capítulo 29: ¡le estoy hablando a mi hijo!

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Con el tiempo, los ánimos de los jóvenes se fueron levantando y poco a poco cerraban sus heridas.

Imogen decidió independizarse y empezó a trabajar como medimaga en San Mungo, justo como ella quería desde que era pequeña. Bueno, se independizó pero realmente fue a vivir a la casa de al lado de su hermano junto con Remus.

Imogen también le propuso el vivir con ellos a Sirius y a Peter, para estar más juntos. Pero el primero no quiso dejar su apartamento y Peter simplemente dijo que quería seguir viviendo con su madre, lo cual fue bastante raro porque él siempre quiso ir a vivir con Remus.

A pesar de que Sirius se había quedado en su apartamento, James siempre miraba a través del espejo doble, porque, siendo honestos, Sirius era prácticamente un bebé y tenía que asegurarse de que no bebía whiskey de fuego para desayunar y recordarle que se lavara los dientes dos veces al día.

Los chicos también habían estado ayudando a Remus económicamente. Se empeñó en pagar su parte de la casa, pero Imogen se negó. ¿Para qué usaría todo el dinero que tenía si no era para ayudar a sus amigos?

En diciembre, todo iba un poco mejor y las aguas estaban un poco más calmadas. Las risas volvían a escucharse por la casa y la Navidad los había alegrado a todos un poco.

El matrimonio Potter estaba en su casa, preparándose para la comida de Noche Vieja.

-Lily- dijo James- ¿te ocurre algo?

Ella frunció el ceño y sonrió nerviosa.

-N..No- tartamudeó.

-Cariño, vamos a una fiesta- le cogió al cara suavemente con las manos- llevamos sin una prácticamente desde que nos unimos a la Orden y se te nota que estás preocupada. ¿Qué te pasa?

-Estoy embarazada- soltó la bomba, dejando a James petrificado- de dos meses.

James no sabía qué decir. ¿¡Padre!? ¿¡Él!? Si no sabía ni siquiera qué hacer para que las plantas no se le murieran, ¿cómo iba a cuidar de un niño?

-Yo...eh...- la chica empezó a preocuparse- ahora vengo.

Salió pitando de la casa y se metió en la de su hermana, unas casas más abajo. Allí estaban todos. Imogen ya estaba preparada, al igual que Remus. Sirius estaba en pijama mientras veía la tele y Peter estaba con la corbata desabrochada y los zapatos sin poner.

-¡Date prisa, memo!- escuchó a su hermana gritarle a Sirius.

Cuando abrió la puerta y vio a su hermano sin Lily, se extrañó.

-¿Dónde esta...

-¿Tienes whiskey de fuego?- entró, casi ignorando a Imogen- qué pregunta más tonta, si está aquí Sirius.

Sirius sonrió y le pasó su petaca mientras se encendía un cigarro.

-¿No deberías estar preparándote para la fiesta?- preguntó Remus- ya deben estar todos en La Madriguera y...

-¿Cuánto hace que no llegamos borrachos a una fiesta?- dijo James, bebió directamente de la petaca- ¡ya va siendo hora de que nos emborrachemos otra vez!

Nadie dijo nada, pero Imogen y Remus mantuvieron un ojo en el chico, que estaba rarísimo. Incluso Sirius bebió poco para controlar a su amigo.

Horas más tarde, James estaba llorando, tirado en el suelo.

-¡Va a ser súper pequeño! ¿Cómo podré protegerlo?- más lágrimas- ¡DEMASIADO PEQUEÑO!

A Imogen se le congeló la sangre en las venas y parecía que todo el alcohol que había en su sangre se desvaneció. Todos se dieron cuenta de lo que pasaba.

it isn't in my blood [black]Where stories live. Discover now