Can't sleep love《 uzuzen 》

s i e t e

El rubio por fin acercó su mano a la de él y, con timidez, se la estrechó.

El tacto era suave, delicado. Su piel parecía estar hecha de seda, cálida y perfecta. Quiso llorar cuando sus manos se separaron.

Carraspeó.

- ¿Donde están Inosuke y Gompachiro? - preguntó, tratando de establecer una conversación relativamente normal entre ambos y relajar lo más que podía el ambiente.

El chico abrió los ojos como platos al escucharlo, y Uzui creyó haber dicho algo mal; algo ofensivo hacia él o su amigo, y estaba a punto de disculparse por el que había sido su error, hasta que el contrario hinchó las mejillas y, en una fracción de segundo, estalló en risas.

Esa, probablemente, era la risa más bonita que alguna vez Uzui haya escuchado.

No quería que parara, quería escucharla todos los días, que ese sonido lo acompañase todo el tiempo y a todos lados. Estaba en trance, no sabía cómo responder o qué hacer.

¿Qué tan imprudente sería si lo besara en ese mismo momento?

Probablemente, mucho.

Al final, tan solo optó por aclarar la situación, pero como siempre, su mente le hace malas jugadas.

¿Qué sucede?

- Tienes la risa más bonita del mundo.

El chico paró abruptamente.

Uzui, querido, es un buen momento. Si, anda, tú sabes en donde guardas las pastillas, trágate unas cincuenta de esas y haz que el mundo sea un lugar mejor.

- ¿A-ah? - el rubio parecía mucho más nervioso que antes, el agarre en su chaqueta se hizo mucho más notorio y el sonrojo, ya visible anteriormente, se intensificó mucho, mucho más. Parecía a punto de derretirse, y Uzui por un momento temió que se comenzara a caer por partes - y-yo, ¿Di-disculpa?

- Ah - no pudo evitar que su cara comenzara a quemar, sus piernas flanquearon y su agarre en la perilla de la puerta se hizo mucho más fuerte. No le importaba si la rompía, solo quería morirse en ese maldito momento - Yo...

Pero no pudo terminar su excusa (¿Acaso tenía alguna?), fue interrumpido por un estruendoso grito se escuchó por lo que probablemente había sido todo el edificio.

- ¡Abran paso al rey de la universidad! - la ya familiar voz de Inosuke se hizo presente, haciendo que ambos se sobresaltaran y, después de cruzar miradas por una fracción de segundo, cada uno comprendiendo lo avergonzado que estaba el otro, voltearon hacia el lugar del que provenía la voz.

El chico apareció por las escaleras, corriendo como si lo persiguiera un ejército entero, y se lanzó hacia Uzui.

- ¡Esta si no la vas a esquivar! - tenía a los brazos abiertos, y en el poco tiempo que Uzui tuvo para pensar, finalmente se decidió por una llave simple, terminando el menor en el suelo y siendo aplastado por el albino.

- ¿Cuántas veces te tengo que decir que lo dejes? - lo regañó Uzui, haciendo que Hashibira se pusiera de pie - sabes que si no vas al dojo a entrenar, jamás me vas a poder vencer - adquirió una irónica sonrisa de suficiencia y desordenó con cariño los cabellos del menor.

Inosuke infló las mejillas.

- ¡Pero si te he dicho que mi madre no dejará que vaya si es que mi ponderado no es el adecuado!

- ¿Cuántos años tienes, once? Deja de hacer que Kotoha-san se preocupe y empieza a estudiar, maldito vago - le soltó un pequeño zape en la frente - estás en la universidad, tómatelo más enserio.

- ¡Oblígame!

- ¡Inosuke!

- ¡Ahora no, Gompachiro! - Inosuke volteó hacia el chico de los aretes, dirigiéndole su típica mirada de molestia y agresividad. Sorprendentemente, nada acertada con la personalidad del competitivo chico.

Uzui le sonrió la de cabello borgoña.

- Tú debes ser Gompachiro Kamaboko, un gusto conocerte - Uzui le tendió la mano, sonriendo.

El chico pareció morir y, después de unos segundos resucitar.

Aceptó la sacudida de manos, nervioso.

- Uh, el gusto es mío, pero... - volteó, mirando furtivamente al de hebras azules - ¿Quién demonios es Gompachiro Kamaboko? ¡Inosuke!

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Se me hacía tierno imaginar a Zenitsu así, no sé, ¿Será que es porque es mi personaje favorito? De todas maneras, nadie me puede negar que es un bebé.