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Una pequeña vocesita en la cabeza de Jimin no paraba de hacerse escuchar dentro de él

"Le has mentido. Le has mentido a tu novio"

— No haré nada malo si voy a esa fiesta...

"pero si no harías nada malo, entonces porque no le dijiste la verdad? "

— La puta madre — gruñó subiéndole el volumen a la música de la radio para callar la voz en su cabeza.

Casi se pierde de camino a casa de Seulgi, como la ruta hacia su casa ya no la usaba, la había borrado de su memoria parcialmente. Se estacionó afuera e hizo sonar el claxon. Seulgi no demoró en salir.

La castaña rodeó el auto y entró al asiento del copiloto. Jimin apretó el volante en sus manos, se sentía raro tenerla ahí después de casi dos meses sin dirigirse hacia ella.

— ¿Ni siquiera me dirás hola?

— Hola.

Arrancó el auto y le subió más a la radio para no escuchar a Seulgi hablarle.

Al llegar a casa de Joy, Jimin se tardó en bajar apropósito para que Seulgi saliera primero y se adelantara, si llegaban juntos todos pensarían que habrían vuelto.

Pero Seulgi lo esperó.

— Anda, ve con tus amiguitas — dijo cerrando el auto a distancia con sus llaves.

— ¿Y qué harás tú? Ninguno de tus amigos fue invitado...

— Me sé divertir solo, gracias por preocuparte — contestó secamente y se limitó a entrar sin importar que ella lo siguiera.

Jimin rodó sus ojos. No entendía porque Park Soo-young lo había invitado a su fiesta de drogadictos y alcohólicos solo y no había invitado a nadie más de su clase.

Se sentó en la barra de bebidas y pidió varios tragos de Vermut ya que era el único menos fuerte que vio en las despensas.

El bartender le sirvió unas tres copas.

A Jungkook no le gustaba que Jimin tomara, fumara o se metiera químicos extraños al cuerpo, pero como dicen

Una vez al año no hace daño.

— ¿Para qué demonios vine? — se dijo a si mismo tomándose la tercera copa, aun no sentía los efectos del alcohol ni en su cabeza ni estómago.

Jimin comenzó a hablar solo, pero aun estaba consciente. Nadie lo escucharía con esa música y risas a todo volumen.

Excepto Seulgi y sus amigas. Ellas no lo escuchaban pero si veían los labios de Jimin moverse.

Joy hizo una mueca

— Aun no entiendo que le vez en él — cruzó sus brazos — Creo que perdí una invitación.

— Te arrepentirías de eso si estuvieras con él unos cinco minutos por lo menos... — respondió la menor.

— Como sea. Haz lo tuyo, es tu momento. No lo eches a perder — Joy se cruzó de piernas y de brazos.

Seulgi asintió y se levantó del sofá, Joy tomó su mano para jalarla hasta llegar a su oído.

— si no logras quedarte con él despídete de nosotras.

Seulgi camino hacia la barra y le pidió al bartender que le invitara a Jimin unas copas de vodka de su parte. El azabache que no se daba cuenta ni de lo que tomaba solo iba agarrando las copas para tragar una tras otra.

Las manos de Seulgi temblaron cada vez que veía a Jimin tambalearse en esa silla. Frunció su ceño, lo que hacia no estaba bien.

Miró hacia donde estaban sus amigas y sintió el peso de sus miradas sobre ella. Suspiró profundo y se acercó a Jimin.

— Mochi... — habló acariciando su espalda, Jimin se tambaleó y la encaró.

— ¿Conejito?

Frunció su ceño al escuchar ese apodo— Mochi debes sentirte muy mal... Acompáñame — tomó su mano y algo dudosa, se dirigió hacia las habitaciones.

Dejó que Jimin se sentara en la cama mientras ella iba a cerrar la puerta con seguro y este dejó recostar su espalda en el colchón de la cama totalmente vencido por el alcohol. Tomar tanto alcohol de un solo golpe ahora estaba matando su cabeza.

De pronto Jimin sintió un peso sobre él

— ¿Conejito? — Jimin veía borroso y ya ni siquiera recordaba a donde estaba — p-pesas menos... Come más por favor...

Seulgi tomó las manos de Jimin para colocarlas en su cuerpo a ver si se callaba y comenzaba la acción. El azabache sonrió como un idiota.

— Conejito... Tienes un lunar aquí — señaló su nariz — aquí — señaló la zona bajo sus pechos — allá — señaló en sus brazos — aquí — señalo su torso izquierdo — pero los que más... Más me gustan son los de tu ojo derecho y el de tu culo

Seulgi hizo una mueca

Jimin tocó su trasero

— ¿Conejito? ¿Y tu trasero gordito? Que le pasó a tu trasero?...

Seulgi apartó sus manos y se quitó de encima con lágrimas bordeando sus ojos. Jimin seguía pensando en su novio hospitalizado hasta borracho.

Y había herido sus sentimientos con los comentarios de su peso y trasero.

— No lo haré — secó sus ojos antes de que hubiesen lagrimas en sus mejillas. Solo se sentó a su lado — Perdóname... Perdóname por haberte traído...

Ella sabia que el azabache seguía mal por lo que le había pasado a su novio, pero ignoró todo eso pidiéndole ayuda a Joy para volver con él.

Jimin cayó dormido. Joy suspiró sin saber que hacer.

Cuando él despertara no recordaría nada.

La castaña abrazó sus piernas mientras miraba a Jimin. ¿Qué le diría a Joy? ¿Qué Jimin la confundió con su novio varias veces?

Tal vez si. El temor a ser dejada de lado disminuía poco a poco, si Joy le dejaba de hablar por hacer lo correcto, y le obligaba a hacer cosas que ella no quería solo por mantener su amistad, entonces no era una buena amiga.

Seulgi dejó caer su cuerpo sobre el colchón. Decidió quedarse con Jimin para que nadie subiera y se aprovechara de él mientras al mismo tiempo pensaba que haría cuando bajara.

Boy With Luv ^ Jikook  [ADAP.]Where stories live. Discover now