capítulo 7: el día que James lo consiguió

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Cuando James presentó a Imogen a sus amigos, enseguida la aceptaron. Con los años, el vínculo que la unía a sus tres nuevos amigos se volvió más fuerte. Muchas fueron las ocasiones en las que le preguntaron si mantenía alguna relación con Sirius, Remus o Peter. Y la chica lo negaba, nunca entraría en una relación amorosa con ninguno de ellos. El amor que sentía hacia los Merodeadores era puramente de hermanos. 

También eran muchas las chicas que la miraban con una mezcla entre celos y odio cada vez que Sirius la trataba cariñosamente. La verdad que el chico era todo un mujeriego. Por otro lado, Remus también tenía admiradoras, aunque se negara a verlo, por lo que también recibía miradas de odio cada vez que estaba cerca de él. Peter era un chico demasiado tímido y nervioso, le costó mucho tiempo soltarse con Imogen y probablemente ella era la única chica con la que él se había atrevido a hablar, lo que le parecía tierno. 

Su hermano era un caso a parte. Todas iban detrás de James Potter, todas menos una. Lily Evans. Una de las brujas más brillantes de su generación. James estaba completamente enamorado de la chica, aunque ella lo había mandado a paseo en numerosas ocasiones. Sobre todo cuando era amiga de Snape. Pero quizás los sentimientos de la pelirroja habían empezado a tomar un rumbo distinto...

-¿Es ese James?- Imogen se acercó al árbol donde estaba sentado Sirius señalando hacia dos siluetas sentadas a la orilla del lago- ¿con Lily Evans? ¿su Lilyflor?

-Cállate, Immy- Sirius le puso una mano en la boca- ni se te ocurra interrumpir. Lleva esperando este momento 6 años.

Imogen no pudo evitar reír.

-Remus está con Peter en la biblioteca, por si lo buscabas.

-Buscaba a mi hermano- sacó una carta de su bolsillo- se me olvidó darle la carta que mamá y papá le escribieron.

-Oh, bueno- Sirius se tumbó en el césped- está ocupado.

-Ya lo veo...¿de qué crees que hablarán?

-Conociendo a tu hermano...-ambos se miraron.

-Quidditch- dijeron a la vez, para luego estallar en una carcajada.

-Mamá dice que puedes pasar las Navidades en casa.

-Immy, todavía falta un mes y medio para que sean las vacaciones.

-Sólo quería recordarte que siempre eres bienvenido allí.

-Lo sé- se apoyó en su codo para mirar a la chica, que también estaba tumbada sobre el césped- ¿sabes? creo que le gustas a Reggie.

-Pffff...¿qué?- Imogen se reincorporó del tirón.

-No sé- se quedó pensativo- últimamente lo pillo mucho mirándote durante las comidas. Quizás las clases de pociones están haciendo que surja la química...

-Sí, claro- Imogen se ruborizó, evitando su mirada- supongo que es el encanto de los Potter.

Lo que Sirius no sabía era que llevaba medio mes con sus escapadas nocturnas con Regulus a la torre de Astronomía. Ya habían conseguido la receta de la poción, gracias a Slughorn. Al principio estuvo un poco reacio a la idea, pero acabó cediendo. El chico podía ser persuasivo si se lo proponía. Por otro lado, mientras conseguían los ingredientes, Imogen le había estado enseñando algunos trucos de quidditch y habían volado un poco con las escobas que tenían escondidas en la torre, para preparar al chico para su próximo partido del sábado contra Ravenclaw. 

De pronto, Imogen sintió que un chorro de agua la empapaba, seguido de la risa de su amigo.

-Estabas embobada, Immy- dijo rojo de la risa.

-No acabas de hacer eso-dijo pausadamente mientras se levantaba- ¡te vas a enterar, Black!

Imogen se tiró encima del chico y empezó a hacerle cosquillas. Sabía que él las odiaba. Y así fueron rodando por todo el césped, batallando para ver quién ganaba la guerra de cosquillas y muertos de risa. Finalmente, Sirius se sentó a horcajadas sobre la chica, sujetándole las manos.

-¿Ahora quién es la valiente?- dijo entre risas- he ganado, como siempre- se tiró al lado de la chica.

-Por esta vez, dirás-Imogen intentaba recuperar el aliento- estás gordo, pesas mucho.

-¿Perdona?- se hizo el ofendido- yo no soy el que se escapa para ir a las cocinas.

-¡Yo ho hago eso!

-Sí que lo haces, apuesto a que los elfos de allí te conocen ya.

-Tinkey es demasiado buena- lo miró- siempre que se lo pido me da chocolate.

-Eres de lo que no hay- dijo riéndose- ¿ese de allí es mi hermano?

Imogen miró hacia donde señalaba Sirius. Efectivamente, Regulus los miraba con cara de pocos amigos desde el árbol donde estaba sentado con Snape, Avery y Parkinson.

-Melín- susurró el chico- me está lanzando mil maldiciones con la mirada.

-Mira a tu alrededor, todas las chicas me miran con odio ahora mismo- señaló hacia Circe Parkinson- hasta la víbora de Parkinson quiere matarme.

-Cariño, ¿qué esperas?- sonrió vanidosamente- soy Sirius Black. Todas querrían ser tú.

-Quizás deberíamos besarnos para que la vena de Parkinson explote- lo miró.

-Sí, creo que mi hermano se desmayaría.

Conectaron sus miradas y justo cuando parecía que se iban a besar, volvieron a estallar en carcajadas.

-¿Se puede saber qué os pasa?- James se acercó a los dos- un poco más escandalosos y os escucha el Calamar Gigante.

-Nada, pasando casualmente la tarde del domingo, hermanito- Imogen levantó las cejas en dirección a su hermano- ¿nos contarás sobre Lily o..?

-¡Por las barbas de Merlín, Immy!- su hermano saltó y la abrazó por los hombros mientras los tres ponían rumbo hacia el castillo- es increíble. A ver, ya lo sabía. Pero he sentido que hemos conectado.

-¿Y eso?- Imogen y Sirius se miraron, intentando no reírse ante el entusiasmo de James.

-Me ha dicho que soy un gran jugador. ¡Incluso ha aceptado ir a Hogsmeade conmigo el viernes!

Imogen y Sirius se detuvieron. Se miraron. Miraron a James. Y empezaron a saltar y a abrazar a James.

-¡No me lo puedo creer!- exclamó Imogen- ¡después de 6 años, pensé que este día no llegaría!

-¡JAMES POTTER LO HAS CONSEGUIDO!- gritó Sirius mientras saltaba de la emoción- Madre mía, Cornamenta, estoy contentísimo por ti.

-Y yo, hermano- Imogen fingió llorar como una madre orgullosa, mientras abrazaba a Sirius- Mira a nuestro bebé, Sirius, crece tan rápido.

-Lo sé, querida- le siguió el rollo a su amiga- mañana ya estará dándole su primer beso.

James rodó los ojos, para después agarrarlos a los dos y llevarlos hacia el castillo entre risas.





it isn't in my blood [black]Where stories live. Discover now