21 (III)

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Todavía no quería volver a los apartamentos así que comencé a caminar sin rumbo fijo por las calles de Atlanta. Sumida en mis pensamientos y sin darme cuenta me perdí entre las calles. La calle era bastante solitaria con algunos bares y edificios. Menos mal que no era de noche. Entré a un bar y le pedí a la persona de la barra si me podía dejar un teléfono. No llevaba dinero solo el móvil en uno de mis bolsillos y ya. Así que no podía coger un taxi. Me entregó el teléfono y marqué el único número que me sabía y que estaba en Atlanta.

- ¿Si? - se escuchó al lado de la otra línea.

 - ¿Elise? 

- ¿Jo?

- Sí. No tengo mucho tiempo dije mirando al bartender que me hacía señas para que acabara rápido - necesito que vengas a por mi. - dije a regañadientes. Era una de las últimas personas que quería ver pero era la unica que me podria ayudar. - Me he perdido y no tengo batería en el móvil. 

- Me encantaría poder ayudarte pero estoy trabajando y no puedo salir dime la dirección y mandaré a Owen a por ti.

- ¿A Owen? ¿En serio? - dije molesta.

- Necesitas ayuda y es el único que puede ir a por ti por lo que veo. Además así podrás ver que ha cambiado.

Le di la dirección y esperé a que Owen llegara. Estacionó su coche enfrente de la puerta del bar y yo entré en los asientos de atrás. No esperé a que se bajara ni me saludara. 

- ¿En serio, Jo? No muerdo. Te puedes sentar de copiloto.

- A mí desde luego que no. ¡Díselo a la pelirroja con la que te encontramos mi hermana y yo! ¡AH! ¡Espera! ¡Que con mi hermana también! 

- Lo siento. - dijo apenado y mirándome a través del retrovisor. 

- Solo una disculpa no lo arregla todo y mucho menos después de tanto tiempo. - él asintió y siguió conduciendo.

- ¿A dónde te llevo? 

- A mi apartamento - contesté cortante

Cuando llegamos, me baje rápidamente del coche. No quería pasar más tiempo a su lado.

- ¡Jo! ¡Espera! - gritó Owen saliendo y cerrando la puerta de su coche. Se acercó rápidamente a mí y yo retrocedí un par de pasos. - ¿Podríamos quedar algún día los tres o los cuatro? Es solo para que veas que he cambiado y que no quiero hacer daño a Elise.

Reí irónicamente. - igual que no nos querías hacer daño a nosotras, ¿no? Hasta que no vimos que nos engañabas a las dos no nos dimos cuenta de la horrible persona que eres.

- Yo la amo - admitió

- Igual que me amabas a mí, ¿no? - dije con lágrimas en mis ojos.

- No. Esta vez es de verdad. Contigo era diferente. Tenía una obsesión contigo nada sana. Pero ella... Elise me hace muy feliz. Estoy enamorado de ella. - dijo le miré a los ojos y vi por primera vez que me estaba diciendo la verdad.

- Me lo pensaré - dije cerrando la conversación y entrando al edificio.

Allí sentado en uno de los sofás, moviendo su pierna nervioso estaba Hero. Al escuchar la puerta cerrarse levantó su mirada. Sus ojos se encontraron con los míos. Se levantó de golpe y se acercó a mí.

- Lo siento. No sé si he hecho algo mal o... - empezó a disculparse. Yo me acerqué a él y le callé dándole un beso en los labios.

- No has hecho nada mal. - dije separandome con una sonrisa.

- ¿Has estado llorando? - preguntó con preocupación notable en su voz.

- No...

- Jo, no me mientas. Dime que no quieres hablar pero no me mientas. 

- No quiero hablar del tema. - él me acercó a él agarrándome de la cintura y dándome un fuerte abrazo

- Estaba muy preocupado por ti - dijo susurrándome a la oreja. - Cuando me has cojido la llamada no se escuchaba nada y después has estado fuera 8h. 

- Lo siento. Necesitaba estar sola. Por cierto, ¿qué hora es? 

- Son casi las 7 de la tarde.

- ¿Podemos ir a mi apartamento tumbarnos en la cama cenar y ver pelis? - pregunté haciendo un puchero.

- Vamos - dijo separándose de mí, cogiéndome la mano y entrelazando nuestros dedos. 

Y eso fue lo que hicimos por el resto del día.

HerophineWhere stories live. Discover now