Fuga Y Refugio

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-Laineria...- dejo escapar Castiel de entre sus labios al verme.

-Castiel, se lo que has visto, no es lo que parece - le dije, llena de desesperanza. Sus ojos cansados se atravesaron con los mios. Esos ojos que había visto arder de pasión, ahora contenían un vacío gris, sin emoción alguna.

-He aguantado las palizas de mi padre y estar retenido en mi cuarto por ti ¿Creíste que no quería salir corriendo tras de ti el día que viniste a buscarme? Me quedé por ti, para que tu cuerpo desnudo no recorriese el internet, y que fuese solo de mi recuerdo. Sin embargo tu decidiste ir a besarte con Nathaniel ¿Que pretendes Laineria? ¿Que haces aquí que no estás con el?-

Mientras me decía todo aquello, las palabras se amontonaban en mi garganta, de tantas cosas que quería decirle.

-Acabo de subir yo misma mis videos desnuda a internet- le dije, y sus ojos se abrieron de par en par de la sorpresa.

-¿Cómo? ¿¿Y por qué?? - me preguntó exaltado. Las lagrimas se agolparon en mis ojos y cayeron cuando comencé a a hablar.

-Para que pudieses salir Castiel. Para que tu padre no tuviese motivo para coaccionarte. Prefería estar contigo a todas las cosas en el mundo.- Le dije llorando. Su expresión se torció en una mueca.

-¿Y Nathaniel?- me preguntó, con temblor en la voz.

-Nunca quise estar con el Castiel, fue una trampa suya, el hizo la foto y se la mando a tu padre, el me trajo aquí engañada.- Le dije sin dejar de llorar.

Castiel se adelantó y su cuerpo se fundió con el mio en un abrazo.
-Está bien, te creo, pero por favor no llores más. Lo siento.- me dijo, poniendo su mano en mi cabeza.

Un sonido nos sacó de nuestra burbuja, eran unos pasos acelerados. Alguien se aproximaba corriendo. Castiel y yo nos separamos para describir a Nathaniel, que había corrido hasta la entrada de la casa junto a nosotros.

El pelirrojo no tardó en reaccionar ante la presencia del rubio, y se acercó hasta cogerlo por el cuello de la camisa. -Como te atreves a aparecer delante de mi, sabandija.- le dijo Castiel con furia en su voz.

-Castiel, tienes que escucharme es importante, dijo Nathaniel.- Castiel tras dudar unos segundos lo soltó de la camisa. -Estoy de vuestra parte otra vez.- dijo el rubio.

-¿Ah si? Y por que deberiamos creerte?- dije yo, llena de rabia por su traición.

-Pues porque... acabo de matar a Williams.- dijo Nathaniel, sin poder levantar la mirada.

Castiel quedó pálido ante la noticia. Lo abracé por la espalda. Había echado mucho de menos su olor corporal.

-Vamos a por Amber y larguemonos de aquí- dijo Castiel. Y así lo hicimos, lo seguimos hasta la planta de arriba y encontramos a Amber en la cama de mi madre y Williams.

Salimos de la casa a toda prisa, Nathaniel cargaba a Amber en su espalda y nos refugiamos en un callejón perdido de la ciudad.

-Mirad- nos dijo Nathaniel, una vez a salvo- iré a mi casa. Mi familia se alegrará mucho de ver a Amber con vida, y haremos lo posible en tapar el asesinato de Williams que al fin y al cabo es el responsable de todo esto. En mi familia somos muy influyentes y tenemos contactos, estaremos bien.- dijo Nathaniel. -Pero tranquilos, no os voy a dejar en la calle, teneis todas las noches pagadas que queráis en el hostal de la familia de Lysandro.

Y así fue como Castiel y yo nos dirigimos al hostal. Lysandro ya había sido avisado por Nathaniel asi que nos dejó pasar a escondidas.

Por fin estábamos en la habitación, Castiel y yo, a solas. Él estaba callado, afectado por la noticia de la muerte de su padre. Pero yo tenía una cosa más que decirle.

-Castiel...- dije con la voz temblorosa.- Verás resulta que le pedí algunos favores a Violeta y entre ellos estaba comprarme una cosa...- La mirada atenta de Castiel me dificultaba decirle lo que había estado deseando contarle, pero no había podido hasta ahora.- Verás Castiel, esa cosa que me compró Violeta... Era un test de embarazo, y ha dado positivo. Estoy embarazada de ti.-

Una sorpresa pelirrojaWhere stories live. Discover now