n u e v e

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Había sido un fracaso.

¡Nada! ¡No consiguió una mierda!

¿Sentarse a su lado, muy, muy pegado a él para ver películas?

No, Inosuke tenía un extraño gusto por asustar a Zenitsu cada vez que una escena de tensión se hacía presente, y fue el primero en sentarse a su lado.

Intento número uno: una mierda.

Y ni hablemos de la comida, no.

No había estado tan mal, lo admitía, pero enterarse de que el amor de su vida es alérgico al shōyu, que era básicamente todo lo que se podía encontrar en los centros de comida china, fue como un desagradable golpe en la yugular. Le terminaron comprando una hamburguesa.

Intento número dos: dos mierdas.

Y, finalmente, cuando planeaba pedir su número despreocupadamente, gracias a su gran (o mala) suerte, antes de poder pedírselo, se enteró por Inosuke que el chico había perdido su celular hace más de un mes, y no planeaba tener otro.

Mierda y más mierda. Eso era lo que ese día había conseguido.

Se resignó, ¿Qué estaba esperando? ¿Que como todo el maldito mundo, Zenitsu fuera igual y cayera a sus pies? Demasiado arrogante, el chico debía tener mejores gustos que un imbécil que te deja sin comer algo decente porque si comías lo que estaba destinado a ser el almuerzo, probablemente morirías.

¿Podía ser más desgraciado?

Cuando los tres chicos se fueron, eran las seis y media de la tarde. Uzui insistió en acompañarlos, pero tanto Inosuke como Tanjiro vivían en la misma cuadra, por lo que era realmente inútil que alguien más vaya.

El único que vivía considerablemente alejado, y que se separaba de ellos apenas llegaba a la estación de tren, era Zenitsu.

Una pequeña voz en su interior festejó y celebró como si acabaran de darle las mejores noticias del mundo (bueno, esas eran las mejores noticias del mundo, ¿No?).

Y, despidiéndose de ambos universitarios, Uzui subió al tren que llevaría al menor hasta su hogar. Fue el último en subir, asegurándose en todo momento de que Zenitsu aún estaba ahí, que aún estaba bien.

Era la hora punta, mala elección, pero, según Zenitsu, si se le ocurría ir un poco más tarde, su abuelo probablemente lo mataría.

El tren estaba completamente lleno, las puertas parecían estar a punto de reventar por la presión, y Uzui quiso morir en ese mismo momento.

Mucha gente, muchas manos: peligro.

Tengen sabía que el robo más común se daba en el metro, y tenía la desgracia de haber llevado su billetera con todo y tarjeta de crédito con él.

Miró hacia todos lados, aprovechando que era bastante más alto que las personas del lugar y, para su suerte, al lado de una de las puertas de entrada (una que estaba bastante cerca de ellos) había un espacio casi libre de personas. Bien.

Solo tenía que ir ahí y...

Ah.

Volteó a ver a Zenitsu, quien se veía nervioso por la cantidad de personas que entraban y seguían entrando, cada vez más apretado e incómodo. Cada vez muchas más caras, más manos.

Entre tanta gente no se me hace raro que haya cada enfermo...

Uzui, ya más decidido, se acercó mucho más al menor y, poniéndose a la altura de su rostro, acercó su mano a su boca, hablando en su oreja.

- Hay un espacio más adelante, avanza un poco y voy después de ti.

El chico se sobresaltó, sonrojándose más de la cuenta y cubriendo la oreja en la que Uzui había hablado. Su aliento era caliente, demasiado para un chico hormonado apenas entrando a la adultez.

- ¿Q-qué? No-no necesito que nadie me cuide, estoy bien - frunció un poco el ceño, tensando los hombros y mirando hacia otro lado. Abultó las mejillas.

Uzui suspiró, se pasó el dorso de la mano por el cuello.

- Zenitsu, aquí hay todo tipo de personas - lo miró, mucho más serio - y va a estar siempre el enfermo que va a aprovechar que nadie se puede mover como quisiera en este maldito lugar para tocar a quien quiera como quiera; confío en que te puedes defender, pero en este momento, en esta situación, eso es cuestionable. No es discutible, vamos - y, dándole un pequeño empujón en el hombro, Zenitsu se resignó a ir al lugar indicado.

No es como si fuera débil, sabes.

Pensó el rubio, mirando hacia otro lado y haciendo un inconsciente puchero.

Si, bueno, ni decir que Uzui casi desfallece.

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No me gusta pensar en las parejas (sobre todo homosexuales) como algo que se tenga que definir: Zenitsu es el pasivo y Uzui el activo. No se ven las preferencias sexuales de una persona por la apariencia. Por eso no me gusta ver a Zenitsu como la "chica" de la relación.

Quiero aclarar eso: Uzui no le dice a Zenitsu que vaya primero porque es el más pequeño y débil, así como Zenitsu no se va a esconder detrás de Uzui porque es el "activo", y por lo tanto, más fuerte.

Esa escena está incluida por el simple hecho de que Zenitsu apenas entra a la universidad, es menor de edad y lo único que busca Uzui es que se sienta seguro. No porque quiere "seducirlo", ni porque Zenitsu sea "débil". Es porque Uzui es una persona decente.

Por favor no se hagan ideas equivocadas, no apoyo esa manera de pensar.

Can't sleep love《 uzuzen 》Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora