d i e z

5.8K 826 144
                                    

La situación, en pocas palabras, era incómoda.

Ambos chicos estaban apretujados el uno con el otro; más gente había decidido que era una buena idea seguir entrando al tren, a pesar del horrible ambiente y el aire cargado que había en él. Era sofocador.

Zenitsu, tal y como Uzui le indicó, estaba contra una de las puertas del tren, siendo apretujado por Uzui que daba todo de si para no ahogar al chico por la presión que ejercía en él.

Ninguno de los dos tenía tiempo para sonrojarse, darse miradas sugerentes o tímidas, ambos estaban lo suficientemente ocupados intentando respirar correctamente en ese cúmulo de personas como para tener otros asuntos en los que pensar.

Uzui tenía los brazos alrededor de Zenitsu, apoyándolos en la puerta para evitar caer sobre el menor y matarlo o alguna cosa jodida.

Sin embargo; si era sincero consigo mismo, odiaba aquella situación. Si es que se diera en otras circunstancias que no implicaran ahogarse en un tumulto de personas, Uzui probablemente estaría realmente nervioso. Pero no podía estarlo ahí, no sabiendo que su propia presencia y calor corporal significaba el mismo infierno para Agatsuma. Podía ver las tenues gotas de sudor que el chico comenzaba a alejar con el dorso de su chaqueta; llevaba una mirada incómoda.

Finalmente, y después de unos minutos, una voz femenina lo sacó de sus pensamientos; la breve música que se transmitía por los parlantes del tren le resultó molesta.

Estación 3, hemos llegado a la estación 3.

Zenitsu levantó la mirada, aliviado e impaciente. Se apoyó en la puerta frente suyo y sonrió.

- Llegamos - casi un susurro, Uzui no lo habría escuchado de no ser por la cercanía de ese momento.

Le iba a responder, cualquier cosa contaba con tal de comenzar una conversación causal y cómoda, confiaba en que podía hacerlo.

Hasta que las puertas se abrieron.

Uzui no supo cómo, o porqué, ni en qué momento se lanzó hacia adelante, aferrándose al brazo del rubio y tirando con la poca fuerza que implicaba una reacción tan rápida, pero no podía decir que no estaba agradecido.

- ¡Zenitsu! ¿Estás bie-? - no pudo terminar, un tumulto de personas comenzaron a salir a por montones, obligando a Uzui a salir del tren lo más rápido posible - ah, carajo, malditos.

Zenitsu, sin poder evitarlo, aprovechó el que el mayor estuviera distraído lanzándole miradas furiosas a los antiguos pasajeros que habían por fin llegado a su destino. Dió una pequeña y rápida mirada hacia la mano de Uzui envuelta alrededor de su brazo.

Ah, es muy grande.

Pensó, notando cómo sus dedos lo envolvían completamente.

Frunció el ceño. No era bueno sonrojarse en ese momento.

Y aún aunque puso todo el esfuerzo posible, no pudo evitar que sus mejillas se tiñeran ligeramente de un tenue color rojo. Desvío la mirada y fingió un especial interés en un viejo y desgastado folleto que había en el suelo.

- ¿Zenitsu? ¿Estás bien? - Uzui finalmente se había girado hacia el rubio, mirándolo con preocupación e, inconscientemente, reforzando su agarre sobre el brazo del chico.

- No, yo... ¡D-digo, si! Estoy- estoy bien - le sonrió, tensando un poco su brazo por el repentino nerviosismo que lo había comenzado a invadir cada vez que el más alto lo miraba de esa manera.

Uzui no lo pasó por alto, volteando automáticamente a ver su mano, y juró que si es que en ese momento no había muerto era porque su corazón era considerado. Aunque no le habría molestado que en ese mismo momento se abriera un agujero casualmente bajo suyo, y lo llevara hasta el centro de la tierra para nunca, nunca más ser visto por nadie. Mucho menos por Zenitsu.

Alejó su mano, casi como si el brazo del menor quemara.

- ¡L-lo siento! Ah, no me di cuenta de... de que aún te estaba- ya sabes, sosteniendo - se pasó el dorso de la mano por la nuca, mirando hacia otro lado y pasando saliva, nervioso.

Zenitsu abrió mucho más los ojos. Carajo.

- ¡No! Eso... eso no es correcto, Uzui-san, no me molestó... sabe, eso - miró hacia otro lado - solo... hum.

- ¿Hum?

- Hum.

Uzui sonrió, viendo con diversión cómo el rubio parecía haberse sumido en sus propios pensamientos, respondiendo sin realmente formular algo coherente dentro suyo, con la mirada desenfocada.

No creía que una de esas miradas "estúpidas" (como las llamaba con sus amigos), le pudiera provocar sendos niveles de ternura.

- Hey, ¿No dijiste que tu abuelo te mataría? - Tengen le dio un empujón en la frente con el dedo índice, sonriendo aún más - Ah, Zenitsu, eres malo, ¿Solo lo dijiste porque querías huir de mi lo más pronto posible?

El rubio pareció volver en si, volteando hacia el mayor y abriendo mucho más los ojos con sorpresa.

- ¡N-no! ¿Cómo se te ocurre? Yo... - pero paró abruptamente - ah.

La sonrisa de Uzui, si es que era posible, se ensanchó aún más.

- Oye, Zenitsu, ¿Me acabas de tutear? - lo dijo con cierto tono de diversión.

El rostro del menor se iba haciendo mucho más rojo, tensando sus hombros y abrazándose a sí mismo.

- Yo-yo lo siento mucho, Uzui-san - miró hacia otro lado, frunciendo un poco los labios.

- Ya te lo he dicho, dime Tengen - y, tratando de borrar la tensa atmósfera del ambiente, puso una mano sobre la cabellera del rubio - si quieres puedes dejar de tratarme de usted, sabes, me hace sentir viejo - suspiró e, inconscientemente, sonrió al escuchar la risa del menor - Inosuke tiene tu edad y lo hace todo el tiempo, sabes.

- ¿Recordarle que está viejo, o tutearlo? - si, bueno, podría decirse que Uzui no se esperaba que el mocoso se tomara tantas libertades e informalidades.

Pero sería el peor mentiroso de la historia si es que decía que no le comenzaba a agradar aquella situación.

- ¿Ah? ¿Me acabas de llamar abuelo, niño? - y, como si fueran dos estudiantes de preparatoria, comenzaron a correr por la estación de tren. Zenitsu siendo perseguido por Uzui, y con una sonrisa de oreja a oreja.

_____________________________

Uzui siempre es el viejo lloro.

Can't sleep love《 uzuzen 》Where stories live. Discover now