CAPITULO 26

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Habían pasado dos semanas desde que Anya había hablado con Kol sobre su plan de irse a New Orleans a vivir, dos semanas desde que se despidió de Klaus en el aeropuerto y dos semanas desde que le llego aquel mensaje que la hizo sentir escalofríos. No se lo había contado a Klaus y tampoco a Rebekah ni a Kol porque pensó que no era nada importante, tal vez era solo alguien que se había equivocado de numero, o incluso algún gracioso intentado gastarle una broma; también pensó que podía ser alguna admiradora de Klaus o alguna ex amante celosa, pero no había vuelto a recibir ningún mensaje mas desde entonces así que decidió no darle importancia.

Había estado tan hasta arriba de exámenes las dos ultimas semanas que apenas había tenido tiempo para hablar con Klaus mas allá de algunos mensajes y la verdad era que lo echaba de menos; echaba de menos sus besos y su maliciosa sonrisa de lado, echaba de menos sus ojos azul verdoso y poder pasar la mano por el pelo de el entre sus suaves e imperceptibles rizos color rubio cobrizo. Echaba de menos las manos de Klaus acariciando su cuerpo y su boca dejando besos por cada rincón de este. Ese jueves cuando al fin llego al piso después de seis exámenes y cuatro horas de trabajo en la librería, Kol ni siquiera había llegado aún, así que se fue directa a su habitación y se tiro en la cama soltando un suspiro de alivio, el cansancio y la falta de horas de sueño la estaban matando últimamente. Pasaba prácticamente toda la tarde, noche e incluso la madrugada muchas veces estudiando sin parar, tanto que a veces no dormía mas de cinco horas. Pero se sentía aliviada cuando pensaba en que en tan solo una semana por fin acabaría todo eso, le darían sus notas finales y luego sería su graduación y al fin tendría su carrera terminada y podría irse a New Orleans con Klaus, donde buscaría un trabajo de profesora en la universidad de allí, con la esperanza de que la cogiesen.

Miro la hora en el reloj de la mesita de noche, aun eran tan solo las nueve. Kol debía estar trabajando aun en la cafetería y saldría seguramente en una hora; decidió esperarle para cenar y mientras tanto se quedaría allí, tumbada en la cama sin mover ni un solo musculo...estaba demasiado cansada como para moverse de su cómoda cama. Cerro los ojos dispuesta a dormirse un rato en lo que venía Kol cuando su móvil empezó a sonar. El tono de llamada la hizo soltar un suspiro de frustración, maldita fuera la persona que había decidido llamarla justo en ese momento; se sentó sobre la cama y se inclino para coger su bolso buscando su móvil entre todo su material de la universidad, una vez que lo encontró y lo saco de este ni siquiera se molesto en ver quien era si no que descolgó la llamada directamente.

-¿Quien es?-pregunto molesta.

-Vaya amor esperaba una contestación mucho mas cálida y efusiva  de tu parte a decir verdad- el acento británico al otro lado de la línea le dijo todo lo que necesitaba para saber quien era y fue suficiente para que su corazón martillease fuertemente contra su pecho.

-¡Klaus! oh dios lo siento tanto es que no esperaba que llamaras y no mire quien era al cogerlo-dijo ella sintiéndose feliz de escucharlo después de tantos días.

-Ya veo amor, supongo que debes estar cansada por tantos exámenes-dijo el y ella asintió aunque sabía que el no podía verla.

-Si la verdad es que apenas e podido dormir durante estas ultimas noches, de verdad que lo siento-ella estaba realmente arrepentida de haberle respondido así, de haber sabido que era Klaus le habría respondido alegremente.

-No pasa nada amor, entiendo que estés así-ella sonrió aliviada de que el no estuviese molesto.

-Me alegra que hayas llamado, la verdad es que echaba de menos tu voz-admitió ella volviendo a recostarse hasta quedar tumbada de nuevo en la cama.

-¿Solo mi voz amor?-interrogo el y ella podía imaginar la sonrisa maliciosa que se había formado en su rostro al otro lado de la línea.

THE WAY YOU SAY "LOVE" {KLAUS MIKAELSON}Where stories live. Discover now