— Por suerte, bien. Es solo cosa de tiempo.

Al terminar de hablar, le dio una sonrisa dejando en claro que no quería más preguntás sobre ello al menos en aquel sitio. Jaehyun entendió al instante y se calló. Doyoung fue quien, al ver la metida de pata de su pareja, empezó a hablar de como tenía ganas de por fin terminar sus estudios porque no soportaba a nadie ya en su universidad, ni siquiera a sus profesores. Incluso habló sobre como deseaba encender en llamas sus autos como venganza.

Las cosas rápidamente volvieron a ser estruendosas y divertidas. Sabían que llamaban un poco la atención por sus carcajadas nada disimuladas y como gritaban, de hecho la gente se les quedaba mirando preguntándose qué sucedía con ellos. Hubieran sido echados del sitio si no fuera porque los dueños del lugar eran grandes amigos de los padres de Ren Jun, así que tenían una pequeña corona de oro en cuanto a trato y tolerancia, mientras no se les diera por subirse sobre las mesas a bailar borrachos no les dirían nada.

Pidieron algo de comer y más bebidas. Tenían una larga noche por delante y ese sería solo su comienzo.

Pero no para todos las risas estaban siendo estruendosas y es que Chenle nuevamente se había metido en su teléfono, luciendo un poco molesto mientras tecleaba en su pantalla. Su enojo llegó al punto de que bufó exasperado y dejó el celular sobre la mesa a pesar de que estaban llegando constantes mensajes nuevos que no quería ver al parecer. Jaemin miró a sus amigos unos segundos y, sin decirse nada, todos sabían de qué se trataba.

— ¿Qué paso con Jisung ahora? — Renjun preguntó de forma casi monótona, esperando por la nueva lista de insultos que su compatriota lanzaría contra el coreano.—

— ¿Quién dice que estaba hablando con Jisung? — Todos en la mesa levantaron una de sus cejas mirándole atentamente, haciéndole enojarse más. — Bien, estaba hablando con Jisung. Es que me ha estado ignorando todo el día y cuando se digna a hablarme es para decirme de un dichoso modelito que ha llegado hoy a su agencia desde el extranjero para aparecer en un anuncio donde él también estará.

— ¿El gran Zhong Chenle está celoso? — Lucas mordió su labio inferior aguantándose la risa.—

— ¡No estoy celoso!

El agudo grito que este término dándoles hizo a todos en la mesa reír a carcajadas, incluso podían llegar a escuchar risas provenientes de otras mesas. Chenle notó como es que estaba llamando la atención de todos en el sitio y se encogió un poco en su asiento sintiendo sus mejillas completamente rojas por la vergüenza. No era como si sus amigos de verdad disfrutaran verle sufrir por aquel chico pero era divertido verle molestarse tanto por la presencia de otra persona, el chino jamás había sido alguien a quien se le pudiera pisotear su gran autoestima.

— Ni siquiera es tan atractivo, no hay razones para que este celoso.

Rápidamente buscó en su teléfono la foto que el coreano le había mandado hace unos minutos. Les extendió su móvil a sus amigos y terminó pasando por manos de todos en la mesa haciendo que expresiones divertidas se formaran en sus rostros. En el momento en que llegó a las manos del menor de los omegas, comprendió la diversión manifestada en el resto.

El chico de la foto era realmente apuesto. El cabello castaño y largo que llevaba en una media coleta se le veía muy bien, además tenía una gran sonrisa que era realmente hermosa. Sus labios parecían ligeramente gruesos y complementaban bien al resto de su rostro. Chenle debía de estar demasiado molesto como para no aceptar que de hecho el tipo sí era sexy.

— ¿De dónde es?

Preguntó mientras le devolvía el teléfono a su amigo quien tecleó rápidamente algo más en el mismo antes de guardárselo en uno de los bolsillos, seguramente respondiéndole los últimos mensajes al idol. Después de ello se encogió de hombros, queriendo lucir como si realmente no le importara, lo cual estaba muy lejos de la realidad.

Opuestos En Común. NominWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu