27

1.7K 228 26
                                    

Wooyoung.

Solo sirves para destruir cosas.

–Eso no es cierto.

Nadie te querrá aparte de mi.

–Cállate.

Solo te utilizarán nada más, como si le importaras a alguien.

–Te dije que te callaras.

Te quedarás solo para siempre.

–¡Cállate!.

–¡Wooyoung!.–desperté por el llamado de San.–¿Te puedes quitar?.

Me levanto rápido en cuanto noto mis manos en su cuello con llamas en ella. ¿Qué iba hacer?. Iba a matar a San, ¿por qué? Se supone que ya no debo hacer eso, ya estoy de su lado.

Sed de sangre. Cállate Kai, no he matado a nadie porque quisiera, todo esto fue tu culpa y de tus estupidas mentiras.

–¿Qué querías hacer, Wooyoung?.– San se sentó en el sofá masajeando su cuello, sin dirigirme la mirada.

–Yo...perdón, no qui...

Se acercó amenazante, haciendo que yo retroceda y choque contra la pared. Su cabello ya no tiene ese mechón blanco y su mirada se ve feroz, el brillo de sus ojos desapareció al mismo que tiempo que estampó su mano al lado de mi cabeza.

¿Qué hago? Tengo miedo, tengo miedo. ¿Cuándo fue la última vez que sentí eso? No, yo no tengo miedo.

–¿Querías matarme?.–preguntó acercando más su cara a la mía.

–¡No!, yo..–mi cabeza, se está llenando de agua, no respiro.

–Pensé que podíamos confiar en ti, pero con esto de tratar matarme. Pensé que podías cambiar y que solo eras así porque te obligaba Kai, pero veo que en realidad tu eres así.–me va a matar.

No, yo no soy así. Créeme, no sé lo que me pasó. Por favor, para, déjame respirar, quiero cambiar.

Tomo su brazo y prendo llamas rojas, pero las quema enseguida con su poder. Esperaba a que me entendiera y que detuviera el agua. Si es necesario yo...

De pronto el estanque que tenía en mi cabeza desapareció, caí al piso de rodillas. Puedo respir, nunca pensé que esto podría gustarme tanto. Respiro agitado, lo que provoca que tosa en el intento de llenar mis pulmones de oxígeno.

–Como dije antes.–lo miro desde abajo–Pensé que podías cambiar.– se agacha a mi altura, mirando fijamente mi rostro.–Y trato de que ese pensamiento no se vaya.

Se levantó, dando leves palamadas en mi espalda, antes de dirigirse a nuestras mochilas que estaban a un lado de nuestra cama improvisada.

¿Qué le pasa a este chico? Antes se veía super feliz y tranquilo. Entiendo que actue así cuando casi lo matan, pero se veía como una persona totalmente diferente.

San volvía con una toalla en sus manos, se sentó en el piso todo mojado. Pero el agua fue absorbida al instante por él, también volviendo su pequeña parte de cabello a su color blanquecino.

–Ven aquí.– se acercó a mi al ver que no le hice caso, y restregó la toalla en mi cabello–Está haciendo frío, cojerás un resfriado.

–No importa, me lo merezco.– hablé bajo, pero al parecer él me escuchó.

–Si importa, y claro que te lo mereces.–rió, su risa es como la de un bebé–¿Tuviste una pesadilla?

Asentí, no quiero hablar de eso por el momento. Sus manos eran pesadas y bruscas al restregar la toalla, pero no me quejo. Al alejar la toalla de mi cabello comenzó a reírse.

Los Elegidos {Ateez}حيث تعيش القصص. اكتشف الآن