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Con esto ora si me odian U.U

El hermoso atardecer se reflejaba en el cristalino lago en aquella parte del bosque, que parecía mas que bosque, parecía un campo, donde entre los manglares y nenúfares sobre el agua, las libélulas y, mayormente luciérnagas, revoloteaban.

Una entusiasmada niña de cabellos azul oscuro como la noche, de 8 años de edad, jugueteaba cerca del lago, junto a su hermana de 5 años de edad, de cabellos púrpuras a la luz del sol, eran acompañadas de un niño pelinegro, de 8 años de edad también.

Los tres infantes se perseguían jugando, teniendo cuidado de no acercarse mucho a la orilla del lago y caer.

- ¡Firefly! ¡Suuein! ¡Yui! ¡Los sandwiches están listos! - una nipona de cabellos azabache llamaba a los infantes, quienes entusiasmados, llegaron como saetas a con sus padres.

- Suu, te dije que no te acerque mucho al lago. - un joven hombre de cabellera marrón oscuro y brillante hablaba a su hijo. -

- ¡Pero no estaba tan cerca....! - renegó el niño

- Bueno bueno, pero igual ten cuidado. Yo a tu edad me la pasaba corriendo así, las cicatrices de mis rodillas y codos son prueba de que sucedía cuando corría así. - Sonrió una mujer joven de cabellos castaño rojizo a la luz del sol, mientras cargaba a la niña de 2 años de edad que dormía entre sus brazos.

- Ya dejen de hablar de tragedias de la niñez, o Firefly se acabará los sandwiches. -

- ¡No! Yo quiero un sandwich, déjame uno, Firefly. - El niño tomó uno de los sandwiches y comió con entusiasmo.

- Yo también quiero uno. - La hermana pequeña de Firefly tomó un sandwich

- Yui, estos tienen chile, tal vez no te guste. - Hablo el joven hombre de cabellera azul eléctrico y ojos totalmente negros

- ¡Quiero probar algo nuevo! - la pequeña Yui sonaba determinada.

- Está bien, pero si no te gusta, me lo das. - se agacho la nipona de cabellos cortos azabache, dándole un sandwich

La pequeña Yui dio una mordida al sandwich, llevándose también un pedazo de chile jalapeño entre el jamón y el queso panela. Quedó maravillada con su sabor. - Pica un poquito, pero esta rico. -

- Noely, despierta a Aiko, ya tiene que comer también. - el hombre pelinegro acaricio la cabeza de su esposa

- Aniki, cada que haces eso me siento chaparra....- rio la mujer. - Aiko, despierta honey. -

La pequeña niña de cabellos castaños despertaba, abriendo sus ojitos avellana. - ¿Uh....? -

- Es hora de comer, Aiko. - Noelle se sento sobre la manta en el césped para sacar la papilla de mango que la pequeña Aiko adoraba.

- Siiiii. - la pequeña Aiko estaba emocionada.

- Lástima que Missy enfermo. Me habría encantado que Damon y Suzi vinieran.- Suspiro el peliazul de oscuros ojos

- Aw, Toochi. Esperemos que para nuestro Jueves de amistad esté mucho mejor. - la azabache trato de animar a su esposo

- Si, Noodz. Tienes razón. - sonrió Stuart.

Una vez terminaron de comer, las dos familias se sentaron para ver el anochecer, pues esa noche habría una lluvia de estrellas.

- ¡Ya están lloviendo estrellas, y se mueven en círculos! - exclamó la pequeña Firefly, muy alegre

- Firefly, esas son unas luciérnagas. - río el pequeño Suuein.

- Tal cual como esa noche, ¿no, Stuart? - la azabache sonrió, pegando su cabeza al hombro se su amado esposo.

- Exactamente, Nagisa. - el peliazul abrazo a su amada esposa.

El peliazul y la azabache se sonrieron con amor y ternura, melancólicos al verse a si mismos hacia ya casi 9 años en ese preciso lugar, viendo dos luciérnagas revolotear.

»»Fire flies«« 2DleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora