Capítulo XXIX: La Razón de la Tristeza

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En seguida Irian vuelve a transportarnos al mundo humano por medio de su poder. Cuando se trata de transportar, nadie mejor que el demonio de las Almas. A penas puedo creer que estuvimos en el mismo infierno, que nos rodearon demonios y nos dieron información de incalculable valor.

Ya es de día, aquí en el mundo mortal el tiempo pasa demasiado rápido en comparación con el mundo de los muertos y los demonios. Mi telefono no se descargó desde luego, porque no lo estuve usando y porque probablemente esas cosas al no funcionar en el infierno, no tienen razón alguna para apagarse. Veo la hora, son más de las seis.

Estamos en la calle que lleva a nuestros departamentos, probablemente Irian consideró que era mejor dejarnos aquí que en cualquier otro lugar. Estamos muy cerca de nuestra casa, cualquiera aquí nos conoce, sabe lo que somos, no les interesa, y tampoco les importará que hayamos aparecido así nada más o atravesado el suelo gracias al demonio.

–Tengo una cita importante con una chica, así que los dejaré aquí –comenta Irian.

–¿Esa chica que dices es imposible conquistar? ¿Ya ha caído bajo tus encantos? –pregunto con sarcasmo.

–Qué más quisiera, pero no. Como dije, ella es demasiado digna para esas cosas, accedió a una cita, pero no creo que llegué más allá de eso. Probablemente me hará llevarla a su casa antes que anochezca –comenta Irian rodando los ojos.

–Quizás una vez en su casa debas aprovechar uno de tus talentos –digo.

–Cuando dije que quiero ir en serio con esa chica, lo dije de verdad. No tengo intensiones de usar mis poderes para manipular su mente y corazón. Quiero que ella llegue a apreciarme, incluso sabiendo quién soy –confiesa Irian seriamente.

Es la primera vez que lo escucho hablar de esa manera, y más con la expresión de seriedad y compromiso. Hasta parece otro, hasta parece humano. Muy lejos del Neas–Sebeth que es. Quien quiera que sea la chica, debe ser verdaderamente interesante, y suertuda, no todos pueden tener control sobre un demonio, claramente ella lo tiene.

Me siento tan estúpido. Cuando afirmó que yo estaba enamorado de Julia no lo dijo en broma, no lo dijo para burlarse de mí. De alguna manera se vio a sí mismo en mí, vio mis sentimientos y se dio cuenta que eran iguales a los que siente por esa chica. Entonces verdaderamente conoce más del amor de lo que yo sé, más de lo que él mismo puede decir.

Ya pasó casi un día, uno más en que, claro, al estar bajo la tierra, no llame a Julia ni siquiera para saber si se encuentra bien. Debería hacerlo, tendría que llamarla para disculparme por salir de su casa así, aunque en realidad quiera saber si sigue viva.

–Bueno, entonces supongo que nos veremos después, cuando sepamos la verdad sobre esta chica –comenta Adrien.

–Sinceramente deseo que tengan suerte, pero de la buena. No puedo imaginarme cómo se harán las cosas si los Eos–Ramae se alinean con los humanos pertenecientes a los opositores solamente por temerles al tener de su lado a la Hija de Drácula –dice Irian seriamente.

Si todo aquello que la madre de Irian dijo que vio, se vuelve realidad, los vampiros seremos el menor de los problemas que la humanidad haya enfrentado. Nadie quiere una nueva batalla como la librada hace más de mil años durante las cruzadas cuando demonios y ángeles bajaron y subieron a este mundo apoderándose de cuerpos de humanos.

Que los vampiros hayan decidido aparecer ante la humanidad en estos tiempos dudo que sea una casualidad. Pienso, ahora que sé esto, que tampoco el nacimiento de la Hija de Drácula en esta era, lo es. Todo fue decidido. Y dudo que se vaya a quedar en un pequeño enfrentamiento entre un bando y otro. Los opositores lejos de pensar en el bien para la humanidad, deseará únicamente satisfacer sus deseos de adquirir poder, o en este caso, de apoderarse de La Puerta del Cielo.

La Hija de Drácula/Una Verdadera HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora