Capítulo 11

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Singto's POV

—¿Cómo fue trabajar con Gun, Ohm? —Le pregunté a mi novio esa noche del viernes. La entrevista previa que vi de Gun por la televisión me había dejado con cierta intriga y he de admitir que también me sentía un poco incómodo con el hecho de que mi novio trabajase con Atthaphan.

—¿Gun? —Ohm me preguntó mientras se quitaba la toalla de la cintura y tomaba su ropa para vestirse. Esa noche estábamos en mi departamento, aunque últimamente dormir juntos era muy extraño, ya casi no nos veíamos incluso.

—Sí.

—Realmente no hablamos más allá de tener que leer el guión y obviamente al momento de actuar, pero... —Calló y se acercó a la cama para acostarse a mi lado. —Estuvo tirando comentarios negativos de mí por todos lados, decía que era muy infantil, que no tenía talento, que no sabía cómo había sido aceptado para un papel en esa película y varias personas se tragaron sus comentarios y comenzaron a opinar en serio eso de mí.

Suspiré profundamente al escucharlo. No me sorprendía en lo absoluto que Gun hubiese sido capaz de ello.

Palmeé la espalda de Ohm en señal de apoyo, quise cambiar el tema drásticamente y lo logré satisfactoriamente, una hora después las luces ya se encontraban apagadas y un dormilón Pawat yacía a mi lado. Mañana también tendría que tocar este tema con Gun.

Había llegado quince minutos antes de lo planeado al restaurante donde Gun me había citado, estaba recargando mi rostro en las palmas de mis manos cuando una voz conocida llegó a mis oídos, para mi mala suerte, no era un voz que considerara agradable, alcé la vista para ver al mayor a lado de mí, le esbocé una pequeña sonrisa forzada y éste suspiró sentándose enfrente de mí, en la mesa que había elegido al azar para llevar a cabo nuestra muy necesaria plática.

—¿Qué quieres ahora? —Preguntó con un deje de fastidio en la voz y no lo culpaba, sentía exactamente el mismo sentimiento.

—Hablar de Krist. —Le respondí alzando la mirada para verlo directo a los ojos.

—¿No ya habíamos dejado este tema atrás? —Frunció el ceño e incluso, se inclinó hacia mí en cierta posición retadora. Justo iba a responderle cuando una mesera llegó a pedir la orden, yo solo pedí un americano frío y Gun un latte; ambos sabíamos que la platica no duraría demasiado.

—¿Por qué debería dejarlo atrás? Entiende que yo no quiero ni siento nada por tu novio, ¿podrías dejar de ser tan celoso? —Inquirí de inmediato frunciendo los labios en una mueca.

—¿Por qué debería confiar en ti? Todos sabemos cómo es Singto, amante de atraer a las personas y dejarlas botadas como si nada.

—¿Eso es por Yang?

—Tal vez.

—Ya déjalo atrás. ¿Qué tuvo de malo que ya no quisiera nada con Yang? ¿Tenía que obligarme a vivir infelizmente a su lado solo para tenerlo contento?

—Así es, eso debiste hacer.

Mi mandíbula cayó por el asombro de su respuesta, ¿lo decía de broma? Aunque su cara me dejaba muy en claro que no era ninguna broma y que efectivamente Gun no gozaba de la mejor sabiduría, ni empatía, ni nada bueno que se le pudiese atribuir a una persona.

—¿Cómo rayos Krist se fijó en ti? —Pregunté sorprendido, negando varias con la cabeza. —Te vengo a decir que seguiré hablando con él, no te estoy pidiendo permiso, no me interesa lo que pienses.

—Si no eres tú, será Krist quien te deje de hablar. —Justo en ese momento la misma mesera hizo acto de presencia con las bebidas que anteriormente habíamos ordenado, pero, así como las dejó, así mismo se retiró del lugar.

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