El Guardián siempre protege [Peter Parker]

Capítulo 17 - Hay que protegerle

Peter se llevó las manos a la cabeza al ver su foto, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. ¿De verdad habían descubierto su identidad? Eso no podía estar pasando, pero así era, y las caras que comenzaban a girarse hacia él se lo demostraban. Donde antes había respeto y admiración ahora solo quedaba temor, temor porque creían que lo que habían visto en el noticiario era verdad. No sabía cómo había sucedido eso, había jurado que Mysterio estaba muerto, pero debía tener un equipo detrás que le ayudaba. Quizás ese era el plan que tenían por si algo salía mal, culpar a los superhéroes para que la gente desconfiase, y alguien lo había llevado a cabo.

Alguien le señaló y gritó:

–¡Asesino!

Varias personas le corearon, haciéndole sentir incómodo. Las cosas se estaban alterando con una rapidez increíble y debía hacer algo, ¿pero el qué? Se giró, buscando disimuladamente el rostro de MJ entre la multitud. La chica le miraba con cara de circunstancias, sin saber tampoco cómo reaccionar. Tenían que desaparecer de allí, pero arrastrar a MJ con él supondría un peligro para ambos, aunque dejarla y marcharse tampoco era lo correcto. Ella estaba cerca de él y la multitud se estaba acercando. Si no se movía rápidamente, aplastarían a la chica.

Las sirenas de la policía se oyeron en la distancia, alertándole.

–¡Huye, Spiderman! –gritó otra persona, un último seguidor entre todos los que le odiaban.

Peter miró a MJ una última vez y la chica asintió, coincidiendo en que eso era lo más correcto.

Lanzó una telaraña y se marchó.

La gente comenzó a gritar más, pero pudo ver como al menos el lugar en el que había estado antes comenzaba a despejarse y MJ se escabullía entre todos, poniéndose a salvo. Peter se balanceó entre los edificios, dejando cada vez más lejos a todos. Tenía que esconderse de alguna forma, estaba seguro de que no tardarían en enviar helicópteros a por él, pero esta vez no sería tan fácil despistar a todos. Ahora le buscarían con Peter Parker, por lo que volver a su casa no era una opción. Tenía que alertar a May también, aunque dudaba que hubiera una persona en la ciudad que no hubiese visto ese vídeo... 

Lo tenía muy jodido.

¿A dónde debía ir? Todos los lugares en los que se podría sentir seguro serían vigilados. Ya no solo se trataba de su propia casa, no, era también la de Ned, la de MJ, e incluso la de Flash. Sus compañeros de clase serían vigilados, no podía acercarse a ellos ni aunque quisiera, pero había uno que tal vez podía ayudarle: Harry Osborn. Él vivía en la ciudad, había vuelto y quizás le ayudaría por los viejos tiempos, cuando tenían la misma edad, pero eso precisamente le hacía dudar. Harry había regresado, solo que como si el lapso no le hubiera afectado, y lo había ocultado a todo el mundo. Esa mentira le hacía sospechar y, si cuando iban a clase ni él ni Elia le habían revelado que eran superhéroes, ahora confiaba menos en él para decírselo. 

Peter suspiró, dejándose balancear hasta la azotea de uno de los edificios de mediano tamaño de Nueva York. Se ocultó allí, entre las plantas, aprovechando los huecos. Los helicópteros no le encontrarían fácilmente allí, debían sortear otros edificios, pero tampoco era el lugar apropiado para esconderse. Sacó su móvil, esperando recibir alguna llamada, pero no sabía si tendría tiempo suficiente. Quizás él era quien debía llamar a alguien, al fin y al cabo era quien necesitaba ayuda y no podía depender de que alguien se ofreciera a solucionarle el problema por arte de magia. 

Marcó el número de Happy y esperó.

–¡Chico! –gritó él en cuanto descolgó–. ¿Te han cogido?

–No –negó Peter, aliviado de oírle–, pero lo harán pronto.

–Sal de la ciudad –le recomendó–. No puedo ofrecerte ruta segura, van a intentar vigilar a todos los que podemos conocer a Spiderman y a Peter Parker y ya empiezo a ver algunos coches patrulla en la puerta –explicó, haciendo una pausa–. Sí, van a entrar –informó–. Ve a los restos de la mansión de los Vengadores, allí podrás estar seguro un tiempo y destruye tu teléfono. Yo haré lo mismo con este –ordenó.