.

─ ¿Qué demonios? Hagan su trabajo - Chilló Denvers.

─ ¡De ninguna manera! - Alguien gritó.

─ ¡Les pagué! ¡Bastardos! ¿Cuál es la gran idea?

Denvers envolvió sus dedos de salchicha alrededor de la Máuser que colgaba de su considerable cintura. El sudor fresco se juntó por todas partes ¿Por qué siempre terminaba así?

Nadie podría haber sobrevivido a tanto plomo. Entonces, ¿Por qué sus hombres yacían con sangre en el suelo? Denvers se apoderó de su pistola. Noventa y ocho veces.Y ahora, una vez más, estaba listo para arrebatar la derrota de las fauces de la victoria.

Los colores rojo y plateado destellaban desde el final del callejón, cerca de los cuerpos de más de la mitad de sus hombres. Los talismanes resonaron y otro matón fue tirado en la pila de cadáveres. Los hombres restantes de Denvers se acercaron a la nube de polvo con cautela, desconfiando del fuego amigo.

Devil May Cry Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora