Capítulo 16:

11.9K 816 556
                                    

Cuando Giyuu entro en la habitación, Tanjiro estaba sentado contemplando sus manos en su regazo, alzo la vista bermejo al escuchar la puerta deslizarse.

Una sonrisa que podía iluminar el lugar más oscuro fue un regalo de parte del omega, Tanjiro extendió los brazos pidiendo un abrazo, lo cual no le negaría, Giyuu camino apresurado para cumplir el capricho de su omega.

Cuando sintió el calor de Tanjiro se sintió en casa.

— Seremos padres —dijo el omega con melancolía.

— Si — sus labios besaron la frente de Tanjiro — Lo seremos — apretó más el pequeño cuerpo del omega contra su pecho, aspirando su nuevo aroma favorito.

Tanjiro respiro el aire helado de la noche, en el pórtico de la pequeña casa en medio del bosque, Giyuu insistió en que las siguientes semanas del embarazo estuvieran completamente solos, ellos dos y el cachorro no nato, sabía que era cuestión de instinto y le agradaba tener a su alfa para el solo, su tiempo de calidad.

Tanjiro acaricio la fina curva en su vientre, aun no podía creer que no se había dado cuenta, su vientre comenzaba a tomar una curva pronunciada, se sentía lleno y los calambres no eran una broma.

El omega suspiro cuando sintió una manta sobre sus hombros, Giyuu siempre se aseguraba de que no pasara frio.

— Debes estarte congelando — murmuro el alfa, tratando de proveerle calor con sus manos en los brazos.

Tanjiro sonrió ya acostumbrado a estos mimos de parte de su alfa, dejando caer su cuerpo sobre el pecho de Giyuu, apoyo su cabeza en su hombro, suspirando lleno de regocijo el aroma picante y varonil.

Un par de semanas habían pasado y vientre de Tanjiro se inflaba a una velocidad alarmante, comenzaba a verse como una ballena en dos pies, no le gustaba admitir que a Giyuu eso lo encendía, ver su vientre agrandarse lo hacía sentir orgullo, le decía al mundo que Tanjiro era suyo y que con mucho esfuerzo él había puesto ese cachorro dentro.

Lo veía hermoso, lo más hermoso que existía, un aura de ternura, paz, tranquilidad y armonía envolvía al omega, una angelical aura.

Tanjiro observaba a Giyuu desde lo más alto de una roca en las orillas del rio, el omega había insistido en acompañar a su alfa a pescar, se sentía solo en la pequeña casa.

Giyuu había insistido a su padre y a cualquiera que lo cuestionara, que el proveería a su omega, no necesitaba nada más que a Tanjiro, la casa del bosque y lo que la naturaleza les daba, había dejado que su instinto de protección y de querer suministrar de todo a su omega se desatara, era un jodido neandertal, pero no podía con eso.

El omega observaba al magnifico alfa, con todos esos músculos abultados, fuertes y tonificados que marcaban su torso desnudo, en medio del agua helada, con los labios morados y el vapor de su calor salir por su boca, amaba ver como los músculos se flexionaban y apretaban en cada movimiento del alfa.

Tanjiro por poco deja caer el hilo de sus amigurumis, muñecos que estaba tejido para su futuro cachorro, al momento en que la mirada de Giyuu se clavo en la bermejo del omega, olisqueando el aire, pudo escuchar el gruñido que proclamo el alfa aun estando tan arriba, los ojos azules se dilataron y su mirada se volvió depredadora, hambrienta, quizás era el hecho de que estaba tan mojado de solo ver lo magnifico que era, que el olor de su lubricación era fácil de detectar.

Giyuu fue un borrón ante la mirada rojiza de Tanjiro, lo siguiente que sintió fueron los fuertes brazos del alfa rodeando su cintura pegando su cuerpo al frio de Giyuu.

Su temperatura helada atravesaba su yukata provocándole escalofríos, los gélidos dedos presionaban la espalda baja atrayendo el cuerpo del omega más hacia Giyuu, parecía que no quería un solo centímetro lejos del omega, lo quería todo, la dura verga contra su vientre hinchado se sentía bien, y su propia polla endurecida.

Inocente y Sensual  ⌠GiyuuTan⌡Where stories live. Discover now