Capítulo 4:

19K 1.6K 1.1K
                                    

Tanjiro elevo su rostro, sintiendo los cálidos rayos del sol en las mejillas sonrosadas, cerrando los ojos para sentir el regocijo del viento, respirando el roció del entorno, los árboles, la vegetación, incluso los animales, escuchando, memorizando, la temperatura estaba un poco caliente, pero había humedad en el ambiente.

Era un hermoso día para trabajar en los campos de arroz.

— ¡Tanjiro! — gritaron sus hermanos agitando sus bracitos al aire.

— ¡Vamos!¡Hay que comer! — estaban entusiasmados.

— ¡Ahí voy! — respondió de vuelta alegremente él omega.

Salió del agua con ayuda de algún beta que se encargaba de los arrozales, era común que Tanjiro ayudara en los trabajos de campo de sus tierras, el como todos sus hermanos trabajaban y tenían una obligación.

Sus padres les habían inculcado a trabajar y ganarse el pan, a no tratar mal a los empleados y ser gentiles con todos, para ellos todos eran iguales.

Acomodo su yukata y con un poco de ayuda se colocó sus sandalias.

— Me iré primero —sonrió a las betas que aún seguían trabajando, las mujeres asintieron con reverencia y gentileza.

Un par de días, habían transcurrido desde que el destino le coloco a Giyuu Tomioka, su alfa, en su vida.

No podía ser más feliz, el encontrar a tu alfa, era una bendición que a pocos le era encomendada, la mayoría jamás se encontraban, obligándolos a enlazarse con otros alfas.

Pero ese no era su caso, lo había encontrado, lo había sentido, tocado y memorizado, su calor, su presencia y su aroma, aún seguían con Tanjiro, podía dar fe en que si existía.

Giyuu habían iniciado con el debido cortejo como era la tradición, a medida que iban pasando los días los regalos iban llegando, hermosos Kanzachis para su cabello de todo tipo, bira-bira, hana, kishi y Kogai, bellos kimonos de distintos estampados magníficos de seda y los más deliciosos dulces tradicionales, no era los bonitos regalos los que atesoraba, si no las cartas que venían con ellos, donde el alfa expresaba lo impaciente que estaba por volverlo a ver o lo tanto que lo extrañaba, o de los sentimientos que iban creciendo a medida que estaban separados, la tinta contenían sentimientos de amor y ternura.

Esa noche mientras Tanjiro cepillaba su cabello listo con su pijama naga juban puramente blanco listo para dormir, después de un largo día de trabajo, ayudar y jugar con sus revoltosos hermanitos, la puerta se deslizo de fusuma, dejando ver a una Hanako emocionada y excitada.

—¡Otro regalo Tanjiro! — dijo la niña exaltada mientras colocaba una jaula sobre el suelo de tatami de la habitación del omega.

Tanjiro observo a su hermana, sonreía extasiada esperando a que descubriera que había dentro, de ahí su mirada se deslizo a la pequeña jaula cubierta por una tela oscura que resguardaba lo que sea que había dentro.

Tanjiro dejo su cepillo delicadamente sobre el pequeño tocador dejando atrás su cojín zabuton para deslizarse por el suelo de tatami hasta encontrarse delante de su regalo.

Hanako brincaba de la emoción, Tanjiro sonrió dejando de torturar a su excitada hermana, para ver por fin lo que había dentro.

Los hermanos exclamaron un largo oh, abriendo los ojos en asombro, parpadeando al ver de qué se trataba, un diminuto pajarito brincoteaba por la minúscula jaula, eso no era lo que llamaba la atención, si no, sus brillantes plumas de color verde y azul, se podía apreciar el brillo como de escarcha en el par de alas, era hermoso.

Inocente y Sensual  ⌠GiyuuTan⌡Where stories live. Discover now