Capítulo 12 - Carnaval de las luces

157 13 10
                                    

En la pantalla del ordenador, Elia veía a Sam reírse nerviosamente mientras Bucky le asesinaba con la mirada. 

El tiempo había pasado y esa misma noche se produciría el ataque del Elemental en Praga. Tenía que prepararse y se le hacía raro no tener a Sam o a Bucky cerca, con lo que había decidido llamarles. Ellos también iban camino de una misión, pero aún estaban en el avión y tenían tiempo. Le hubiera gustado poder ayudarles.

–Tampoco te veo quejarte –le dijo Bucky a Sam, algo enfadado.

–A ver, es efectivo, pero prefiero el aire sofisticado que le da Elia a la misión –se justificó Sam–. Infiltrarse en la seguridad del sistema no es lo mismo que abrir puertas con un brazo.

–No es un brazo cualquiera –intervino Elia, defendiendo a Bucky–, es un brazo robótico hecho en Wakanda. 

–Infiltración ruidosa de brazo robótico wakandiano –dijo Sam, alzando una mano– o infiltración sigilosa de chica super inteligente –levantó su otra mano, creando una balanza entre las dos, y poniéndola muy por encima. Estaba claro que Sam tenía predilección por Elia.

–Podrías aprender a hacerlo tú ya que te gusta tanto –le retó ella.

–¡Ojalá supiera! –Suspiró Sam–. Eso es lo tuyo, es tu parte del equipo.

Elia sonrió.

–Yo también os hecho de menos.

–En serio, no te imaginas cuanto –a Bucky se le notaba agotado, no sabía cómo se las había ingeniado Sam para seguir con vida–. Tenemos que colgar –informó después de una pequeña pausa. Alguien les había hablado–. Seguimos en contacto.

–Claro –asintió Elia.

–Hasta pronto –se despidió Sam.

Elia se puso en pie, topándose con la mirada inquisidora de Furia.

–¿Cómo están?

–Vivos, que no es poco –contestó.

Furia movió la cara en un gesto parecido a una sonrisa, pero la cortó antes de que se extienda.

–Bien.

Elia quería marcharse de ahí, aún tenía cosas que preparar y preferiría hacerlo en silencio y con calma. Además, también quería aprovechar la ocasión para hacerle algunas preguntas a Beck.

Decidida, trató de hacerse una coleta cuando su teléfono comenzó a sonar. Sin embargo, no le apetecía hablar con nadie más, todas las personas que en esos instantes tenían algo que comunicarle estaban en esa sala, no era necesario que se preocupase, pero entonces Shuri le vino a la cabeza. ¿Y si había pasado algo en el laboratorio? ¿O tal vez con su padre? Sin detenerse a pensar más, descolgó el teléfono sin ver qué número aparecía en pantalla.

–¿Diga? - La coleta se había quedado sin hacer y ahora su pelo caía sobre su rostro. 

–Hola, Elia –La voz de Harry Osborn la saludó desde el otro lado.

–Ah, hola, Harry –Elia trató de no sonar demasiado decepcionada. Se había hecho la idea de que podría ser una noticia importante– ¿Qué tal? –aunque necesitaba cortarle en dos minutos, al menos quería saber un poco de él, llevaban tiempo sin hablar.

–Bien, bien –asintió él–. Oye, ¿te pillo en mal momento?

Elia se giró, mirando a su alrededor. Furia la observaba con atención, con el rostro en una expresión indescifrable.

–Bueno, estoy algo ocupada, pero si es una cosilla rápida puedo ayudarte.

–No, bueno, quería invitarte a cenar, pero si tienes cosas que hacer podemos dejarlo para otro día –la voz de Harry sonaba apagada.

El Guardián siempre protege [Peter Parker]Where stories live. Discover now