Habían pasado tres semanas desde el incidente con la foto. Los fines de semana los pasaba con papá y los chicos, durante la semana estaba con mamá. Durante el tiempo conocí a las familias de Frank y Ray, todos me habían recibido muy cálidamente, eran personas muy dulces. En dos días MyChem comenzaría su gira y nos habíamos reunido a almorzar para despedirlos. Me hubiera encantado acompañarlos, pero mi imagen ante las autoridades educativas no estaba en su mejor momento y estaba siendo presionada por mamá para mejorar ese aspecto. No más llegadas tarde, no más calificaciones bajas, no más problemas. Obviamente no podía irme un mes entero de gira con una banda.
Kellin, Sophie y yo seguimos con la banda, teníamos pequeñas presentaciones en bares los fines de semana por la noche.
Papá estaba mucho más saludable, había aumentado de peso (Los chicos me contaron que entre su depresión tuvo un pequeño desorden alimenticio del cual se estaba recuperando exitosamente e iba a terapia) y se lo veía feliz, animado. Su trabajo con el cómic iba muy bien y no faltaba mucho para que la editorial lo publicara.
En ese almuerzo papá había hecho una barbacoa en el jardín, empezaban los días cálidos y había un clima espectacular.
- Voy a extrañarte, pequeña.- dijo abrazándome.
- Y yo a ti, pero cuando vuelvas pasaremos tiempo juntos y me contarás todo.
- Anda, Gerard, deja de llorar, que no te vas para siempre - se burló Ray desde la cocina. En eso sentí un flash de una foto. Frank había tomado mi cámara.
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- Cállate, Raymond. - respondió Gerard levantando su dedo medio.
Almorzamos en paz y los chicos bajaron al sótano a ensayar. Jamia, Christa y Kristin se fueron a un parque cercano con los niños y yo bajé al estudio de papá a escuchar el ensayo.
Iba a extrañar estar un mes sin mis tíos y Gerard ahora que pasaba todos los fines de semana con ellos.
Mientras ellos ensayaban, ajustaban detalles, anotaban ideas, yo dibujaba sentada en un sofá en un rincón. Me quedaba en silencio por horas mientras los escuchaba tocar mis canciones favoritas. A veces subía a mis historias fotos de los ensayos. Ya era de conocimiento público que Gerard tenía una hija con la bajista de Mindless Self Indulgence. Eso había publicitado ambas bandas. Y la mía, por supuesto.
Mi teléfono vibró. Una respuesta a mi historia de agh, ¿Cassie Jones? Esa perra no se cansaba de andar jodiendo.
"Presumir así hará que nadie te quiera"
"Así como nadie te quiere a ti por perra entrometida?" Contesté.
Siguió molestando, por lo que dejé mi teléfono. No pensaba dejar que esa desgraciada me amargase el poco tiempo que me quedaba con mi familia antes de que se fueran un mes.
