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Seonghwa.

Pasaron los días y ya estabamos a un día de el comienzo de la guerra. Pensaba que estaríamos más nervisos y con más preparaciones que nunca, pero es como un día normal. Todos prefirieron pasarlo con sus familias, por si algo llegara a pasar, y no seamos capaces de ver a nuestros seres queridos una vez mas. Yo pasé el dia de ayer con ella y comprendieron que hoy quería pasar el día con mi novio y mis amigos

Bueno, desde el rompimiento de Yunho con Jongho, ¿cómo han estado? Pues no se hablan, y tampoco se miran, pero por lo menos no se insultan, y colaboran cuando es necesario.

Jongho sigue con los ojos rojos y más hinchados que antes, según Wooyoung no ha dejado de llorar por las noches hasta la mañana siguiente. Y Yunho solo llora cuando está solo o con nosotros, Mingi, San y yo presente.

Iba al baño, pero en cuanto abro veo a Wooyoung siendo acorralado por San. Este último le sostenía las piernas a Wooyoung, mientras se comían la boca.

El menor se dió cuenta de mi presencia y empujó a San, separándose al instante y hacer que este se preocupara por el quite. El menor limpió su boca que goteba algo de salida con su antebrazo, estaba avergonzado.

–Hyung..noso..

–Me lo esperaba, pero no tan pronto. Solo espero que no llegue el FBI por San, sigan.–cierro la puerta ignorando todo, y me voy a mi cuarto.

Al entrar veo a mi novio sin polera sobre la cama leyendo algo. Se ve tan tierno con esas pequeñas ondas de su cabello y sus lentes de lectura, y sin olidar su piel que es como la porcelana. Me siento a su lado y le doy un beso en su hombro desnudo.

–¿Qué lees, cariño?–pregunté tratando de descifrar lo que dicen esas hojas.

–Es el manual de un nuevo dron.–me respondió sin dejar de leer, luce tan concentrado–Pero es lo normal, te explica como volarlo y todas las partes que tiene.

Dejó el manual en el velador para pasar su brazo por mi cintura, y quedar casi encima mio. Hago caricias en su cabecita y juego con las pequeñas ondas que tiene su cabello, quiere mimos.

–¿Supiste que Wooyoung y San están juntos?–pregunté sin dejar las caricias.

–Agh, golpearé a San por no haberme dicho antes, y más aun si es con Wooyoung.–se quejó y empezó a hacer caricias a mi pancita, caricias que paró al instante y miró a mis ojos–Sabes... Creo que tenemos que hablar...

Mierda no, no, no, no, ¡no!. Esas palabras no traen nada bueno en una relación, además él se ve muy nervioso. No quiero que me termine ahora, déjame disfrutar un poco más de tu presencia en mi vida. Me haces feliz.

¡Ayuda!–mandé el mensaje a ciertas personas esperando a que lleguen a mi rescate. En eso abren la puerta de golpe, mis salvadores.

–¿Qué les sucede?, ¿no saben tocar?–preguntó Yeo mientras se ponía una playera mía que había por ahí–¿Qué pasa si hubiera estado desnudo?.

–Nada, no eres la gran cosa.– respondió San con una sonrisa burlona.

Esto no está bien, Yeo comenzó a desprender algún tipo de aire  helado, siento que me voy a congelar, y San está creando gotas de agua gigantes que flotaban a su alrededor, ambos listos para pelear.

–Por lo menos no me cojo a un menor de edad.–Yeosang tenía una sonrisa en su cara, siente que ganará la pelea.

–Por lo menos yo no lo hago veinticuatro siete con mi pareja.– pedí ayuda, no que se estuvieran a punto de agarrar a golpes.

Los Elegidos {Ateez}Where stories live. Discover now