Capítulo 37.

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Alex Griffin.

Muerto, a eso olía Guillermo, olía a muerto, que Rose me miraba mientras besaba a ese imbécil me saco de mis casillas, iba a romperle la cara cuando Víctor me ha sujetado del brazo.

-Ni lo pienses. –Me dice.

Lo miro de mala forma, este me guiña el ojo. –Chicos, ¿Qué les parece un juego? –Se dirige hacia Rose y Guillermo.

Estos se voltean.

Guillermo levanta una ceja. -¿Juego?

Víctor les sonríe. –Si síganme. –Me toma del brazo llevándome con él.

¿Qué mierda tenía en mente?

Todos nos hemos sentado en círculos afuera en el césped, me he sentado frente a Rose.

-Es hora de jugar.

Todos aplauden, Miguel se une también.

-¿Qué jugaremos? –Pregunta este.

-A lo típico. –Víctor levanta su trago. –Verdad o reto.

Todos estuvieron de acuerdo y el juego ha comenzado.

-Alisson, ¿Verdad o reto? –Le pregunta Víctor.

-Reto. –Contesta guiñándome un ojo.

-Bésate con Melisa. –Le dice.

Alisson se da un trago, luego se levanta tomando con sus manos el rostro de la pelinegra y se han dado un largo beso. Todos silban.

-Guillermo, ¿Verdad o reto? –Le pregunta Alisson.

-Reto- Contesta.

-Bésate con la nueva. –Dice señalando a Rose.

LA MATO.

Este toma a Rose de la barbilla acercándola a su boca para luego darle un largo beso, yo he besado esa boca, esa boca me pertenece. Víctor me hace un gesto para que me calmara.

-Miguel, ¿Verdad o reto? –Pregunta.

Después de varios retos y verdades, vuelve a tomar el turno Víctor.

-Alex, ¿Verdad o reto? –Me pregunta.

-Reto.

Este sonríe. –Besa a Rose.

Ok, ese reto si me gustaba, sonrió y me levanto acercándome a ella, Rose desvía su mirada. Tomo su rostro entre mis manos y la beso, fue un beso largo, lento pero ansioso. Al separarme de ella he quedado a unos centímetros de su boca.

-¿Qué no te besara jamás en tu vida me habías dicho?

Rose Johnson.

Fulmino a Alex con la mirada. -¿No podía dejar de ser tan idiota? -He mirado a la rubia que estaba con él, la tal Alisson, esta me miraba con una cara de muy pocos amigos.

Después de un rato el juego seguía, ya todos nos encontrábamos un poco ebrios. La tal Melisa se le veía furiosa, pues le he puesto el reto a Alvin de que besara a Melody, de nada, aquí íbamos a sufrir todos.

-Yo voy por un vaso de agua. –Digo levantándome y caminando hacia la cocina.

Las personas ya se habían ido solo quedábamos nosotros. Saque una botella de agua, estaba por bebérmela cuando alguien me ha tocado el hombro, al voltear era la rubia.

-¿Cuál es tu propósito con Alex? -Se cruza de brazos y me recorre con la mirada.

-¿Disculpa?

-He visto como lo mirabas todo el rato, conozco esa mirada, quieres intentar algo con él, ¿Cierto?

Me he cruzado de brazos. -Y si así fuera ¿Qué? –Le digo.

Esta se echa una carcajada. –Por favor, no tienes ninguna oportunidad con él, le quedas pequeña, además a él le gustan de mi tipo.

Ok, estaba tomándole ideas a las rubias, la única que me caía bien era Melody.

-¿De tu tipo? ¿Rubias y zorras?

El aire de grandeza que tenía desapareció, supe que iba a abofetearme porque ha levantado su mano hacia a mí. Pero su golpe no me ha llegado, una mano la había frenado, ambas miramos, era Alex.

-Te estaba buscando.

-Ah, lo siento cariño, he venido por un poco de agua. –Le responde la rubia con una sonrisa boba.

Este la mira. –Se lo decía a Rose.

UUUUUHHH PERRA.

-¿Y por qué la buscabas? –Le levanta una ceja.

-No es de tu incumbencia Alisson, ¿Me permites? Quiero hablar con Rose, a solas.

DOBLE UUUUUHHH PERRA.

La rubia lo fulmina con la mirada, sigue parada delante de él. Alex rueda sus ojos, me toma de la mano y me hace seguirle. Al pasar por delante de esta que miraba a Alex con los ojos como platos le he guiñado el ojo.

Alex me hizo subir unas escaleras, ha abierto una puerta y me ha hecho entrar en la habitación, una vez dentro lo he mirado sin importancia.

-¿Qué quieres hablar conmigo? –Le pregunto.

Este me mira seriamente, luego un brillo especial se ha asomado por sus ojos negros. -¿Hablar? Es lo que menos que me apetece.

Y sin decir más me toma de la muñeca jalándome hacia él, he alzado mi mirada, este miraba hacia mis labios.

-Es tu decisión mi pequeña sádica, ¿Quieres que te bese? –Me pregunta con la maldita sonrisa que me derretía.

Al diablo lo que dije, al diablo todo lo demás.

-Si. –Contesto.

Este me sonríe orgulloso, para luego estampar sus labios sobre los míos.

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