En cuanto llegaron al apartamento de Adrien, y sin sustos durante el trayecto de ser descubiertos por las fuerzas de la ley, la entonces joven pareja irrumpía en el recibidor de su piso casi a trompicones. Besándose sin darse un respiro, más que para quitarse los guantes y lavarse las manos en el grifo del baño.
Enseguida que cumplieron con sus medidas higiénicas, ambos volvieron a reclamar más de sus besos de camino a la habitación principal.
- No puedo creer que esto esté ocurriendo...- murmuró él con una tenue sonrisa, guiando los pasos de la fémina hacia su cuarto-. ¿De verdad está pasando...? ¿De verdad eres mi novia...?
Ella se urgió en quitarle a su compañero la prenda superior, lanzándola al suelo mientras él hacía lo mismo al arremangar su blusa.
- ¿Aún lo dudas, Gatito?- susurró con la respiración agitada-. Soy completamente tuya...- desabrochó su cinturón, bajando la cremallera de su pantalón-. Ahora y siempre...
- Joder...- la besó con mayor frenesí, despojándola del resto de su ropa sin andarse más por las ramas-. Me encanta como suena eso...- condujo a la chica de espaldas al lecho, tendiéndola sobre el colchón y posicionándose encima suyo tras librarse de la vestimenta faltante-. Jamás pensé que tener una relación pudiera llegar a emocionarme tanto...
La azabache soltó una risita, contemplando con deseo el cuerpo desnudo del muchacho.
- A mí también me emociona...- lo acogió entre sus brazos, notando la calidez de su silueta al amoldarse sobre la suya mientras besos codiciosos sellaban sus labios-. Te amo, Adrien...- bisbiseó con voz suave, alzando las caderas y produciendo así una sinuosa fricción de sus sexos.
- Y yo te amo a ti, Princesa...- movió su pelvis contra la de ella, respirando profundo al verse tentado de adentrarse en su interior-. Joder... Me cuesta tanto resistirme...
Marinette se relamió con travesura.
- ¿Qué pasa, minino?- lo provocó adrede-. ¿Ya quieres hacerme un... Cojín?
- Sigue jugando y tal vez te sorprenda...- hundió el rostro en el hueco de su cuello, subiendo con cortos besos hasta su oído-. Cuando termine todo esto tenemos que llevarte al coñólogo para que te recete la píldora y pueda correrme dentro de ti...
Aquello le sonsacó una risotada a la universitaria.
- Para empezar... Se dice ginecólogo, pervertido.- corrigió con una expresión pícara-. Aunque, por otro lado...- colocó las manos sobre los glúteos del varón, presionándolos contra su bragadura-. Estoy de acuerdo contigo...
Él se humedeció los labios con deleite, extendiendo una mano hacia la mesita de noche para sacar un preservativo del cajón superior.
- Me alegra oír eso...- se acomodó mejor, abriendo el envoltorio y extrayendo el condón para después deslizarlo por la extensión de su miembro-. Hasta entonces... Gastaremos gomitas...
- Qué romántico...- aduló con sarcasmo.
- Soy consciente de que ahora mismo no lo estoy siendo demasiado, pero...- colocó su falo en la entrada de la fémina, impulsando un poco la pelvis hacia adelante-. Aún así... Me encantas, Marinette...- expresó en un susurro, hundiéndose despacio en su estrecha cavidad mientras sus miradas permanecían intactas el uno en el otro-. Eres la chica que me tiene... Perdidamente enamorado...
Una vez dentro de ella, los dos jadearon. Moviéndose a un ritmo pausado en esa sensual danza que sus cuerpos iniciaban en sincronía.
La azabache surcó los brazos de su compañero a modo de caricias, arqueando la espalda al percibir qué tan profundo él calaba en su interior.
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🔞.Aᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ. •ᙓᥒᥴᥱɾɾᥲᑯᥲ ᥴoᥒ ຕɩ ᥱᥒᥱຕɩɠo•
FanfictionEn pleno siglo XXI un virus se expande por todo el mundo, provocando que la gente tenga que quedarse en sus casas para protegerse. ¿Quién diría que algo así podría llegar a ocurrir? En el mejor de los casos, uno se encierra con su pareja y/o familia...