t r e s

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Uzui suspiró, yendo nuevamente a la sala de estar, celular en mano, y dirigiéndose directamente a la cocina. No tenía la paciencia suficiente, le fastidiaba la situación.

Aún con eso en mente, abrió la pequeña bolsa de pan que descansaba en la repisa a su derecha y, poniéndose de cuclillas, tiró de las puertecillas de la alacena, cogiendo el bote de mermelada que había dejado sobre una canasta hace unos días.

En su tarea de untar la mermelada en el pan mientras tarareaba alguna canción infantil que no había salido de su cabeza en semanas, su celular emitió el tan conocido sonido que indicaba la llegada de un mensaje.

Le echó una mirada, confirmando que se traba de Inosuke. Había enviado una foto.

- Bien, veamos el veredicto del mocoso... - y, sacudiendo las migajas de pan de sus manos, lo abrió.

Casi manda a la mierda su celular.

En la foto, evidentemente estaba Inosuke en un parque de diversiones. En el fondo se veían un par de atracciones y una familia.

Pero, eso no tenía nada que ver. Hashibira estaba en la ciudad, si, Uzui conocía aquel lugar. Eso no le había llamado para nada la atención.

Se podía ver al de hebras azuladas en medio de dos personas que, suponía, eran sus amigos. Esos de los que siempre hablaba pero jamás había prestado atención.

Uno de ellos tenía el cabello de un borgoña oscuro y con dos pendientes de lo que parecían ser unas cartas hanafuda. Estaba sonriendo y parecía que algo le había llamado la atención atrás de la cámara.

Y el otro...

Era el rubio.

Era ese rubio.

Sintió miles de arañas recorrerle la espina dorsal y, casi por reflejo, apretó su celular lo más que pudo. Un fuerte sonrojo se extendía por sus mejillas.

El chico miraba directamente hacia la cámara, sonriendo y sacando la punta de la lengua en una extraña y tierna mueca; fruncía las cejas y parecía querer tapar el lente del celular. Uzui simplemente no podía. Su corazón no lo estaba asimilando bien.

Maldición, ¿Acaso en su vida pasada había sido Buda?

Intentó calmar su respiración; inhalando, exhalando, todo acompasado y tratando de relajarse lo más que pudo. No, un universitario no lo iba a poner así.

Sobre su cadáver.

Entonces, cuando sus manos dejaron de temblar, y sus mejillas reemplazaron el exagerado sonrojo por uno más leve, contestó.

Niña
En línea

Bien, gracias por no escapar
de la ciudad esta vez

Tengo una última cosa que pedirte,
mocoso

Los nombres de esos chicos

Ya sabes, es de mala educación
no saber sus nombres si es que
van a venir a comer

8:23

Bien, lo había hecho; había tratado de sonar lo más desinteresado y natural posible. Si, esos mensajes iban totalmente con alguien que no está para nada interesado en una persona.

¿...No?

De pronto comenzó a temblar más de lo que le parecía saludable.

¿Había sido demasiado obvio? ¿Era raro? No, claro que no, tampoco era la excusa más creíble del mundo, ni la menos ridícula, ¡Pero estaba desesperado!

Uzui, no tienes dieciséis, contrólate y piensa como el adulto guapo y extravagante que siempre haz sido.

Si, debía ordenarse. Actuar maduro y como normalmente lo haría.

Pero...

¿¡Qué se supone que es lo normal en esta situación!?

Solo había pedido un par de nombres, no la ropa interior del chico. No era la gran cosa, y seguro Inosuke no le daría muchas vueltas. Si, su deseo de querer saber los nombres de las personas que almorzarán en su propio departamento era completamente comprensible.

¿Qué le sucedía?

Suspiró, llevándose la mano a la sien y masajeándola. Ya estaba viejo para esas cosas de los corazones acelerados y tartamudear.

No tenía muy claro lo que quería, pero esa no había sido la manera más acertada de sobrellevar la situación. No, idiota, estúpido.

Esperó con una mueca consternada, no separaba la mirada de la pantalla, y estaba empezando a desesperarse. ¡Vamos! Inosuke podía ser bruto para escribir, pero eran un par de nombres. Nada que pensar demasiado.

Y estaba quejándose cual señor mayor de la poca capacidad del chico para formular oraciones coherentes, cuando un mensaje finalmente llegó a su celular.

- Ya se estaba tardando - refunfuñó Uzui.

Sin embargo, al fijarse bien en la pantalla de bloqueo, otro escalofrío lo recorrió.

Dos fotos, cuatro mensajes escritos.

Sus dedos temblaban. ¿Estaba pasando lo que creía que estaba pasando? ¿Enserio? En su vida pasada había sido un devoto, una virgen, un Buda, un santo, María Madgalena, Uzui era la reencarnación de Jesucristo.

Era la única explicación que le podía encontrar a la situación.

Con cierto grado de temor y nerviosismo, desbloqueó su celular, y entró directamente a aquella aplicación en la que se leía "Line*"

Presionó el nombre con el que tenía agendado a Inosuke.

Niña
En línea

Ah?

Si tú lo dices

Niña ha enviado una foto*

Ese de ahí es Gompachiro Kamaboko

Niña ha enviado una foto*

Y ese Monitsu Kakatsuma

8:35

Un silencio sepulcral se formó en su apartamento, el tic tac del reloj se oía más claro que nunca. Si alguien más hubiera estado en aquel apartamento, hubiera pensado que Tengen había sido asesinado. Él jamás se calla.

Entonces, agarrándose el estómago y agachándose lo más que pudo, Uzui sacó la carcajada de su vida.

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Line: es una aplicación de chat bastante popular en Japón.

En el momento en el que Inosuke mandó las fotos, planeaba poner algún fanart de ellos que diera con la situación, pero no encontré ninguno así que usen su imaginación buenasnoches jejfujeuf

Can't sleep love《 uzuzen 》Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon