Capítulo 8

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Singto's POV

Maldita noche.

No recordaba la última vez que dormí tan mal, como siempre, me había despertado a las cinco de la mañana, dormirme no me había costado nada en lo absoluto, pero he aquí otra razón más por las que ir de camping no era una actividad para mí.

Mi espalda dolía de una forma jodida.

Abrí el cierre de la casa de campaña y salí rápidamente de ahí, intentando no despertar a Nammon y a Yang. Me metí en medio de la maleza para hacer del baño, lavarme los dientes y desear fuertemente regresar a la casa para darme una ducha.

—No eres para mí, naturaleza. —Me quejé regresando al lugar donde estaban los demás, ya se habían levantado y comenzaban a guardar las cosas.

"Gracias, Dios."

Les ayudé con todo lo que pude, ya deseaba irme de ahí. Cuando todo estuvo en las mochilas, también ayudé para llevarlas a la camioneta y una vez sentado dentro de ella solté un gran suspiro. Agradecí que nadie me hubiera preguntado por qué el suspiro, ya que no iba a decir "odio acampar", sabiendo que Krist y Nammon amaban hacerlo.

Yang iba demasiado cansado como para intentar acercarse de más a mí en el camino, cosa que también agradecí. En realidad, todos estábamos demasiado callados, era una camioneta de dos cabinas para cinco personas, no era una van como para que el ambiente estuviera tan silencioso, aun así, le resté importancia.

La ducha fue placentera. Sentir el agua caliente, limpiándome y llevando todo rastro de tierra que podía tener encima fue simplemente maravilloso. Me repetí internamente que ésta sería la última vez que iría a acampar.

—Perdón por haberme enojado anoche. —Escuché decir a Yang cuando apenas salí de la ducha. Él estaba sentado en la orilla de la cama, observándome fijamente.

—No te preocupes. —Le respondí de forma sincera, no era la primera vez que se ponía de ese modo, incluso a veces era peor, así que algo como lo de ayer no era algo sorprendente. Me sequé el cabello con una toalla más pequeña y luego tomé una camisa negra para ponérmela, la estaba bajando cuando sentí la mano de Yang tocarme la espalda de forma directa con mi piel, aquello me había hecho brincar un poco consiguiendo que por reflejo me alejara. —¡Hey! —Me bajé la playera totalmente.

—¿Le has sido infiel a Ohm? —Su pregunta me había descolocado un poco y rápidamente negué con la cabeza.

—¿Qué? Claro que no.

—Pero él sí te engañó a ti... —Se acercó peligrosamente a mí, colocando ambas manos en mi pecho.

—Eso no te incumbe, Yang. —Lo tomé por las muñecas y me aparté más de él de forma rápida, sabía a lo que quería llegar y yo no deseaba nada de eso.

—Claro que me incumbe.

—¡Claro que no! Tienes novio, ¿no? Si no estabas listo para otra relación entonces no hubieras comenzado una, sabes que no siento absolutamente nada por ti, eres mi amigo y ya. —Dije alzando un poco el tono.

Sabía que lo haría llorar, pero la paciencia después de estos tres años se me estaba agotando. Apreciaba mucho a Yang, no quería que otra persona lo lastimara como yo lo hice, pero verlo sin progreso, verlo aferrado a algo que nunca volvería a ser me revolvía la cabeza.

—Él no es tú. —Susurró y yo me mordí un poco el labio inferior.

—Obviamente no, pero basta, Yang. Han pasado tres años, nuestra relación ni siquiera duró eso. No te engañé, ni te fui infiel, ni nada similar cuando estábamos juntos, solo se acabó, sigue adelante. —Hablaba medio rápido, tener peleas así con Yang no era algo a lo que me acostumbrara. —Creo que solo deberíamos dejar de hablar por completo, no una semana sí y una semana no, dejaré de preocuparme por ti en lo más mínimo. Si eso es lo que necesitas para por fin estar bien, entonces eso haré.

—Eso es lo único que sabes hacer. —Una tercera voz se escuchó, Gun estaba parado en el marco de la puerta, muy seguramente había escuchado toda la pelea, no dudaba que Nammon y Krist también lo hubieran hecho. —¿Acaso no te cansas de lastimar a Yang? —Deseaba suspirar y pasarme la mano por el cabello.

—¿Sabes, Gun? Está bien si me quieres prohibir hablar con Krist, pero en esto no tienes absolutamente nada de voz.

—Yang es mi mejor amigo, así que creo que me puedo preocupar por él.

—¡Bien! Preocúpate por él y haz que no me vuelva a hablar ni pedir favores. Si quieren que sea un ex por completo, lo seré. —Ni siquiera estaba enfadado, enfadarme era muy extraño, pero me irritaba la situación. —No me importa si me ves como el malo, Gun, tu opinión es lo menos que puede preocuparme ahora, pero si lo que deseas es que tu querido mejor amigo y tu amada pareja no me dirijan la palabra, está bien, de mi parte, a ninguno de los dos les volveré a hablar, prefiero ahorrarme problemas.

Terminé y me di vuelta para comenzar a guardar mis cosas. No planeaba quedarme más tiempo ahí, no sería bueno para Yang, y yo no quería ser la razón de un ambiente incómodo.

Ya estaba vestido, solo me bastó tomar la maleta e ir hasta Gun el cual seguía parado en el marco de la puerta.

—Más te vale que cuides de Yang, entonces. —Dije una vez que estuve a su lado y caminé por el pasillo hasta bajar y llegar a mi auto. Agradecí enormemente que Krist y Nammon no hubiesen salido de donde sea que estuvieran, después me los podría topar y tener alguna charla tranquila con ellos, o al menos con Nammon.

Eché la maleta en la parte trasera de mi auto, lo encendí y gracias a la reja abierta pude salir del lugar sin problema alguno.

No quería ser visto como un insensible, pero sentía un extraño sentimiento de paz en mi interior. Hace mucho tiempo que quise alejarme de Yang, que quería que dejara de buscarme, de hablarme, pero cuando yo intentaba hacerlo, de inmediato se ponía a llorar como si le hubiesen diagnosticado una enfermedad terminal con un período de un mes de vida. Se arrodillaba, literalmente tomándome de la pierna para evitar que me fuera, y sus "te lo ruego", me ponían en una situación vulnerable.

¿Y si lo ignoraba y solo me iba? Maldición, a veces mi egoísmo me había hecho desearlo, pero tenía miedo de que Yang hiciera o le pasara algo, y mi miedo a cargar con más culpa me impedían dejarlo ahí, así que poder alejarme esta vez me había relajado, al menos confiaba que Gun cuidaría de él en todo lo que pudiera, sabía que en cualquiera de los casos yo no le hacía bien a Yang.

Llegué a mi departamento después de unas horas, había dejado la maleta en la entrada sin preocuparme por ella, y me dirigí directamente a mi dormitorio, y aunque lo pensé, por ahora no le diría a Ohm que ya había regresado. El viaje me había causado dolor de cabeza y seguramente dormir un poco me quitaría la molestia, así que con ese pensamiento me recosté encima del colchón, sacando lo que tenía en los bolsillos de los pantalones para acomodarme.

Cerré los ojos y...

La imagen de Krist vino a mi cabeza.

No quería dejar de hablarle, no quería cortar comunicación él, hacia tanto tiempo que no lograba llevarme tan bien con alguien sin haber puesto esfuerzo alguno, no quería perder un futuro amigo cercano como él y los celos innecesarios de Gun no lo iban a impedir. Sonreí, tomando una almohada para acomodarme y esa tarde antes de quedarme profundamente dormido, pensé en buscar a Krist en los próximos días para tener una charla. Definitivamente no nos íbamos a dejar de comunicar. 

Sun & MoonlightWhere stories live. Discover now