Capítulo 40

1.6K 103 21
                                    

Abrí los ojos y lo primero que ví fue a Alex dormido. No pude evitar sonreír, y por alguna razón los ojos se me llenaron de lágrimas. Verlo a mi lado, dormido, sabiendo lo que había pasado la noche anterior, me llenaba de felicidad. 

Después de tanto tiempo, al fin estábamos juntos, y presentía que esa vez iba a ser de verdad.

Estiré el brazo y lo toqué con mi dedo índice para asegurarme de que fuera real. Al sentir su suave piel debajo de mi dedo mi sonrisa se ensanchó, ¡de verdad estaba pasando! Acaricié su mejilla y él sonrió sin separar los labios.

-¿No te gustaría despertarme así todos los días?- me preguntó con voz grave-. Se siente bien.

-Estoy dispuesta a todo si escucho esa voz más seguido- bromeé.

-¿A todo?- preguntó y abrió los ojos para después sonreírme de forma provocativa-. Se me ocurren algunas formas de que escuches esta voz más seguido.

-¿Se te descontrolan las hormonas cuando recién te despiertas?- le pregunté y él me sonrió en respuesta.

Agarró mi remera y cinchó de ella para acercarme a él.

-Tú me descontrolas las hormonas- me aseguró.

-Será mejor que las controles pronto- bromeé y él frunció el ceño-. ¿Qué?

-¿Estuviste llorando?- me preguntó y se levantó para verme mejor-. Tus ojos están brillando- sonaba de verdad preocupado-. No recuerdo haber hecho nada malo esta vez.

-No hiciste nada malo- sonreí-. Estoy feliz, eso es todo- bajé la mirada con timidez y jugué con mis manos.

-Wendy- me llamó Alex y sostuvo mi barbilla, obligándome a verlo a los ojos-. Que tus ojos brillen demuestra que voy bien, así que no te avergüences por eso, al contrario, es lo más lindo que podrías ofrecerme.

Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, así que bajé la mirada. No sabía cómo reaccionar ante esas palabras tan lindas, parecía que no recibía amor hacía años. Mi cuerpo temblaba de emoción y mi corazón latía con fuerza. Lo miré a los ojos y él me sonrió, sin pensármelo dos veces me lancé a sus brazos y lo apreté con fuerza contra mí.

-¿Esto es real?- pregunté aún abrazándolo, no tenía fuerzas para dejarlo ir.

-Tan real como el amor que siento por vos- me respondió.

Apreté los labios y lo abracé con más fuerza, si es que eso era posible.

Cuando nos separamos Alex agarró mi mano y la besó.

-Mi princesa- dijo.

***

Alex y yo entramos al liceo riéndonos, sus liceamigos estaban en el lugar de siempre y nos miraron a ambos algo extrañados.

-Acá nos separamos- dije e hice un puchero, Alex apretó mis mejillas y rió cuando golpeé su mano.

-Van a ser las horas más largas de mi vida sin ti- dramatizó. 

-Ya eran largas antes de mí- me quejé cruzando los brazos-. ¿A quién se le hacen cortas las horas estando en clase?

-En eso tienes razón.- Admitió y se cruzó de brazos, imitándome-. No me dejas ser romántico- esta vez él se quejó. 

-En la mañana sí lo fuiste, y no olvides que casi lloro- le recordé.

Terminé de hablar y escuché que me llamaban detrás de mí, me giré y ví a Emma y a Valeria saludándome con la mano, yo les devolví el gesto. 

Tú me completasWhere stories live. Discover now