Capítulo 24.

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Hoy he tenido que acompañar a Melody de compras, la verdad me sorprende cuantos zapatos puede comprarse una persona para solo dos pies, ella era adicta a los zapatos, hemos entrado a todo tipo de tiendas, ¿Lo peor? Es que soy yo la que ha tenido que cargar con la mayoría de las bolsas y maldición como pesaban.

-Tengo hambre. –Me dice. -¿Vamos a comer?

-Al fin dices algo de mi gusto. –Le digo.

Me sonríe. –Vayamos a Coffe City, es muy bueno.

-Donde sea que haya comida, muero de hambre.

Nos hemos dirigido al lugar, era una cafetería, miro a mi alrededor, era bastante espaciosa y se veía muy limpia y animada, y el olor era exquisito, podía percibir todo tipo de olores, desde panes, a pasteles, galletas y otras cosas, se me hacía agua la boca, mi lugar indicado.

Nos hemos sentado en una mesa que quedaba frente a una pequeña fuente que había, muy linda por cierto.

-Voy al baño un momento, ya regreso. –Me dice.

-Vale.

Frente a mí se encontraba un cuadro, toma mi atención, y le observo un buen rato, se puede observar un cielo nocturno con once estrellas con brillo propio, vibrante y un poco exagerado. Dos espirales que se abrazan una a la otra trasmitiendo una sensación de movimiento, la luna en la parte superior derecha en estado menguante, la pintura destaca con sus gamas de colores. También puedo observar un paisaje con colinas y montañas y un pueblo lleno de casas, lo que más capta mi atención es la torre de la iglesia y un ciprés, son los únicos elementos que apuntan hacia el cielo.

-Hermoso.

-Me sorprende que te guste.

Una voz me saca de mis pensamientos sobresaltándome.

Al girarme se encontraba detrás de mi un chico alto, de cabello rubio, tenía unas cejas perfectas, unos ojos azules casi cielo, sonreía de medio lado.

-¿Disculpa?

-La pintura- Me dice apuntando hacia el cuadro que observaba antes. –Casi nadie nota su belleza.

-Me parece un cuadro interesante. –Le digo.

Este me mira con atención. –Lo es, al igual que su historia.

-¿Su historia?

-Sí, puedo contártela si no te molesta.

Algo en este chico me llamaba la atención, era apuesto pero no era eso, la forma en la que se refería sobre la pintura me llamaba su atención.

Le hecho un gesto con la mano para que se sentara. –No me molesta, al contrario tienes toda mi atención.

Este me sonríe y se sienta. –Ese cuadro se llama La noche estrellada, fue pintado por Vincent Van Gogh, fue pintado en el año 1889. Es considerado uno de los cuadros más importantes del pintor, muchos han sostenido que este lienzo es una expresión de su emocionalidad, La noche estrellada representa la vista de Saint Rémy de Provence a la que Van Gogh tenía acceso desde la ventana del asilo de Saint Paul de Mausole en Arlés, donde estuvo recluido por meses antes de su muerte, lo que más impacta son sus tonos, el verdadero cuadro se exhibe en el Museo de arte moderno de Nueva York.

-Vaya, me sorprende tu sabiduría, ¿Cómo sabes todo eso? –Le pregunto.

-Estudio arte y desde muy pequeño me ha gustado mucho pintar, este cuadro aunque no se parezca mucho al original lo he pintado yo.

-¿En serio?

-Si.

Sus ojos reflejan mucha emoción.

-Debo felicitarte me ha gustado mucho.

-Gracias, por cierto, ¿Cuál es tu nombre?

Le tiendo mi mano. –Soy Rose, Rose Johnson.

Este me la acepta, estrechando su mano, era calidad. –Un gusto Rose, soy Guillermo Barrer.

-Encantada.

Después de unos minutos hemos seguido charlando, me contaba de sus estudios sobre el arte y lo mucho que le hacía emoción estudiar algunas pinturas, podía saber muy bien que realmente le apasionaba pues con cada palabra era una emoción distinta.

-Perdona por tardarme tanto, había una pequeña fila para poder entrar al baño... -Esta mira a Guillermo con sorpresa.

Este en cambio la mira con cara de pocos amigos.

-Fue un gusto conocerte Rose, nos vemos luego. –Dice levantándose y alejándose de nosotras.

-Es un chico interesante. –Digo

Melody sigue su camino con la mirada, mirándolo seriamente. -¡Melody!

Al fin capta mi atención. -¿Qué?

-¿Qué pasa? –Le pregunto.

-Nada, solo muero de hambre. -Se sienta tomando el menú. –Tienes que probar esto es extraordinario. –Me dice señalando un platillo.

Hemos terminado de comer, la comida había estado maravillosa, he agregado este lugar a mis favoritos, estábamos a punto de irnos, he mirado de nuevo al cuadro, sonrió, el chico me había caído muy bien, esperaba volver a verle, algo sobre él llamaba mi atención.

Intense.Where stories live. Discover now