Martha.

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Paul iba conduciendo. Iba tarareando un trocito de canción, yo iba observando el paisaje por la ventana. Escuchaba a Paul, la canción me resultaba conocida, hasta que recordé cual era.

—¡Mysteri Train! —Me volteé hacia él señalándolo con mi dedo.

Paul me miró y sonrió. Luego asintió y continuó tarareando.

Train train, comin' 'round, 'round the bend. Train train, comin' 'round, 'round the bend —canté sonriente mientras movía mi cabeza al compás de la música.

—Well it took my baby, but it never will again. No, not again —continuó Paul.

Train train, comin' down, down the line. Train train, comin' down, down the line.Well it's bringin' my baby —cantamos juntos entre sonrisas lo más alto que podíamos.

—'Cause she's mine all, all mine
She's mine, all, all mine —cantó Paul mirándome y me dedicó una sonrisa.

Continuamos el camino cantando diversas canciones. Finalmente llegamos a un campo. Había una casita muy acogedora, había un establo, habían vacas y ovejas. Bajé y observé el lindo paisaje.

—Es un hermoso lugar —comenté y tomé la mano de Paul.

—Así, es. Es esa casa. _Señaló una casa.

Caminamos hasta la casa que había señalado Paul. Era de dos pisos, muy bonita, era blanca. A fuera habían dos niñas jugando y una señora mayor estaba sentada en una silla observandolas. A medida que nos íbamos acercando vimos a un señor llegar.

—Sr. Smith —gritó Paul y levantó su mano haciendo señas al hombre.

Se volteó en nuestra dirección. El Sr. Smith era un hombre mayor, su cabello estaba cubierto de canas al igual que su gris barba. Era algo delgado y alto. Saludó con la mano.

—Paul —dijo el Sr. Smith cuando llegamos a la casa—. Qué gusto verte.

Se dieron un abrazo y le dio unas palmadas en su espalda.

—Sr. Smith, ella es mi esposa Caroline —me presentó—. Caroline, el Sr. Smith es un viejo amigo de mi padre, de la familia más bien.

—Es un gusto conocerle. —Le di la mano.

—Conozco al padre de Paul desde que eramos pequeños, ya sabes, la época de los dinosaurios —bromeó él y nosotros reímos—. Ellas son mis nietas y mi esposa. —Las llamó con un gesto.

Las dos niñas llegaron corriendo y se escondieron tímidamente detrás de su abuelo.

Eran gemelas, eran rubias y con la tez muy blanca. La Sra. Smith era una mujer muy delicada, era bella. Su cabello también era canoso pero brillante.

—Soy Alice —dijo la señora mientras me saludaba—. Nos alegra que hayan venido ambos —sonrió y miró a sus nietas—. Niñas, saluden —rió—. Son tímidas.

Yo reí y las miré con dulzura. Paul se agachó y les sonrió. Yo imité su acto.

—¿Cómo se llaman estas dos lindas niñas? —les pregunté.

Words of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora