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El tiempo pasaba rápido, apenas siendo conscientes del transcurso de los días hasta que ya se encontraron a mediados de mayo. Era un sábado por la noche y después de una fuerte tormenta, los plomos saltaron y dejaron todo el edificio sin electricidad.

Adrien sacó las velas que guardaba en uno de los armarios, iluminando así la sala de estar mientras su compañera lo miraba divertida desde el sofá.

- Creo que nuestra sesión de cine quedó suspendida.- murmuró Marinette con una sonrisa dispersa.

Él se aproximó donde ella se encontraba, colocando una vela en la mesa de centro antes de sentarse al lado de la azabache.

- No hay problema, tenemos otras alternativas...

- ¿Otras alternativas?- inquirió con las cejas enarcadas-. ¿Cómo cuales...?

- Pues...- recorrió su mano con una caricia, ascendiendo paulatinamente por su brazo hasta su hombro-. Podríamos tener una cita...

La muchacha pestañeó irresoluta, quedándose sin capacidad de reacción al no saber cómo tomar esa invitación inesperada.

- Cuando te refieres a una cita...

El varón se mantuvo imperturbable, poniéndose de pie en una actitud espontánea.

- Nunca he tenido una, pero siempre se está a tiempo para empezar, ¿no?- realizó una leve reverencia hacia la estupefacta fémina-. ¿Me concedes esta velada, Princesa?

Ella lo estudió con incertidumbre.

- ¿Estás seguro de querer que tu primera vez sea conmigo?

- Si no lo estuviera, ahora mismo no te lo estaría pidiendo, ¿no crees?- hizo un puchero con los labios-. Venga, por favor...

Marinette suavizó la expresión de su rostro, acto seguido incorporándose y colocándose justo enfrente de su anfitrión.

- Está bien.- puso los brazos en jarra-. Al fin y al cabo, no tenemos nada mejor que hacer.

- Auch, me siento utilizado.- lamentó con pena fingida y después sonrió con picardía-. Pero me alegra que hayas aceptado...

La forma en la que le habló y la manera en que la contemplaba produjo que el corazón de la chica se estremeciera, obligándose a apartar la mirada y aparentar indiferencia.

- ¿Y-y qué tenías pensado...?- preguntó con un deje de nerviosismo-. Ya hemos cenado y no tenemos luz para ver una peli pastelosa en Netflix...

- Pero si tenemos música para bailar...

Marinette abrió los ojos confundida.

- ¿Música?- se colocó un mechón detrás de la oreja-. Pero si no hay un...- él la agarró de la muñeca, tirando de ella y atrayéndola con firmeza a su silueta.

Esmeraldas y zafiros conectaron al instante, viéndose a una exigua separación mientras él rodeaba su cintura y estrechaba una de sus manos contra su torso. Comenzando a mecerse despacio al son de una melodía muda, pero que ellos creaban al moverse según las indicaciones del rubio.

- No nos hace falta música...- susurró cerca de sus labios, rozando su nariz con la de la joven-. Yo te llevo...

La muchacha se contagió de la sonrisa que él le regalaba, permaneciendo atenta a los movimientos que le dictaba.

- Un baile lento...- murmuró con voz suave.

- Estamos a la luz de las velas.- alegó tranquilo, escudriñando el bello semblante de la universitaria-. ¿No piensas que este sea el ritmo ideal para la ocasión...?

🔞.Aᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ.      •ᙓᥒᥴᥱɾɾᥲᑯᥲ ᥴoᥒ ຕɩ ᥱᥒᥱຕɩɠo•Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ